Sea (AbbacchioxBruno)

Parte 17

La despedida, nunca es fácil. Y no me van a dejar mentir de eso.
¿Cierto?

Camino con calma bajo la luz de la luna y con un cielo totalmente despejado, cuando más se acercaba al mar, la brisa se sentía fresca y cálida al mismo tiempo. Bruno vistió su traje peculiar, de ropa blanca con pequeño estampado negro, una mano al bolsillo y tratando de sonreír en cada paso que daba.

Fue al muelle, vio el bote y recordó aquella primera vez que lo miró. Como un niño tan pequeño, quería ser de grande un excelente pescador como su padre e incluso quería ser mucho mejor que el. El mejor del mundo, decía de pequeño.

Pero cuando lo conoció, vaya, su primer captura fue algo muy peculiar y el quedo fascinado. Como era tan pequeño, como el, con una aleta morada que luego se perdió en el mar, para volverla a ver diez años después.

Se quitó los zapatos, camino por la orilla de la playa, y de nuevo hacia memoria, recuerdo de aquel futuro encuentro. Es decir, cuando el camino sin rumbo y se fue alejando  hasta aquellas rocas donde golpeaba el mar y la gente ya no estaba. Bruno trató de peinar su cabello tras su oído, se adentró más a la orilla, dejó que finalmente el agua mojada sus pies y la arena marcara y borrara sus huellas. Cuando volvió la vista al mar, notó aquella aleta morada.

-Leone- sonrio Bruno en un murmullo bajo, y corrió hacia el destino. Donde el ser nado para estar entre las rocas oculto, y el en sus prisas apenas envolvió sus zapatos en su saco blanco para aventar los a la arena y el corrió al mar.

Nado dentro del océano, y dentro del mar estaba frente a el. Se unieron el uno al otro para nadar con lentitud, para luego Bruno dejar que Leone le tomara en un abrazo y le llevara con más profundidad dentro del agua. Ambos jóvenes , ambos seres dentro del mar, se llenaron de alegría, una peculiar felicidad. Eran felices juntos.

Bruno ya no pudo aguantar más el aire, contener más la respiración y se soltó de Leone para emerger a la superficie, soltó una risa, peinó su cabello hacia atrás , y en un pequeño salpicón, Leone salió frente a el. Dejo que el ser marino le tomara entre sus brazos, le sujeto de la cintura mientras el pescador apenas posó sus manos sobre sus hombros, flotando uno frente al otro.

-Bruno- oyó su voz, el pelinegro sintió su corazón derretir y cedió aquel gesto que ambos compartían. Inclino su rostro al suyo y el de cabellos platinado cerro los ojos para ceder ante el beso, que su amado pescador robó.

Sintieron el tacto de sus bocas, como Bruno apretó su rostro más al suyo, e inclinó su cuerpo más contra el. En cada roce de sus labios, el pelinegro se apegó más a el, no le quería dejar ir, no le quería soltar. Y su amado ser, le abrazó más a él.

Rompieron el beso por la falta de aire, Bruno sintió el rostro arder en rubor y al ver a Leone, pudo apreciar nuevamente aquel atardecer  o amanecer eterno en su mirada. Honestamente Bruno ya no sabía que era lo que veía en el, pero le encantaba.

-Ti amo… Siempre- murmuró Bruno frente a su rostro, con sus manos sobre sus mejillas y Leone una vez más todo un beso del pescador, quien no se lo negó. Fue corto pero hermoso.

Las sensaciones que sentía, las emociones, el palpitar en su cuerpo era fuerte que sentía que en cualquier momento se desataría ante el. Bruno intentó mantenerse bajo control, tallo su rostro  antes de que pudiera soltar alguna lágrima  e invitó de nuevo a Leone a nadar.

Dejo que andará solo alrededor de el, mientras apreciaba su belleza bajo el agua y Bruno flotaba. También, se atrevió a jugar de nuevo con el, total si alguien se aventuraba a verlos en la distancia, solo verían a una pareja nadar. Una y otra vez intentaron nadar, jugar hasta que Bruno ya no pudo más por el cansancio y Leone le llevó de vuelta a la orilla.
Cada minuto que pasaba, el amanecer se acercaba. Bruno se sentó en la orilla de la playa, mientras Leone se aferraba a las rocas y sumergiendo la mayor parte de su cuerpo, una vez más, se atrevió a cantar para el. La melodía era preciosa, muy tranquila que en cualquier momento Bruno iba a dormitar