Amores, Cartas y Pistolas

12. La Salvación

En lo más profundo están los traidores, se congelan y son olvidados, creo que tendré su misma suerte, pero por ahora soy más que recordada.
Yeraldin, la dama del Erebo

Gustavo, antes libre, ahora libre tras las rejas, fiestas y bailes, pero vigilancia, esperas y esperas tu salida que ya está próxima, tantos años de vigilia solo para ese momento glorioso en el que la sangre correrá como jinetes apocalípticos y la dama que odias exhalara su último aliento, estás en la sala de reuniones de la operación "Caída de la Dama" que iniciaste desde el primer día que entraste a esa cárcel, piensas con una copa de champaña en qué harás primero, los planes que hiciste con Dayana, Carl, Kristen y David están casi terminados, pero aún no encuentras esa mano derecha de la que hablabas, esperas a Kristen y David, tus informantes fuera de la prisión, para que te digan que más han podido averiguar de la vida de Yeraldin, los informes de policías corruptos llueven en tu mesa e incluso metes en la cárcel a quien quieres, tienes a gente haciendo hielo y metanfetaminas para ti y las llevas a varios países en el mundo entero.

Un policía llega y hace como que te va a llevar a la sala de interrogatorios, pero en realidad te lleva al patio y te da una carta de Kristen y David y unos informes de policías que dicen que Yeraldin ahora usa a los Fallen Guardians para matar cantantes, líderes pequeños y para hacer secuestros de toda persona que quiere, los homicidios y secuestros en tenebrosa están por las nubes y algunos huyen desesperados hacia otros países para salvar sus vidas, es algo triste porque las calles que te gustaban tanto como a Valerio, los niños jugando en la noche, las parejas besándose en los parques y los bares con gente bailando ya no existen bajo el terror de Yeraldin, nadie está a salvo de ella y sientes que es tu deber arreglarlo todo, y eres el único que lo puede lograr cuando hasta los que se supone que deberían hacerlo por ti también están muertos de miedo.

En esta situación te sorprende que la cárcel siga estable, aún siendo controlada por ustedes y ser aún "legal".

Tantos problemas abruman tu cabeza, pero se desvanecen así sea momentáneamente por el licor y la nicotina de tus pulmones, y así estaba Gustavo Mancini, perdido entre el humo y las copas, cuando llega un visitante esperado, pero con una noticia que te hará caer de espaldas.

-¡Señor Gustavo!

-Dígame, Aleixander.

-llegó su amigo Kristen, y David le manda disculpas, no pudo venir porque está con su hija Paula.

-Esta bien, hágalo pasar, dígale que no importa lo de David.

Aleixander se va a traer a Kristen, los pensamientos dan vueltas en la cabeza de Gustavo, ¿Por qué llega tan temprano? Normalmente debería estar aquí por la tarde y apenas son las diez de la mañana, te da algo de miedo lo que pueda ser, tanto que te da uno de los ataques de nervios y ansiedad que te dan desde que fumas, hace demasiado tiempo, piensas que te va a traer malas noticias de que Yeraldin se ha escapado o que te van a aumentar la condena o incluso que ha venido para matarte y que ha llegado tan temprano para llamar tu atención y vayas para que te pueda asesinar sin problemas.

Tu cerebro actúa inconscientemente, abres la caja de armas y tomas tu preciosa mágnum para esconderla en tu bolsillo, cuando Aleixander llega con Kristen, no aguantas más tu paranoia y le pones la pistola en la cabeza.

-¿¡Por qué has venido a matarme!?

-Gustavo, como le dijiste a David, piensa con la razón y no con el trago.

-Discúlpame- bajas el arma y la pones en la mesa, no sabes qué es realmente lo que te pasa, pero si que asustaste un poco a Kristen.

-¿Puedo hablar sin más intentos de homicidio?