Capítulo 22

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Estaba empezando a arrepentirse al segundo de haber hecho la pregunta. No es que fuese un cobarde, nunca lo había sido. Sin embargo, el alfa se mostraba tan enfadado que era difícil no arrepentirse de hablarle de mala manera.

¿Hubiese sido mejor si se quedaba callado? Muy probablemente.

Los ojos de Hoseok lo miraban intensamente. No estaba feliz por su pregunta, era un hecho. Los segundos que tardaba en responder solo empeoraban el ambiente.

¿Estaba mal irse? Ya no lo sabía.

—Ya te he dicho lo que pienso de él.

Su tono era tan forzado  como inusual. Se estaba conteniendo.

Sí, varias veces le había dado su opinión del alfa rubio. Siempre repitiendo lo estúpido que le parecía.

—Eso no contesta mi pregunta.

Seguía animándose a desafiarlo. No sabía de dónde sacaba valor.

La mirada de Hoseok fija en él, como si no hubiese nada más interesante en el mundo.

—Es un imbécil que no supo valorarte. Te hizo sufrir.

—Sigues evadiendo la pregunta —el tono del azabache solo parecía confiado.

—Mejores alfas hubiesen estado en su lugar y te hubiesen tratado como el diamante más precioso del planeta.

" ¿Tú hubieses sido uno? " preguntó su lobo. Aunque ciertamente Yoongi también quiso decirlo en voz alta.

—Pero no lo hicieron, él estuvo. Ahora responde la pregunta.

—Siempre detestaré a la gente que tiene oportunidad de hacer algo bueno y eligen hacer lo contrario.

—¿Tienes algún problema con que ahora sea mi amigo? Sí o no —dijo de manera firme.

—No creo que pueda haber amistad entre tú y él.

—¿Acaso tú no te sigues viendo con Jisoo?

—Es diferente —gruñó.

—No hasta donde yo lo veo.

Pasaron unos minutos de silencio. La mirada del castaño pareció apaciguarse un poco, como si de repente un incendio parase. Lo observaba con curiosidad ahora.

—¿Acaso eres tú el que tiene un problema con que me siga viendo con Jisoo? —preguntó dando un giro a la conversación.

El omega logró que su expresión se mantuviese seria mientras miraba a otro lado, sin embargo, sintió sus mejillas calentarse. Había sido descubierto, pero trataría de mostrarse imperturbable. No había ido allí para ser humillado.

Quizás si tenía suerte, Hoseok no notaría su sonrojo.

—Un día me dices que han terminado porque las cosas ya no funcionaban, y al otro día los veo juntos sonriendo como si nada hubiese pasado... Es lógico que me moleste, dices una cosa y haces otra. Casi ni te reconozco, Hoseok. ¿Qué te ha hecho ella?

En su defensa, no tenía idea de lo que había dicho. Simplemente había unido palabras en su cabeza tratando de darles sentido y no resultar humillado.

—¿Estás diciendo que Jisoo me manipula? —su tono sonando incrédulo.

El azabache se encogió de hombros sin saber qué decir. No conocía a la chica, quizás se trataba de una hermosa persona, pero creía que acusarla de lo contrario podría salvarlo.

Lo vio de reojo negar con la cabeza mirando el suelo. Pareció sonreír al volver a observarlo.

—Ella no haría eso, no es esa clase de persona —la defendió.

—Jimin tampoco lo es.

La sonrisa desapareció de la cara del castaño.

—¿A qué quieres llegar con todo esto?—su voz sonaba enfadada de nuevo —Es obvio que ninguno cambiará de opinión sobre su ex.

Ya ni sabía qué estaba tratando de hacer. Todo había tomado un rumbo tan diferente. Solo quería saber qué sucedía entre la muchacha y su mejor amigo. Necesitaba saberlo.

—Te haré una pregunta, solo responde —dijo con la vista en el suelo.

—De acuerdo —sonó más calmado.

Contó hasta diez mentalmente, obligándose a seguir con la idea. No importaba si sonaba extraño, debía preguntarlo. La duda ya no debía rondar por su cabeza causándole insomnio.

Tragó saliva y suspiró. Eso era todo.

—¿Por qué te has visto con ella luego de terminar?

Sin dudas, la peor parte de aquel momento fueron los inacabables minutos de silencio. Con su mirada puesta en el suelo no sabía cuál era su expresión y no se animaba a levantarla. Quizás si lo hacía, se sentiría aún más nervioso.

¿Qué estarían mostrando sus ojos? ¿Podría descifrar sus pensamientos a través de ellos? ¿Qué sentía?

¿Por qué se tardaba tanto en contestar? Era una pregunta sencilla, ¿no?

No había porqué darle vueltas al asunto. Se trataba de decir la verdad, la única y auténtica verdad. Yoongi quería eso. Lo necesitaba para tener paz mental.

No quería seguir dando vueltas en su cama a mitad de la noche. Basta del eterno insomnio.

—¿Por qué te interesaría? —su voz sonando calmada y cautelosa.

¿Era en serio? ¿Había esperado tanto su respuesta y decía aquello?

¡¿Qué demonios le pasaba?

Respiró profundo tratando de calmarse. Estaba todo genial, no había porqué gritar. Debía contestarle de buena manera, eso haría.

—¿Por qué demonios me contestas con otra pregunta? —dijo con los dientes apretados.

O quizás no le contestaría bien, después de todo.

—Quiero saberlo antes de responder—aclaró —¿Por qué te interesaría? —repitió tranquilo.

¿Qué iba a decirle?

No tenía idea de qué contestarle sin parecer... un demente. ¿De qué otra forma podría explicarse? Estaba actuando demasiado interesado en su vida amorosa, y eso estaba mal.

Intentó, intentó e intentó, pero nada venía a su mente. No tenía alguna justificación.

Suspiró pesadamente y se levantó del sofá sin mirar al alfa. Se iría, quizás así guardaría algo de dignidad.

Comenzó a caminar hacia la puerta de entrada. Alcanzó a dar unos cinco pasos antes de que sintiera que lo sostenían del antebrazo. Su cuerpo tembló en respuesta. Hacía tanto tiempo que no sentía su tacto que al hacerlo se había vuelto débil. De repente su determinación para dirigirse a la puerta había desaparecido. Mantuvo la mirada fija en el suelo tratando de mostrar una firmeza que en realidad ya no tenía.

—¿Qué quieres? —inquirió como si su contacto no lo afectase.

Quería irse, pero sabía que su cuerpo buscaría quedarse allí. No deseaba que la mano de su mejor amigo dejase su antebrazo. Necesitaba permanecer con él.

—Quédate y hablemos —pidió el castaño.

—No se puede hablar contigo.

—Podemos hacerlo y aclarar lo sucedido.

Su cuerpo volvió a temblar. Sabía a qué se refería.

Era lo mismo que él deseaba.

—¿Prometes que así será? —preguntó en un hilo de voz.

—Lo prometo —confirmó.

Cuestionando intenciones - Hopega OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora