Two blue souls. [Lance y Nevra]

Capítulo 4: La primera misión.

Pov Shelly

Charlaba animadamente con Valkyon cuando Maya llegó corriendo a la cabina casi sin aliento.

-She...Shelly...han...entrado en tu...habitación. - jadeó.

Di un golpe en la mesa y salí corriendo seguida de mi amiga, los chicos y las chicas.

Mientras corría por el pasillo, solo se me vino una cosa a la cabeza: Ashkore.

-Shelly revisa tu habitación por si te falta algo, nosotros haremos una investigación. - ordenó Leiftan.

Rebusqué por todas partes, y aparentemente, todo seguía allí.

-Bien, ahora salid por favor. Vamos a proceder con los informes. -explicó el rubio.

Llevaba ya casi dos semanas aquí y tenía que verme con Ashkore lo antes posible. Pero, ¿cómo iba a contactar con él?

Decidí no hacer nada, pero tampoco quería quedarme encerrada en mi habitación, si algo había aprendido era que en los momentos angustiosos lo mejor es salir a tomar el aire.

Salí hasta los exteriores del Cuartel General y me senté en el césped húmedo. A los cinco minutos pude notar como una presencia se acercaba a mí por detrás. Era un chico con orejas de lobo, cabello negro con mechas magentas recogido en una coleta y ojos dorados.

El chico se sentó a mi lado.

-Toma, ábrela en tu habitación. Asegúrate de que nadie la lea. Se ha enterado de que quieres verle. - dijo mientras se sacaba del bolsillo un trozo de papel y me lo daba.

-¿Qué es?- pregunté aunque ya me hacía una idea de lo que era.

-Lo descubrirás cuando la leas, por cierto soy Chrome, y tú eres la humana ¿Shelly, verdad?- me preguntó, pero parecía más bien una afirmación.

-La misma.- contesté mientras él se ponía en pie.

-Recuerda, tú todavía no me conoces. ¡Nos vemos!- Dicho esto, se fue, cada vez me quedaba más claro que todo esto lo había planeado Ashkore.

Volví a mi habitación casi corriendo. Cerré la puerta tras de mí y me dispuse a leer la carta.

"Espérame en tu cuarto a las 17:15 pm".

A las cinco y cuarto... miré un par de veces seguidas el reloj de la pared.

Ya casi era la hora.

No, me niego a dejarlo entrar, me destroza la habitación y ahora quiere entrar en ella, ¡Será imbécil!

Con un golpe seco oí como se abría la ventana a mis espaldas.

Me giré bruscamente.

Era él.

-¿Qué coño haces aquí? ¿Ahora qué quieres? Supongo que ya te llevaste lo que querías cuando rebuscaste entre mis pertenencias.- chillé mientras me acercaba.

-¿De qué hablas? Es la primera vez que entro aquí. Y no grites, la guardia tiene oídos en todas partes. -bajó la voz.