11.

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Pov_Max

Estaba sentada cerca del mostrador, la tienda estaba abierta y El no tardaría en llegar.
Recordé todo lo de ayer. Prometió quedarse conmigo y me costaba creerle. Tal vez sentía lástima por mi.

Y no sería la primera, mucho menos la última.

Escuché el sonido de la puerta abriéndose. Y ahí estaba ella, con su lindo cabello castaño y su sonrisa radiante.

—Hola.— Habló tímida. Mucha ternura para ser real.

—Hola.— Le sonreí. Se acercó a mi y me dio un abrazo, que claramente correspondí.

—¿Como estás?— Preguntó recargado su cabeza en el hueco de cuello. Sentía su respiración muy cerca de mi cuello y la sangre subir rápidamente a mi rostro.

—B-bien.— Hablé nerviosa y aclaré mi garganta.— Bastante bien.—

—Me alegra.— Me apretó más hacia ella. Reí.

—¿Que son estas muestras de cariño tan repentinas?— Se separó un poco y rió.

—No lo sé, solo quería abrazarte.— Encogió sus hombros y volvió a la posición anterior. Nos mantuvimos así un rato hasta que la voz de un chico nos hizo sobresaltar.

—Hola...¿interrumpo algo?— Miré al chico que nos veía con una ceja arqueada. Era Mike. Eleven se separó rápido de mi para saludar al chico.
Fruncí el ceño.

—No interrumpes nada, no te preocupes.— Dijo El dándole un abrazo y un beso en la mejilla. Mi mano derecha, la que no estaba vendada, se cerró en un puño.

El chico parecía notar algo que ni yo entendía, puesto que me miró con una sonrisa victoriosa y arrogante. Apreté más mi puño. Que niño tan estúpido.

—Genial.— Miró un segundo a Eleven para después mirarme a mi.— ¿Te importa si me llevo a El por un rato?— Preguntó con la misma cara de idiota.
Bien, tengo que relajarme.

—Claro que me importa.— Sonreí sarcásticamente.— Es muy temprano y tiene que trabajar.— Eleven me miró con extrañeza pero sonrió y asintió.

—Es verdad, tengo que trabajar.— El chico hizo una mueca de molestia y fue mi turno de sonreír victoriosa.

—Pero habíamos quedado en salir hoy.— Hizo un puchero mirando a El.

—¿Eh? ¿Cuándo?— Preguntó confundida. Luego abrió los ojos con sorpresa.— Oh... Cierto. Lo olvidé, lo siento.—

Mike tenía la mandíbula tensa y se podía notar como mordía su mejilla interna. Lo miré con determinación y advertencia. Pobre de él si llega a hacerle algo a Eleven.

Soltó un suspiro y apartó la mirada.

—Está bien, no hay problema. Quedamos otro día.— Sonrió. El asintió.

—Otro día estará bien.—

Se miraron fijamente. Ambos sonreían y sus ojos brillaban. Sentí una pequeña presión en el pecho, una sensación extraña en mi estómago y un pequeño mareo. Me sostuve en el mostrador.

¿sᴛʀᴀɴɢᴇ ʟᴏᴠᴇ? [ᴇʟᴍᴀx] (ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora