PRIMER LIBRO | Una nacida bajo la luna de sangre, mitad mortal y mitad hija de la noche. Un hereje para todo lo conocido hasta ahora.
La reina de las brujas está oculta entre los mortales. Su nombre jamás podrá ser mencionado, sino, las tinieblas s...
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━━━━━━━━━ ▼ ━━━━━━━━━ Mi corazón palpitaba con tanta intensidad que podía sentirlo explotando con cada latido en mi cabeza. Corría con todas mis fuerzas debido a que huía de nada más y nada menos que de una panda de sicarios del narcotráfico. Era cierto que mi largo vestido rojo de seda me complicaba la tarea y no podíamos ponernos a hablar de esos tacones de aguja que no había por donde cogerlos. Sin más, caí al suelo. Me debatía interiormente entre dos posibles opciones, pero como no, acarreé la más valiente a la vez que arriesgada, y acabé sacando de la liga escondida en mi pierna una pistola para seguidamente apuntar a ese hombre de chaqueta de cuero que se acercaba peligrosamente a mi mientras que quitaba el seguro de su pistola. — ¡Corten!- escuché gritar al director haciéndome salir de mi papel.- has estado magnífica, Tiffanys. — Lo sé.- respondí mientras que con ayuda de unos productores me levantaba del suelo.- cómo no hacerlo después de la tercera entrega. Mientras me dirigía a mi camerino, mi secretaría al igual que amiga no dejaba de indicarme todas las cosas que tenía planificadas para simplemente esta tarde. — Faith, tienes que ir esta noche a la entrevista de la señorita Shepard en el canal 9.- me explicó sujetando sus gafas y apretando con sus manos el archivador donde tenía todo apuntado. — Astrid...- la miré con el rabillo del ojo.- como no voy a acordarme de la entrevista que tengo con mi mejor amiga.- rodé los ojos mientras abría la puerta de mi camerino.- por cierto, dile a los del programa que ni se les ocurra traer a Kimberly...- resoplé.- no me apetece que se monte ningún numerito. — Lo intentaré.- añadió algo agobiada pero intentando mantener una complaciente mueca en su rostro. — Gracias, Astrid.- sonreí mientras me adentraba en mi sitio de descanso. Algo agotada de haber estado en una intensiva mañana de rodaje, me dejé caer sobre mi sillón de terciopelo rojo, sin poder evitar ver todas las escenas de la grabación de hoy en mi mente repetirse una y otra vez. Para empezar, la película para la que estaba actuando trataba sobre una chica, en este caso Charity, quién era el personaje al que interpretaba. Ella se había metido en el mundo de las drogas debido a su inoportuno enamoramiento con un hombre que resultó no ser tan bueno como Charity esperaba, ya que él era un narcotraficante. Y ahora, estaba atrapado bajo las garras de la policía haciendo que la única manera de sacarlo fuese introducir a mi personaje en otro cartel y sacar los secretos que este tenía, vamos, en resumidas cuentas... información a cambio del amor de su vida. Pero por desgracia, la habían pillado y tenía que salvar su cuello aunque también el de su novio. Haciendo que este filme fuese el final de la trilogía de "La Reina." El nombre que ella había recibido a lo largo de las entregas. ¿Qué ironía verdad? 𐄙𐄁𐄙 Pasé un rato repasando mis redes sociales e intentando responder a todos los comentarios de fans que podía. La verdad, me gustaba estar en contacto con todos ellos ya que, si no hubiera llegado a ser por todas esas personas... jamás hubiera llegado a donde me encontraba. De repente, tocaron a mi puerta para que seguidamente alzase la voz diciendo: — Adelante. Entonces, la puerta comenzó a abrirse lentamente produciendo ese sonido que me ponía los pelos como escarpia haciendo así, que un escalofrío recorriese mi espalda y ya supiese de que, o más bien, de quién se trataba, posicionando mi cuello hacia atrás para llegar a ver los intensos ojos negros de mi querida amiga. — Hola, Electra.- sonreí sarcástica mientras movía mis dedos en forma de saludo burlón. — ¿No has sentido ni una pizca de miedo?- arrugó su nariz y pronunció su labio inferior en forma de sarcasmo. — ¿El truco de la puerta?- rodé los ojos.- la primera vez... tuvo su gracia, pero la quinta vez.- bufé.- Se ha vuelto predecible. Al parpadear, ella apareció sentada al lado mío en el sillón agitando su ondulado cabello azabache. — Espera a la próxima, no te la verás venir.- sus ojos perdieron su furor negro para volver a su color azul eléctrico natural.- Te lo aseguro. Después de eso, le di un golpe en el hombro. — Vamos, Elect.- reí.- acepto, ya que no me vas a asustar.- arqueé una ceja con chulería. — ¿De verdad vas a hacer un pacto con un demonio y piensas que vas a ganar?- carcajeó.- que pocas luces tenéis los humanos. — Te recuerdo, querida... que soy una bruja.- añadí mientras un pequeño rayo rojo emanaba de mis manos al igual que mis ojos se tornaban escarlata.
