Parte 5

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Soy sincero cuando digo que espero no decepcionar

....

Apenas hubo un rayo de luz en la casa, él ya se encontraba trabajando en una manualidad. Cosía tal y como su padre le enseño alguna vez, hace un par de año y a la fecha, lo sigue haciendo. Un hilo, seguido de otro, un nudo y después una pequeña llama de calor para asegurar que la costura no se deshiciera, tenía que sellar su trabajo bien hecho.

Sonrió, se veía muy lindo el hilo amarillo con esas dos pequeñas piezas moradas.

-Buenos días- oyó la voz de su padre, quien lo saco de un pequeño trance de recuerdos, que le intentaban ayudar a recordar la noche anterior. Apenas alzo la vista y su padre le entregaba un platillo - ¿Ya vas desayunar? - le pregunto el mayor, Bruno apenas pudo mirarle, no se molestó en ocultar el trabajo que estaba recién terminado.

- ¿En qué...-

-Desde que casi terminas- interrumpió su padre, leyendo aquel pensamiento. Cuando vio a la cocina, en alguna ocasión su padre había limpiado, cocinado y servido un plato. Bruno apenas sonrió, tras el mismo vestir la pulsera que recién había armado.

-Padre...- inicio una plática Bruno, mientras ambos ya comían –Saldré a ver a Risotto, vamos a ir a explorar la laguna- continúo diciendo al mayor, quien solo le sonrió con sutileza.

-Si de ahí vas ir a buscar más escamas, solo ten cuidado- contesto su padre, haciendo a Bruno reaccionar, intentando cubrir la muñeca.

-Yo...-

-Está bien si no me quieres decir- oyó su voz, cuando Bruno desvió la mirada –Somos pescadores, es normal que veamos cosas que otros no ven hijo, es solo que eras un niño, y tenías mucha imaginación-

-Pero yo no mentía-

-Jamás te dije eso- interrumpió, y Bruno torció la boca –Solo ten cuidado- repitió, dando el ultimo bocado a su platillo, llamando la atención de su hijo –El mar es muy hermoso, y por esa misma razón debemos tener cuidado de lo que hay en ella. Así como nos bendice con los peces para alimentarnos, también nos puede maldecir con su ausencia y arrebatarnos más que el alimento- hablo el pescador, y Bruno intento comprender lo que decía su padre.

Hubo un silencio en la pareja, que puso nervioso a Bruno.

-Solo no le arrebates al mar, lo que no nos pertenece- termino la conversación, algo confusa, enigmática y se levantó de la mesa, tras despedirse de su hijo, para ir a comprar víveres y herramienta para la casa. Bruno solo se preparó para adentrarse una vez más a aquella flora e ir en busca de Risotto para ir a su hogar y después explorar la laguna.

- ¡Joven Bucciarati! - oyó su voz en un saludo, y Bruno reacciono viendo al mayor, trabajar fuera de casa. Limpiaba y afilaba herramienta, tras haber cortado algo de leña –Pensé que vendrías más tarde- confeso, oyendo una sonrisa del menor

- ¿Y no ir a donde me dijiste? - contesto, manteniendo el gesto - ¿Podemos irnos ahora o estas ocupado? - pregunto, tras asimilar que estaba ocupado.

-No te preocupes, recién estaba terminando- respondió Risotto, y solo se disculpó un momento para guardar las cosas, y quedarse al final con algo un machete que guardo al cinto, junto a una mochila –Solo por si se ofrece, no está muy lejos de aquí- hablo, tras ver a Bruno callado y solo asintió para seguir al mayor.

Y así fue, el camino no estaba del todo retirado, más si muy cubierto por flora donde hubo ocasiones que Risotto uso aquel enorme cuchillo y abrirse paso. Cuando estuvieron ahí, definitivamente, pudieron apreciar una laguna no muy grande, pero sí de aguas muy tranquilas, casi cristalinas podría decir. La vista fue hermosa, Bruno quedo encantado y apenas Risotto le sonrió al menor para hacerle un gesto e invitarlo a nadar.

Se quitó la camisa, los zapatos y se aventuró al agua. Risotto guardo las cosas cerca, exploro alrededor mientras Bruno se dedicó a nadar de un lado a otro para descubrir después que en una parte algo estrecha donde apenas y cabía su cuerpo, se conectaba con el mar. Vaya, era difícil describir como la madre naturaleza ocultaba tan hermoso sitio y que estuviese conectado al inmenso océano.

- ¡Joven Bucciarati! - oyó su voz, tan pronto emergió a la superficie, y nado hasta la orilla. Bruno estaba encantado - ¿Qué le parece? -

-Es hermoso- respondió, algo agitado pero contento y salió del agua –Jamás creí que estaría aquí es...-

-Lo sé- sonrió Risotto de forma muy breve y Bruno asintió –Lo mejor es que aquí nadie puede interrumpirle, no hay gente y bueno... es relajante- trato de expresarse el mayor, pero Bruno solo pudo reír.

-Sí, tienes toda la razón- contesto

-Así que puedes venir aquí cuando gustes, incluso si no vengo yo- dijo Risotto, Bruno reacciono sorprendido

Sea (AbbacchioxBruno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora