Epílogo

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Resulta curioso que la gente se creyera que acabáramos tan increíblemente magullados —y de tantas maneras interesantes— por el ataque de un oso. Especialmente cuando Hoseok luce un mordisco idéntico a las heridas encontradas en el escenario de uno de los crímenes más horripilantes de la historia reciente de Thunder Bay. Pero nunca me deja de sorprender lo que la gente es capaz de tragarse cuando quiere.

Un oso. De acuerdo. Un oso mordió a Hoseok en la pierna y a mí me lanzó contra un árbol después de que tratara heroicamente de librarlo de él. Igual que Jihoon. E igual que Yoongi.

Hoseok fue el único que recibió un mordisco, o arañazos, y mi madre salió completamente ilesa, pero ya ves, este tipo de cosas pasan.

Hoseok y yo seguimos en el hospital. Él ha necesitado puntos y le han tenido que poner la vacuna de la rabia, lo que no resulta muy agradable, pero es el precio de nuestra coartada. A Jihoon y a Yoongi ni siquiera los ingresaron. Yo estoy tumbado en una camilla con el pecho vendado, tratando de respirar correctamente para no desarrollar neumonía. Me hicieron análisis de sangre para comprobar cómo estaban las enzimas de mi hígado, porque cuando ingresé tenía un color tirando a amarillo plátano, pero no había ningún daño hepático. Todo funcionaba con normalidad.

Mi madre y Yoongi me visitan en turnos rotativos y una vez al día traen a Hoseok en una silla de ruedas para que veamos el concurso Jeopardy en la televisión. Nadie quiere admitir que se sienten aliviados de que las cosas no salieran peor, o que por suerte salimos todos vivos, pero sé qué están pensando. Piensan que podría haber sido mucho peor. Tal vez sí, pero no quiero escucharlo. Y si es cierto, entonces hay una única persona a la que deberían agradecérselo.

Jimin nos mantuvo con vida. Se arrastró con el hechicero obeah hacia Dios sabe dónde. No dejo de pensar en todas las cosas que podría haber hecho de otra manera. Trato de recordar si hubo otra forma de hacerlo. Pero no lo intento con demasiada intensidad, porque él se sacrificó, mi hermoso y estúpido chico, y no quiero que haya sido en vano.

Alguien llama a la puerta. Levanto la vista y veo a Yoongi de pie en el umbral. Aprieto el botón de mi colchón ortopédico para incorporarme y saludarlo.

—Hola —dice, acercando una silla—. ¿No te comes la gelatina?

—Odio la gelatina verde —respondo y la empujo hacia él.

—Yo también la odio. Solo estaba preguntando.

Me río.

—No hagas que me duelan las costillas, cabrón —sonríe.

Realmente me alegro de que esté bien. Luego se aclara la garganta.

—Lo sentimos por él, ya sabes —dice—. Hoseok y yo. Nos gustaba, aunque era algo espeluznante, y sabemos que tú... —se detiene y se aclara de nuevo la garganta.

Yo lo quería. Es lo que Yoongi iba a decir. Lo que todo el mundo sabía antes de que yo me diera cuenta.

—La casa estaba como loca —continúa—, como la de Poltergeist. No la primera película, sino esa en la que sale el viejo terrorífico —sigue aclarándose la garganta—. Jihoon y yo regresamos después para ver si había quedado algo. Pero no había nada. Ni siquiera los restos de sus espíritus.

Trago saliva. Debería estar contento de que estén libres. Pero eso significa que él se ha ido para siempre. La injusticia de todo esto me asfixia durante un segundo. Logro encontrar un chico con el que realmente podría estar, tal vez el único chico en el mundo y, ¿qué es lo que consigo? ¿Dos meses con él? No es suficiente. Después de todo lo que Jimin sufrió —de todo por lo que yo pasé—merecemos algo más.

O tal vez no. De todas maneras, la vida no funciona así. No se preocupa por lo que es justo o injusto. Aun así, estar tumbado en esta camilla de hospital me ha dado mucho tiempo para pensar.

Últimamente he pensado muchas cosas, sobre todo en puertas. Porque eso es en esencia lo que Jimin hizo. Abrió una puerta, desde aquí hacia algún otro lugar. Y, por mi experiencia, las puertas pueden abrirse en ambos sentidos.

—¿Qué es tan divertido?

Miro a Yoongi, sorprendido. Me doy cuenta de que he empezado a sonreír.

—La vida —respondo encogiéndome de hombros—. Y la muerte.

Yoongi suspira y trata de sonreír.

—Entonces, me imagino que te mudarás pronto. A hacer lo que tienes que hacer. Tu madre comento algo sobre un wendigo.

Me río entre dientes y luego me estremezco. Yoongi me imita con poco entusiasmo. Está tratando de que no me sienta culpable, fingiendo que no le importa si me marcho o no.

—¿Dónde...? —empieza a decir, y me mira con atención, tratando de ser delicado—. ¿Dónde piensas que se fue?

Miro a mi amigo Yoongi, con su cara sincera y seria.

—No lo sé —digo en voz baja. Un destello diabólico aparece en mis ojos—. Tal vez Hoseok y tú podáis ayudarme a descubrirlo.


Fin




Y bueno, llegamos al final definitivo, gracias a esas personitas que estuvieron pendientes a las actualizaciones, gracias a quienes recién empiezan a leer esta adaptación, gracias a quienes votan y comentan, realmente lo aprecio; espero les haya gustado y si ven algún error me avisan <3  nsnndn pueden leer mi os publicado acá o mis dos one shot que estan en mi cuenta: -Bati_Chica-  ahya nsnsdnsn

ohh ahora que lo pienso, Anna vestida de sangre tiene un segundo libro (Anna desde el infierno) quieren que lo adapte al kookmin? eso si, sería en yo creo que uno o dos meses. También tenía pensado adaptar "Besar a un ángel" de Susan Elizabeth Phillips, tengo el primer cap en borrador nsnndn, eso gente, bai bai <3 

Jimin vestido de sangre [kookmin] (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora