PRIMER LIBRO | Una nacida bajo la luna de sangre, mitad mortal y mitad hija de la noche. Un hereje para todo lo conocido hasta ahora.
La reina de las brujas está oculta entre los mortales. Su nombre jamás podrá ser mencionado, sino, las tinieblas s...
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Capítulo dedicado a @Hydra_Aldrich por estar siempre apoyando la novela y comentando en cada capítulo. Gracias por todo el apoyo. :) ━━━━━━━━━▼━━━━━━━━━ Mientras que salía de la comisaría, no pude evitar llamar consecutivas veces a Elliott. Ya que él era mi acompañante y todavía no sabía nada a cerca de su paradero. Pero el contestador siempre saltaba, por lo que me limité a dejarle un mensaje en el buzón: — Ey, Elliott... me preguntaba dónde estás. Recuerda que nos inscribí como acompañantes. Así que no te retrases, por favor. Tenemos que ser puntuales para cuando nos nombren en la alfombra roja. Llámame cuanto antes...— corté el mensaje algo, o más bien bastante inquieta.
Sin más escuché unos pasos detrás de mi que me hicieron salir de mi confort. — ¿Ocurre algo, encanto? Ese acento británico inundó mis oídos, y la verdad su tono parecía incluso preocupado.
Me giré clavando mis ojos en los suyos sumamente oscuros que siempre conseguían causarme discordia en la mente. — No es nada...— agité mi cabeza restándole importancia.— solo mi acompañante que no responde. Pero estará preparándose... de seguro es eso.— jugué con la pantalla de mi móvil nerviosa para volver a alzar mi mirada.— Bueno, ya nos veremos allí. Él alzó una ceja con ese subtono pícaro que siempre estaba presente en su personalidad. — Soy el centro de las fiestas, ¿o no fue eso lo que mencionaste la última vez que estuvimos ambos en una?— su pose desafiante me recordó cierta escena que prefería mantener enterrada en mi mente. — Si...— fruncí mis labios.— Lucifer el diablo y alma de eventos. ¿Quién no te querría en uno?— exhalé chistosamente. Él me respondió dándome a entender que por una vez era yo quien tenía la razón. Aunque realmente la había tenido casi siempre, por no decir que Satán no la había tenido ni una. Pero cuando pronunció de nuevo con ese odioso mote, todo se fue al traste. — ¿Algún día dejarás de llamarme así?— le reté a lo que él se negó.— tengo nombre, y creo que es la millonésima vez que te lo digo. Pero como si le hablase a un sordo...— suspiré.— al menos ellos te saben leer los labios y entienden el mensaje, a diferencia de ti. Pero bueno, si algún día acabas aceptándolo. Preferiría que me llamases Faith. Hice hincapié en mi nombre, pero sinceramente tenía serias dudas de si algún día acabaría por ceder. — Bueno, eso ya lo veremos con el tiempo... Faith.— pronunció la última palabra con su voz más grave de lo normal. Eso hizo que hasta el más minúsculo hueso de mi cuerpo, temblase por ello. «¿¡Qué coño ha sido eso?! Mejor ni pensarlo de nuevo.» me conciencié interiormente.
Finalmente, acabamos despidiéndonos y apunto de subirme en el coche. Un mensaje hizo vibrar mi teléfono. «Disculpa, Faith. Tenía pensado pasar a recogerte, pero no podré. Nos vemos allí. Seré puntual, cuenta con eso.»
El aire se escapó de mi boca más tranquilamente tras saber con certeza que al menos no me dejaría colgada delante de todos los medios que estarían en el lugar. — Eso espero...— susurré poniéndome en camino a mi casa.
