13 Redención Amarga

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Es mejor ser temido que amado, es un hecho que pruebo con sangre y fuego.
Gustavo Mancini, el Barón de la Muerte

No tengo más opción que Gustavo...
Me lleva por estas calles oscuras y yo tiemblo, tengo que hacer un esfuerzo heroico para no llorar por todo lo que acaba de pasar, Michael se había portado tan bien conmigo y ahora está tendido en ese callejón frío.

En estos momentos es cuando quiero que mi novia aparezca de la nada y me abrace, me bese y me haga sentir seguro, o al menos en parte, algunos dirían que no es de hombres refugiarse en una mujer, pero en este caso me caería como un regalo del cielo.

Subimos a su auto y él saca una bolsa de ropa de abajo del asiento del conductor, enciende el auto y lo lleva a una esquina oscura, no puedo ver ni siquiera mis manos, pero se que se está cambiando de ropa a veinte centímetros de mi, es difícil no sentirse incómodo, pero de todos modos no puedo ni quiero ver nada, son solo cinco minutos incómodos, pero parecen un segundo de la eternidad.

Luego de que se cambia arroja su traje en la basura, conduce de nuevo, pero esta vez con rumbo conocido, vamos a la casa de mi mamá, pienso en ella, debe estar tan preocupada por mi, lo siento en la sangre, la piel y hasta en el pelo.

Cuando llegamos a casa, Gustavo golpea la puerta, se que mi mamá esta adentro porque la luz de la sala está encendida, cuando por fin abre no veo solo la cara que esperaba ver, veo seis: mi mamá, mi novia, el señor Kristen, que para mí es el papá de mi novia y otras tres personas que no recuerdo o directamente no conozco.

Todos se lanzan a saludarme y hacerme preguntas, pero mi mamá se les adelanta.

-¡Hijo!- grita mientras se lanza a abrazarme-¡Perdóname, fui tan tonta por dejarte ir con él!

-Mami, eso ya pasó, no fue tu culpa, no sabíamos sus verdaderas intenciones con nosotros, nadie las sabía.

-Pero pudiste haber muerto, y pensar que tu padre aún no vuelve de su viaje lo hace aún más doloroso, nos hubieses dejado solos.

-Tranquila, cálmate, mami, eso fue algo trágico y horrible, pero sobreviví gracias a Gustavo, las circunstancias se dieron y si no he muerto es porque aún tengo algo que dar.

De pronto su cara cambia, se voltea hacia Gustavo, piensa un momento y luego mira con una cara de película de terror.

-¿Como salvaste a Valentino?

-¿Quieres que sea sincero?

-Si, por favor.

-Bien, cuando me dijiste donde se habían ido, me fui hasta allí con mi auto y los vi en la fiesta, cuando Michael se fue saqué las Pistolas que llevaba de su gabán, pensé que era suficiente.

-¿Pistolas? ¿Más de una?

-Si, así funcionamos los Fallen Guardians.

-Sabía que tenía algo que ver con esto, cuando Valerio llegue, lo voy a matar.

-Él no tiene la culpa, además él no trabaja con nosotros hace mucho, toda la culpa la tiene Yeraldin.

-¿!Yeraldin!? ¿Esa mafiosa de mierda? Yo le había dejado muy claro a Valerio que no quería verlo con ella nunca más.

-Y él te hizo caso, solo que ella no quiere entenderlo y se ha vuelto tan loca que me temo que la única opción para todos es que muera.

Amores, Cartas y Pistolas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora