Coquilles

11.3K 673 256
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Acto V: Coquilles

Parte 1: De la danza macabra de nuestros corazones unidos.


El silencio entre los dos era tenso, ambos hombres de mirada carmesí se examinaban entre ellos; uno frente al otro sentados en la sala de la casa, un servicio de té que nunca fue tocado es dejado de lado cuando ambos de repente se levantan de sus asientos y sacan sus varitas y se apuntan con ella el uno al otro.

Harry rueda los ojos desde su lugar, a su lado Abigail mira con ojos curiosos la escena y en una silla cercana a la del adolecente menor, otra invitada suelta una risita.

¡Crucio!— sisea el lord oscuro, el rubio esquiva el hechizo lanzando un Expelliarmus hacia el padrino de Harry que utiliza un Protego a cambio, permanecen nuevamente en silencio hasta que el mayor dio un pequeño asentimiento.

—Buenos reflejos—halaga el visitante, las esquinas de los labios del psiquiatra se levantan apenas mientras vuelve a esconder su blanca varita.

—Lo mismo digo, Lord Voldemort, las alabanzas cantadas por Harry hacía su tío tenían cierta verdad— comenta, observando de reojo a su sonrojado hijo. —Me habló mucho de usted— volvió a decir Hannibal, ésta vez es el turno del mago mayor de sonreír.

—Nos hemos estado carteando casi todo el verano, estoy seguro de que estaba al tanto, Conde— Harry volvió a rodar los ojos.

—Ustedes adoran llamarse por sus títulos, en serio, yo tengo más de uno y no digo nada— dijo irritado el muchacho, la mujer a su lado estalló en carcajadas.

—Bella, tus modales— ésta vez la irritación venía de parte del Lord, quien se preguntaba nuevamente porqué había traído a su lugarteniente con él. Cualquier respuesta por parte de la mujer fue interrumpida por Dobby, quien con una reverencia avisó que el almuerzo ya estaba servido.

—Si nos acompañan, por favor— mencionó el rubio, fue seguido por sus hijos y los invitados de honor, quienes se sentaron a la izquierda, mientras que los menores lo hicieron a la derecha.

—No puedo evitar notar la falta de su compañero— mencionó Tom, observando el asiento vacío frente a él, a la derecha de Hannibal —Harry mencionó que no aceptó muy bien ciertas actividades suyas—

—Y parte del menú diario— mencionó por lo bajo Bella, guiñando un ojo a los menores y tratando de aligerar el ambiente.

Miró con curiosidad el trozo de carne que había cortado y se encogió de hombros comiéndolo.

—¡Está muy rico!— mencionó realmente asombrada.

—No, no lo hizo— fue la seca respuesta del anfitrión.

MetamorfosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora