C H A P T E R V

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━━━━━━━━━━▼━━━━━━━━━Al ver que su rostro no parecía estar bromeando, comencé a mirarle algo dubitativa hasta que supe que eso era imposible

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Al ver que su rostro no parecía estar bromeando, comencé a mirarle algo dubitativa hasta que supe que eso era imposible.
— Lucifer... si realmente fueses el diablo. Yo no estaría aquí. Puedo asegurártelo.- soné algo amenazadora.
Aquello consiguió en cierta manera tranquilizarme, porque al fin y al cabo era quimérico pensar que fuese real lo que decía.
— Encanto, que yo sepa... tú no has hecho nada malo para tener que castigarte.- se metió las manos en los bolsillos de su pantalón dejando sobresalir los pulgares.
Reí ante su comentario, teniendo que cuenta el disparate de palabras que salían de su boca.
— Oh, tengo varias razones por las que es imposible que seas el diablo...- caí en la cuenta.
— ¿Cuáles, encanto?- me retó acercándose peligrosamente a mi rostro pudiendo adentrarme en sus profundos ojos oscuros.
— El diablo no parece ser alguien que tiene un club nocturno y trabaja con la policía para llevar a los malos ante la justicia... por las historias que he escuchado de él, es alguien que prefiere tomarse los castigos de su propia mano. ¿O me equivoco?
Al decir aquello, con mi dedo índice lo hice hacia detrás mientras que su mirada de confusión conseguía hacerme fruncir el ceño.
— También dicen que tengo cuernos y cola, pero eso tampoco es cierto. No te fíes de las historias que te cuentan, encanto.- hizo hincapié en la última palabra.

Parecía que buscaba restarle importancia a lo que había dicho antes, ¿podría de verdad haberle afectado? Si lo fuese, le daría igual que dijese o dejara de decir de él

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Parecía que buscaba restarle importancia a lo que había dicho antes, ¿podría de verdad haberle afectado? Si lo fuese, le daría igual que dijese o dejara de decir de él. Según lo que me habían enseñado, el diablo era lo más narcisista, egocéntrico y egoísta que había existido desde la creación, jamás se preocuparía por los comentarios de una bruja... de una de sus hijas de la noche.
— No, no las creo todas... porque al fin y al cabo el villano de la historia cambia según quien sea el narrador. ¿No te parece?- me crucé de brazos desafiándolo.
— Entonces ¿por qué no puedes creer que sea el diablo?- se preguntó a si mismo.
— Si te dijese el porqué tú tampoco me creerías.- solté inclinándome hacia delante para dejárselo bien claro.- pero igual que contigo, la gente tiende a... juzgarme por quien soy.- o mejor dicho lo que soy.
Pude notar la tensión que había entre ambos e incluso, como aquello había conseguido acelerar mi corazón, al igual que su mirada burlesca a la vez que desafiante no mejoraba las cosas.
— Bueno en ese caso, ambos estamos siendo prejuzgados.- me indicó perdiendo su mirada en mis labios.
Después de eso, incómoda por sus actos me alejé de él consiguiendo que una brillante idea iluminase mi mente.
— ¿Sabes, Lucifer?- apoyé un dedo en mi mentón pensativa.- cuando me demuestres que eres el diablo... te contaré mi más oscuro deseo.- me crucé de brazos imponiéndome.- un trato... ¿no le gustan tanto al diablo?- el sarcasmo consiguió vencerme por dentro.
Él mordió su labio inferior para que después una pícara mueca me mostraba que en el fondo aquello le había agradado.
— Eres ingeniosa...- hizo una pausa.- me gusta.
Pareció pensárselo por unos segundos, como si no quisiese aceptarlo... lo que quería decir que jamás podría demostrármelo, haciendo que suspirase aliviada.
— Por eso acepto.- ladeó su cabeza esbozando una sonrisa vacilona.- trato hecho, pero la condición que pongo es que yo decidiré el momento. Esas son mis condiciones.
Asentí.
— Me parece justo.- le respondí extendiendo así mi brazo para sellar un pacto que de seguro nunca se cumpliría.
Al darnos aquel apretón, oculté la risa que asomaba por las comisuras de mis labios pretendiendo tomarme aquello con profesionalidad, como si fuese posible.
— Bueno, si me disculpas...- miré a aquel suceso que conseguía todavía darme dolor de cabeza.- me marcho a casa, hoy ha sido un día demasiado largo.- hasta para mí.
— Pero, si tu amiga se ha ido y las dos ibais en el mismo coche...- comenzó a sacar conclusiones.- ¿cómo volverás?
— Ya lo veré sobre la marcha.- me encogí de hombros.
Pude ver como sacaba las llaves de su coche, irguiendo su espalda.
— ¿Te apetece venir en mi Corvette?- preguntó relamiendo sus labios.
Me negué.
— Prefiero el aire libre...
— Es descapotable, ahora no podrás decirme que no.- insistió.
No evité rodar los ojos después de eso.
— Si lo que buscas es que me acueste contigo... puedes esperar sentado en tu Corvette, nunca mejor dicho.- sonreí falsamente.
Pude ver como en cierta manera le había afectado a su ego aquel comentario, haciendo que una mueca apareciese en mi rostro.
Pero él no se quedó atrás.
— Solo tienes que darte tiempo... acabarás por sucumbir a tus deseos más profundos por mi.- inquirió mordiendo su labio inferior.
Coloqué mis brazos cruzados a la altura de mi pecho, y me llevé una de mis manos a la sien buscando reducir mi dolor de cabeza que parecía ir en aumento.
— ¿Sabes?- acabé confesando.- Admiro tu determinación al igual que tu insistencia.- di un golpe en su hombro.- Pero yo de ti, dejaría de insistir... porque por más que persistas, no voy a cambiar de opinión, Lucifer. - entre cerré los ojos.- Solo lo digo para que... dejes de intentarlo y vayas a por una mujer más... accesible para ti. Vete con una... Britney, Brittany o como quieras llamarlas.- le resté importancia.
Sacudí mi pelo delante de él, mientras que me alejaba.
— Espero que volvamos a vernos pronto, encanto.- rió.
Al decir aquello, me paré en seco teniendo algo que decirle.
— No lo ves, no puedes ser el diablo.- me negué.
Acabé mirándole a sus ojos, pudiendo ver el desorden que había generado en ellos.
— A pesar de que no quiero hacerlo contigo... sigues insistiendo en volver a verme.- una media sonrisa brotó de mis labios.- el diablo... ¿no debería pasar de una mujer que lo rechaza? Después de todo, he oído que su ego es descomunal, o es que... ¿soy un reto para ti?- me paré a preguntarme a mi misma.
Él se quedó callado sin responder a mis preguntas, tal vez en cierta parte había dado con la raíz de todo.
— Si de verdad quieres entrar en mi vida, yo de ti... comenzaría por hacerte mi amigo, no a ver cuanto tardas en liarte conmigo.- carraspeé.- nunca he dicho que rechace tener un confidente, lo único es que no quiero un folla amigo o un aquí te pillo, aquí te mato.- saqué la lengua repugnada.- no soy de esa clase de chicas, un dato que deberías saber sobre mi.
— Entonces, ¿te gustaría ser amiga del diablo?- dijo confuso pero eso no quitó la mueca vacilona de su rostro.
— Yo nunca he dicho que no.- me encogí de hombros.- quien sabe, al final puede que acabemos llevándonos bien y todo.
Ambos sonreímos ante aquello, sinceramente no sabía que podía salir de aquí pero si afirmaba ser el diablo era mejor tenerlo cerca que lejos.
— De todas maneras, tenemos un pacto.- hizo una pausa.- de seguro volveremos a vernos, encanto.
— Cierto, y te estaré vigilando para que lo cumplas.
Hice un gesto con mis dedos indicándole que estaría fijándome en ello.
Comencé a alejarme volteando por última vez mi mirada hacia detrás viendo cómo este movía su mano para despedirse de mi.
Una sonrisa involuntaria que achinó mis ojos apareció en mi rostro girándome para ocultar aquel gesto que no sabía por qué había aparecido en mi rostro.
𐄙𐄁𐄙
Conseguí llegar a mi casa tras haberme colado en un callejón oscuro para poder haber usado mis poderes sin que nadie me hubiese visto.
Acabando sobre la cama y siendo incapaz de seguir con los ojos abiertos, dejé que mis pesados párpados se cerrasen de una vez.
𐄙𐄁𐄙
No sabía dónde estaba, veía todo borroso pero por alguna razón mis pies se movían sin que yo fuese consciente de ello.
Descubrí que sin saber por qué, iba vestida con un exuberante vestido negro que arrastraba por el suelo.
Mi respiración era irregular y parecía como si mi cabeza por motivos que desconocía fuese a estallar de tal manera que ni apretándola con fuerza conseguía que ese dolor cesase.
De lo único que estaba segura, era que me encontraba en un castillo en ruinas completamente hecho de paredes blancas y aquellos oscuros rombos colocados de diferentes posturas.

𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃 𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋 ⌲ LUCIFER MORNINGSTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora