LEGENDARIO FARAÓN

PARTE 13: GENERAL DESAPARECIDO I

- Los hechos de este capitulo, suceden minutos después del capitulo anterior.

- En los caminos hacia el pueblo hebreo:

Tirado en pleno camino, con múltiples heridas de latigazos en la espalda y con los minutos contados para morir, yace un hombre muy importante para la familia real, el esposo de la princesa Henutmire, más conocido como el general de batalla Disebek.

Disebek: Tengo que moverme del medio de camino, corro riesgo de que me aplaste una biga, pero por mas trato no logro mover mi cuerpo, mi espalda no deja de arder...

Disebek: ¡Que estúpido! Salir en estas condiciones del...

Disebek: Se acerca una carroza de carga, maldición no me puedo mover, no quiero morir aplastado, no puedo.. otra vez... se pone oscuro... detengans...

Conversación de los pasajeros de la carroza...

Teti: ¡No tan rápido padre!

Sumo Sacerdote: Estamos retrasados, tu hermana debe de estar preocupada.

Teti: Si, pero no es motivo para arriesgar nuestra vidas, podríamos chocar o terminar volcando.

Sumo Sacerdote: Tienes razón, bajare la velocidad, solo espero que Maya este ... 

Sumo Sacerdote: ¡Por los dioses! ¿Pero que demonios hace ese hombre ahí?

La carroza se detuvo a pocos metros del cuerpo de Disebek, el Sumo Sacerdote no mostró ningún acto de piedad y quería seguir su rumbo, pero... 

Teti: Padre ¿qué haces?¡Detente!

Sumo Sacerdote: No lo haré, ese hombre tiene el uniforme del palacio, recibió un castigo muy severo, seguro por cometer un delito muy grave a los intereses del rey. Pero, la pregunta es ¿como llego hasta este punto? esa heridas debieron haberle impedido caminar...

Teti: No importa lo que cometió, solo se que debemos  ayudarlo, aun se encuentra con vida, padre no le niegues el derecho de seguir viviendo...

Sumo Sacerdote: No lo se, ayudarlo significaría tener problemas con el rey, mi profesión me obliga a socorrer a los necesitados, siempre y cuando sea egipcio,  pero con este hombre, mi instinto me dice que no debemos hacer nada por él. Además su cara me resulta muy conocida...

Teti: Yo me ocupare de él, no tienes de que preocuparte...

Sumo Sacerdote: Esta bien, tú ganas. Creo que llevarlo al palacio no sería buena idea, él escapo de ahí por alguna razón, solo espero que este hombre no sea un delincuente o peor...

Teti: Agradezco su compasión, padre.

Sumo Sacerdote: No puedo negarme, me hacer recordar tanto a tu madre, era tan caritativa con los necesitados, ojala Ra cuide de ella...

Sumo Sacerdote: Ayúdame a subirlo a la carroza.

Teti: Si padre...

Sumo Sacerdote: Este soldado tiene mucho que contar, tiene suerte de haberse encontrado con un alma caritativa como la tuya hija...

Teti: Debemos llegar a casa, sus heridas estas infectadas, si sigue así va a morir.

Sumo Sacerdote: Como ordenes mi pequeña sacerdotisa...

El Sumo Sacerdote y su hija mayor Teti, subieron a la carroza y se fueron a un rumbo totalmente desconocido, ubicado lejos del pueblo hebreo y mayor aun del palacio. Un corta, alegre y divertida aventura inicia para Disebek.