Aragorn no sabía cuánto tiempo había estado de pie. Para él, parecían horas, mientras que en realidad probablemente solo habían pasado unos segundos. Finalmente, el mundo pareció volver nuevamente a su ritmo habitual, sacando al joven montaraz del entumecimiento que se había apoderado de su cuerpo y mente.
Obligando a que sus piernas lo obedecieran, corrió por el claro y cayó de rodillas junto a Elrohir, quien intentaba frenéticamente empujar los pesados cuerpos de los wargos para liberar a su gemelo.
En un esfuerzo combinado, finalmente pudieron arrastrar los cadáveres, dejando libre el cuerpo de Elladan. El gemelo mayor estaba acostado sobre un lado, con el brazo izquierdo atrapado debajo de su cuerpo, y el derecho estirado cerca de su espada manchada de sangre. Había profundos cortes donde las garras de un wargo le habían arañado la espalda, y la sangre roja oscura emanaba lentamente de ellos, manchando su túnica de un horrible color carmesí. Por toda la parte superior, los dos hermanos podían ver marcas donde las garras y los dientes de las bestias habían mordido la carne de Elladan, dejando heridas abiertas que parecían cubrir cada centímetro visible de su cuerpo. Un conjunto de rasguños por toda su garganta, enfatizaba la palidez antinatural de su rostro y la negrura de las pestañas contrastaban a sus párpados fuertemente cerrados.
Elrohir fue el primero en reaccionar. Con un grito de consternación, tomó en sus brazos la forma inerte de su gemelo, colocando con cuidado la cabeza de Elladan en su pecho, mientras acariciaba su cabello y murmuraba suavemente en sindarin, diciéndole una y otra vez que todo estaría bien.
Con la mente dándole vueltas, Aragorn trató de averiguar qué hacer. Los rasguños eran muy profundos, pero por sí solos no eran lo suficientemente graves como para dañar a un elfo. Lo que realmente le preocupaba era la infección debido a las garras y los dientes sucios de los wargos. Reprimiendo un profundo suspiro, miró a Elladan; el gemelo mayor también tenía una buena cantidad de sangre de wargo cubriéndolo.
Esto no está bien. Esto no es bueno en absoluto - pensó, haciendo una mueca interiormente y poniéndose de pie tan rápido como lo permitía la herida en su costado.
Apartó el dolor y pisó con cuidado los cuerpos dispersos de los wargos muertos, y se dirigió hacia el caballo de Elrohir, que todavía estaba de pie al otro lado del claro. Este resopló suavemente y miró con grandes ojos de reproche al humano que se acercaba. El joven montaraz extendió la mano y acarició tranquilamente el cuello del caballo, mientras hablaba en sindarin para calmar al asustado animal. Satisfecho de que este no trataría de arremeter contra él, abrió las alforjas de cuero y buscó frenéticamente los suministros médicos que esperaba que Elrohir hubiera recordado empacar esta mañana.
¿Todo esto paso hoy? Se sentía como si hubiera pasado toda una vida - reflexionó Estel justo cuando sus dedos tocaban una bolsa gris y la sacaba tan fuerte que el resto de los suministros terminaron en el suelo del bosque.
Rápidamente abrió la bolsa, escaneó su contenido y agradeció en silencio a Elbereth cuando vio la variedad de hierbas y vendajes que alguien, probablemente Elrohir - notó una pequeña parte de su mente - había metido en ella con bastante descuido.
Agarró la bolsa con fuerza y corrió a través del claro hacia donde estaban sus hermanos, ninguno de los cuales se había movido desde que los dejó.
Aragorn echó un vistazo a la cara de Elrohir y decidió que el gemelo más joven probablemente no estaba en condiciones de pensar con claridad en este momento. Agachándose detrás de su hermano elfo, colocó una mano reconfortante sobre su hombro.
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Ojo por ojo (Libro 03)
FanfictionCuando alguien del pasado resurge y amenaza a Rivendel y sus habitantes, ¿puede Elrond con la ayuda de Legolas proteger a sus hijos y especialmente a Aragorn de ser víctimas de sus planes? ¿O quedarán atrapados en el fuego cruzado de la venganza?