¿sᴛʀᴀɴɢᴇ ʟᴏᴠᴇ? [ᴇʟᴍᴀx] (ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ)

32.

Pov_Eleven 3 meses después.

—¡Robin podrías dejar de reír!— Escuché el grito de mi novia desde el primer piso.

Bajé y encontré a Robin riendo mientras Max mantenía el pelo hecho un desastre.

—¿Qué pasó aquí?— Pregunté.

—Pasa que tu novia no sabe como peinarse.— Volvió a reír. Max le levantó el dedo corazón y la miró con molestia. Suspiré y me acerqué a ella.

—¿Estás nerviosa?— Pregunté.

—Un poco.— Dijo por lo bajo. Tomé su mano.

—No tienes porque estarlo.—

—Wow le cambiaste la vida.— Dijo Robin con sarcasmo. Max y yo la miramos con los ojos entre cerrados.— Ya ya, no interrumpo.— Tomó su bolso.— Las espero afuera con los chicos.— Asentimos.

Volví mi vista a Max.

—Tranquila, estaré a tu lado siempre.— Besé su mejilla.— Ahora arreglemos tu cabello Súper Zanahoria.— Sonrió.

—Me gusta que me llames así.—

—Me gusta llamarte así.— Nos dimos un pequeño beso.

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—Hey chicas, ¿ya están listas?— Preguntó Will entrando a la casa de Max. Asentimos y salimos junto con él.

Subimos al carro de Robin y emprendimos nuestro camino hacia la nueva tienda.

Sí, Max y Billy habían vendido la antigua para comprar un terreno mejor y construir una nueva a su antojo. Por ese motivo estábamos por ir a la inauguración.

—Espero que no vaya la señora gritona.— Arrugue mi nariz. Max rió.

—Es la reina del chisme, claro que irá.—

—¿Quien es la señora gritona?— Preguntó Will.

—Una señora que grita.— Contestó Billy desde el copiloto.

—Ja ja ja que gracioso.— Respondió Will sarcástico. Todos reímos.

—La señora gritona es quien estuvo a punto de ocasionar mi renuncia el primer día.— Max volvió a reír.

—Estuvo a nada de llorar por estrés.— Se burló. La miré indignada.

—¡No lloré!—

—¡Casi lo haces!—

—¡Mientes!—

—¡No miento!—

—¡No griten en mi auto!— Gritó Robin desde el volante.

—Lo siento.— Dijimos al unisono.

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