Capítulo 18

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—No puedes simplemente encerrarte y pretender que el mundo se olvide de ti —reclamó el alfa detrás de la puerta.

Al no oír respuesta, volvió a golpear la madera.

—¡Vamos, Yoongi! ¡Te creí más fuerte que esto!

—¡Entonces te equivocaste, Jimin! —dijo detrás de la puerta del baño —¡Esto es lo que soy, débil como una maldita mosca! ¡Tómalo o déjalo!

Así había transcurrido la media hora anterior: Jimin y Yoongi discutiendo separados por la puerta del baño del departamento del azabache.

Cuando habían pasado días sin que supiese nada de él y que en su trabajo le dijesen que estaba enfermo, el alfa había decidido ir a visitarlo. Para su sorpresa, Yoongi se había rehusado a abrirle, por lo que tuvo que recurrir a una nueva estrategia. Se dedicó a golpear la puerta del departamento hasta que el azabache se hartó y le abrió para ir corriendo hacia el baño y encerrarse.

Puede que no fuese una victoria, pero era un progreso.

—¡Yoongi, abre la puerta!

—¡Quiero estar solo!

—¡Ya has estado solo demasiado tiempo! ¡Es hora de salir y relacionarte con el mundo!

—¡Deja de gritar! ¡Los vecinos se quejarán!

—¡Créeme que no serán nada comparados al enojo que sentiré yo si no sales ahora!

Hubo unos minutos de silencio.

—Solo déjame —murmuró el omega —Vete y déjame tranquilo.

Jimin respiró hondo tratando de no enfadarse más.

—Si estuvieses tranquilo, —dijo tratando de no gritar —no te hubieses aislado así.

Silencio volvió a ser su respuesta.

—Yoongi, por favor, solo... no hagas esto —pidió —No te beneficiará en nada. Debes salir de ahí y hablarme, puedo ayudarte a solucionar lo que sea que te ponga así.

Pasaron unos minutos, el rubio se obligó a tener paciencia. Quería ayudarlo y debía hacerlo sin forzarlo demasiado.

La puerta se abrió lentamente y mostró a un ojeroso omega. Llevaba puesto su pijama, su playera blanca tenía algunas manchas de comida. Se veía débil y cansado, como un lobo que ha peleado demasiadas veces en su vida y solo se resigna a lo que continua sin luchar. Resultaba triste verlo de esa manera.

Observó al rubio evidenciando sus ojos hinchados por el llanto. Había tanto dolor en su mirada.

El alfa comprendió que tomaría tiempo averiguar lo que había sucedido.

🎭


Luego de un rato en el que el omega explicó lo sucedido, Jimin se acomodó mejor en el sofá y pensó unos segundos. La situación era tan delicada que implicaba no decir lo primero que se le venía a la cabeza.

—En conclusión, —se atrevió a decir al azabache que se encontraba en el sillón cercano — fuiste a visitarlo para hablar y cuando lo viste con su ex novia... huiste.

Yoongi se removió incómodo para luego fruncir el ceño ofendido.

—No fue huir, solo cambié de opinión 
—reclamó —además, ¿qué se supone que debía hacer? ¿Quedarme allí y presenciar como se besaban?

—O pedir explicaciones —ofreció el alfa.

¿Pedir explicaciones? ¿En calidad de qué? ¿Amigo? ¿Amante de una noche? Porque definitivamente un amigo normal no le pediría explicaciones sobre porqué sonreía con su ex. Le daría igual o se alegraría por él, pero claro que el azabache no podía hacer nada de eso.

El hecho de que volviese con Jisoo no era una buena noticia para nada. Nunca tuvo nada personal contra la chica, pero ahora no la quería cerca de Hoseok. Se habían separado, debían continuar así, sino él no tendría paz.

—No puedo hacer eso, —contestó negando con la cabeza viendo el suelo—, los mejores amigos no se piden explicaciones por esas cosas.

Observó al rubio poner los ojos en blanco. Notaba que hacía rato intentaba ser paciente con él.

—Sé que al principio de todo fue difícil asumirlo. Te escuché repetidas veces decir que solo eran amigos, pero ya es momento de asumirlo, Yoongi, —colocó una mano en su rodilla y lo miró fijo —ustedes son algo más que simples amigos.

El omega se removió incómodo y con cuidado apartó la mano de Jimin. No se sintió asqueado o amenazado, sino fuera de lugar. En el instante en que la mano se había apoyado en su piel, su lobo había chillado en desacuerdo. No quería su toque, no quería el toque de ese alfa. No le pertenecía a él.

El rubio notó eso y no volvió a intentar tocarlo.

—Escucha, esto no es sano —dijo señalando a su alrededor —No puedes quedarte aquí deprimiéndote por haber visto lo que viste. Debes ponerte tus pantalones de niño grande e ir a buscar a Hoseok y hablar de lo sucedido.

—Pero...

—Pero nada, —lo interrumpió —son adultos, eran mejores amigos, hablen y solucionen sus problemas. Díganse que se aman o que se odian y no quieren volver a verse, pero la solución no es quedarte aquí, alejado del mundo pretendiendo que estás bien.

El omega se quedó callado ante las palabras enfadadas de Jimin. Este último suspiró tratando de sonar más calmado.

—Yoongi, no quiero ser rudo contigo. En serio que no quiero, pero tampoco quiero volver a tu departamento y encontrarte así: —señaló su aspecto —desarreglado, pesimista y no queriendo ver a nadie. Así que dejarás este estado deplorable y pondrás manos a la obra —finalizó sonriendo amable.

El azabache pensó en sus palabras. Era verdad que debía verse patético aislándose de los demás y apenas mostrando voluntad para vivir. Sí, su lobo y su parte humana se encontraban en pésimo estado, pero ellos no eran ningunos debiluchos. Debían emerger y demostrar que ellos no se rendían fácil.

Puede que hubiese perdido a su mejor amigo, sí, y eso dolía, sí, pero no se quedaría sumergido en su soledad repitiendo de manera vacía que se hallaba bien. El rubio tenía razón, puede que las cosas no estuviesen bien, pero su actitud tampoco lo estaba.

Sonrió lentamente y observó al alfa. Sin dudas, era alguien excepcional.

—Eres el mejor ex novio del mundo, ¿lo sabías?

El rubio sonrió de costado y peinó su cabello hacia atrás.

—Por supuesto que lo sé, tonto.

Y entonces ambos rieron en medio de una situación tan complicada, como si en realidad no lo fuera.

Cuestionando intenciones - Hopega OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora