Capítulo 19

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Suspiró y recordó la charla con Jimin. Él debía hacer esto, estaba bien.

No importaba cuanto miedo tuviese, debía hacerlo. Como un niño grande, no, un adulto que afronta sus problemas.

Se encontraba frente a la puerta del departamento de Hoseok. No había tocado, no se había hecho notar aún.

Ni siquiera sabía si eso era lo que quería.

No deseaba quedar en ridículo con el alfa al no saber qué decir, pero debía intentarlo. Jimin tenía razón, no podía quedarse aislado de todo el mundo deprimiéndose en su departamento. Debía hablar con el castaño y aclarar lo sucedido, aún si eso lo incomodaba.

Era cuestión de seguir adelante y no estancarse. Aún si eso lo llevaba a más dolor.

Tomó una honda respiración y acercó su puño a la puerta. Iba a golpear, pero se detuvo. El pánico volvía.

Tenía que controlarse. Pensar en frío.

Nada de huir, ni esconderse. Era hora de la verdad, no importaba si esta dolía.

Suspiró una vez más y con el corazón latiendo acelerado, golpeó la puerta. El sonido rebotó en la madera mientras el azabache pensaba de nuevo en todo lo ocurrido.

Quiso huir, sin embargo, antes de que pudiese siquiera dar un paso hacia atrás, la puerta se abrió. Lentamente la madera fue dejada a un lado para mostrar a quien estaba detrás. Poco a poco los cabellos castaños fueron siendo revelados y el omega contuvo la respiración.

Sabía de quien se trataba, reconocería ese cabello donde fuese.

¿Qué haría ahora?

El rostro de su mejor amigo apareció dejando atrás la puerta. Su mirada usual se transformó en una sorprendida al verlo.

No observaba de tan cerca aquellos ojos desde...

Tragó saliva. No sería fácil.

Estaba a punto de vencer uno de sus peores miedos, y el deseo de huir era fuerte. Sentía sus manos temblar a sus costados y mordía el interior de su mejilla tratando de calmarse.

Debía tranquilizarse. Todo estaría bien.

No sabía decir cuanto tiempo pasaron mirándose el uno al otro en silencio. Sus ojos fijos en los del contrario, como si solo existiesen ellos dos. Yoongi podía sentir la tensión, tanto que sus labios temblaban. El deseo de huir seguía allí peleando junto al deseo de quedarse.

¿Podía salir corriendo, fingir que nada había pasado y olvidarse de Hoseok? No.

¿Podía sonreír y actuar como siempre con su mejor amigo? No.

¿Podía afrontar lo sucedido y hablar de ello? Lo intentaría.

—Oh, hola —dijo el castaño aún sorprendido.

—Hola —saludó el omega en tono bajo.

—¿Quieres pasar? —ofreció haciéndose a un lado.

El azabache asintió con la cabeza en silencio y entró.

Era todo o nada.

🎭

No recordaba cuando había estado tan nervioso antes. Su madre solía regañarlo cuando era tan vago que posponía sus tareas, y ella cuando quería, podía dar miedo. Aún así, la situación actual no se asemejaba.

No se trataba de miedo a lo que Hoseok pudiese hacer o decir, más bien era uno que los involucraba a ambos. Cualquier cosa que hiciesen podría marcar su futuro, para bien o para mal.

Cuestionando intenciones - Hopega OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora