El diario de Kresthauser

Epílogo

Las páginas arrancadas del diario.

"Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de historia"

Adolf Hitler

"Está todo listo. Son las 12 del mediodía, hora punta, inmejorable. Mi primer pensamiento fue suicidarme ayer por la noche pero no es suficiente. Soy el culpable de lo que le pasó a Emily pero con mi muerte nada se arreglará, seguirán torturando judíos sin preguntarse si lo merecen o no. Ese maldito laboratorio debe desaparecer para siempre.

No me ha costado demasiado conseguir explosivos, con acercarme a una de las sedes del partido en Berlín fue suficiente. Mis antiguos camaradas de partido me los facilitaron, tan sólo tuve que fingir que eran para volar sedes comunistas, confiaban ciegamente en mí. Alguno pidió acompañarme, quería volver a sentir la emoción de antaño. Me costó bastante convencerles de que era mejor actuar solo. Lo aceptaron gracias a que se puso en marcha un ataque a otras sedes, puede decirse que si muere algún comunista será culpa mía esta vez. Pero el fin justifica los medios, tenía que conseguir este material como fuera. Ahora lo tengo y no dudaré en usarlo. Volaré cada centímetro de ese maldito laboratorio de los horrores, no dejaré ni una sola partícula. Se lo debo a Emily, se lo debo a nuestro hijo, aquel que nunca veré nacer. Sólo me duele saber que este hospital nunca será de mi hijo Heinrich como hubiera deseado, pero sé que saldrá adelante, sé que conseguirá ser alguien en la medicina sin mi ayuda. Tengo fe en él, sé que lo hará.

Es el momento. Me he paseado por todo el hospital, despidiéndome de todos los lugares en los que he pasado los últimos años de mi vida, años maravillosos. Podría poner la bomba y no estar cuando explotase pero yo debo consumirse en las llamas de aquel infierno que ayudé a crear. Pienso llevarme conmigo a todos los científicos y oficiales de las SS que estén allí. No tendré piedad, no me dan pena. Ellos deben quemarse en el fuego eterno junto al laboratorio, son tan culpables como yo.

Desconozco la potencia de los explosivos que llevo, me han asegurado que reventarían un piso entero, así que no les he quitado potencia. Espero que arrase toda la planta, incluido el ascensor, único medio para llegar ahí. Es probable que me lleve conmigo a terminales y judíos que se encuentren allí pero será mejor que mueran a tener que soportar torturas sin más fin que el estudio, espero que puedan perdonarme. Ojalá pudiera sacarlos de allí pero es demasiado arriesgado. Me adentraré lo más que pueda en el laboratorio para que la explosión sea en el corazón de la bestia. No hay más que decir, las puertas del ascensor ya se abren y acabo de pulsar el botón con destino al infierno. Escribo estas últimas líneas en los apenas 5 minutos que tardará en llegar a su destino.

Espero que este acto abra los ojos a nuestro Führer, en quien confío plenamente para que la actitud hacia los judíos cambie y distinga entre buenos y malos. Al fin y al cabo, a pesar de que lo llevan en su sangre, algunos consiguen sobreponerse a su propia maldición y convertirse en buenos alemanes y esos merecen ser salvados. Así se lo he hecho saber en un mensaje que he dejado en mi mesa para que ellos lo encuentren. Sé que llegará a sus manos. ¿Aprenderán la lección que dejaré para la historia? No estoy seguro, supongo que quizás la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de historia."

Deutschland Über Alles

Para Ainhoa y Toni. Sin su opinión capítulo a capítulo, su paciencia y su tiempo esta novela no habría sido posible. ¡Gracias!

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