Parte 12

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Gracias... Es lo único que puedo decir.

Pd. Siempre recomiendo, que lean al menos la parte final del anterior para recordar. Sorry por las demoras.

*-*-*-*

El joven pelinegro, tosió y respiro finalmente, había intentado resistir la reacción de su cuerpo por tanto tiempo. Había fingido un desmayo al darse cuenta que no podría liberarse de la trampa de Risotto, hacia unos momentos, y ahora debía perseguirlo hasta encontrar a Leone.

Tan pronto oyó la puerta, el menor corrió a la ventana rota, agradeció que el alto no se hubiese dado cuenta del desastre en la habitación, y brinco a través de ella. Intento ser ágil, veloz y silencioso para perseguir al hombre a la distancia, viendo como cargaba unas bolsas a su espalda y quizás algo más, no podía ver con claridad entre tanta oscuridad.

Aunque el camino no fue largo, la travesía se sintió eterna, Bruno apenas pudo notar, darse cuenta que Risotto lo guio hasta aquellas pequeñas casetas, lugares pequeños en el muelle. Vaya, esas pequeñas casitas que servían de estadía, paso, guardia o trabajo junto al mar, no dio importancia. Más que tuvo que ocultar a la distancia para poder descubrir que marcho hasta la más alejada, abandonada, descuidada.

Risotto detuvo su paso a la puerta, vio a su alrededor, en señal de vigilar si alguien no le seguía y Bruno tuvo que ocultarse rápidamente, mientras contaba el tiempo en su mente y trato de asomar en reojo, para descubrir que abrió una puerta, paso y se cerró.

Bruno honestamente no sabía que hacer ahora, incluso no tenía un plan de como poder entrar ahí para rescatar a su amigo, peor aún, no trago consigo arma o ayuda para poder hacer su rescate. Apretó los puños, respiro profundo de nuevo y solo se aventuró hacia aquel destino para poder ir en ayuda de su amigo.

El mayor bajo las cosas, cerró la puerta y camino al interior, para ir directo hasta el baño y ver en la tina aquel ser, con la cabeza cabizbaja, manos atadas y su cola más enredada en la red, sin duda el piso estaba mojado y la tina tenía menos agua. Sospecho que aquel ser intento agitarse para escapar, pero todo el plan fue frustrado sin duda, sin piernas un pez no puede caminar.

-Leone- hablo Risotto, pero ya no se movió, el pescador extendió su mano su cabello, destapo su rostro y él solo pudo mover sus ojos para verle. No hizo un solo gesto –No estés triste- le dijo, peinando su cabello detrás de su oído, y solo se apartó para buscar en su bolsillo una navaja, y romper la red que, a pesar de estar ya rota, estaba enredada.

Todo el tiempo hubo silencio, el ser parecía no decir algún ruido y el mayor apenas termino de cortar y jalar las redes, se dio cuenta que la mano del ser marino estaba manchada, no había limpiado una sola gota de la herida que había hecho antes.

Salió, busco vendaje y toallas, a pesar de todo no quería que se manchara más, o que se desangrada aun ¿o sí?

Risotto Nero se quedó al pie de la puerta del baño, el ser marino no podía verle al estar viendo en sentido contrario dentro del baño. Desangrar, pensó otra vez en esa palabra y solo pudo volver la vista atrás hacia aquellas cosas que había traído. Disecar un pez no era lo mismo que disecarlo a él, eran cosas muy diferentes, aparentemente. Volvió a sus cosas, herramientas, y solo había objetos punzo cortantes, tomo la punta de una lanza, un limador y sentó a la sala para poder afilar la punta de metal.

Fuese lo que fuese hacer, iba a ser difícil de lograr.

-Bruno-

El pelinegro avanzo, se acercó hasta el destino final y camino alrededor de esa pequeña casita. No había una sola ventana para mirar al interior, más que dos; una junto a la puerta, y otra más pequeña y alta, por la cual se intentó asomar. Tuvo que parar de puntas, intentar no hacer ruido y ver al interior. El baño.

Apenas vio una silueta, una mancha morada en la pared y Bruno reacciono, intento dar un pequeño salto, sintió el pulso acelerado, tenía que ver de nuevo para descubrir si lo que pensaba era real. Y así fue. Piso incluso una piedra para poder alzarse más, intento asomar con cautela y pudo ver al interior de la casa, esa aleta morada...

Bruno quedo perplejo, quedo paralizado, apenas pudo ver a su amigo ahí adentro, apresado. Quiso alzar la voz, hacerle saber que estaba ahí pero no podía arriesgarse así. Se apartó de la pequeña ventana, y el ser marino al interior miro a través de ella, vaya ironía del momento, no pudieron verse los dos.

-Bruno- soltó un susurro, pensando en el chico y viendo que seguía aun dentro de aquella tina, su mano ya no goteaba de rojo, pero dolía. Metió su mano bajo el agua, intento lavarle con la poca agua que quedaba viendo cómo se entintaba. Solo fue cuestión de un momento, para que el silencio se agotara y oyera un ruido tras de él.

Risotto camino de nuevo al interior, apenas vio al alto parado junto a la tina, vio un objeto puntiagudo a la mano, en ese momento se agito. Bruno oyó ruido al interior del lugar, mientras Leone solo pudo agitarse, hacer un murmullo de dolor al sentir como le tomo de la mano libre de él para juntarla con la muñeca que le había amarrado.

Bruno intento mirar, volvió a ver el interior y solo reacciono en miedo, al notar como Risotto le amarraba las manos y tiraba del ser para sacarlo de la tina. Leone sin duda peleo, forcejeo, pero fuera del agua no era tan hábil, Risotto le tomo del cuello tan pronto había amarrado las manos y lo jalo fuera de la tina, para tirarlo al suelo

-Quédate quieto- murmuro, intentando poner presión sobre la garganta para cortar la respiración, se arrodillo al piso con Leone, mientras le sostenía del cuello, puso su rodilla sobre la aleta y dejo caer su peso sobre él.

Bruno se apartó de la ventana, intento pensar en algo, y volvió de nuevo a ver el interior, fue difícil pensar, tenía que actuar ya, no debía pensar. El ruido dentro del baño, poco a poco empezaba a callar, y si no actuaba pronto...

-Maldición- susurro, se mordió los labios y corrió. Leone ya no pudo seguir resistiendo, Risotto extendió una mano para tomar aquella pequeña punta de arpón que había afilado, y poder hacer una perforación limpia. Solo tenía que definir donde la haría, donde no se vería. Leone se agito de nuevo, intentando mover más la aleta para hacer que el mayor perdiera el balance, pero esa presión en su cuello estaba haciendo efecto.

-No... ¡no te muevas!- reclamo Risotto, alzo la mano con esa herramienta y pego a la sien de Leone. Eso lo noqueo, hizo marear a Leone del golpe, que ya no pudo mover su cuerpo, por lo que el pescador aprovecho y presiono la punta del arpón contra el pecho, tenía que ser un golpe certero para no dañar su cuerpo por completo. Solo lo necesitaba...

-¡Risotto!- oyó un grito, y como algo golpeo el exterior. El pescador reacciono, quedando totalmente quieto para poner atención al ruido que escucho -¡Risotto ven!- repitieron, no reconoció la voz. ¿Acaso le habían visto entrar ahí? ¿Otro pescador le descubrió?

No, no, no, no podía dejar que lo descubrieran, el pescador no podía dejar que lo vieran y peor aún, no podía dejar que vieran lo que hacía ahí, quien estaba con él. No.

Se levantó del suelo, miro a Leone inmóvil y solo camino fuera del baño con cautela, no veía nada hacia el exterior, por lo que se asomó a la única puerta. No podía arriesgarse a ser descubierto, no aun, no hasta que vieran su trabajo.

-¡Risotto!- oyó de nuevo la voz, salió fuera de la cabaña, vio a su alrededor. En esa ocasión, reconoció quien había hablado, era el menor. No, no, no, si Bruno aparecía, si Bruno le veía seguramente le detendría o peor aún, Leone se lo llevaría, los tritones no son seres a los cuales podía confiar, pensó.

Salió, cerró la puerta y camino hacia la fauna, donde creyó oír su voz, era ahora o nunca, Bruno al verlo en la distancia corrió hacia su destino. Corrió por un atajo para ir hacia él, para sacar a Leone de ahí.

Tenía que salvar a Leone.

*-*-*-*

Sea (AbbacchioxBruno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora