Capítulo 11

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Ruth llega muy temprano al trabajo se le había quedado el cargador allí, Buscando bajo el escritorio vio uno zapatos lo que hizo que se espantara y se diera con el escritorio en la cabeza, grito. –Auch. Puso la mano en la cabeza sobándose. – ¡Pasa algo! Preguntaba esa ronca voz.

—No, no. Y sale debajo del escritorio cuando logra mirar hacia arriba abre sus ojos con cara de asombro. He allí estaba Marcos frente a ella. Comenzó a tartamudear. –Bu... ennn... D...ia... Sr. Marcos. ¿Cómo se encuentra en este día? Muy nerviosa apretando los puños. Él le sonríe. –Estoy bien, gracias.  Y se va a la oficina.

Suena la línea de Ruth pi... pi... pi... —Si, Sr. Marcos ¿En qué puedo servirle? tragando seco contesto.

—Tráigame una taza de café, con dos fundas de azúcar dietética y una servilleta, POR FAVOR. —Si, Sr. Marcos, en un momento se lo llevo ahora mismo. Colgó y se dirigía a la kitchenette. —Ay señor Dios ¿Por qué me haces esto a mí? ¿Por qué no ha llegado Letty? Que extraño ella siempre llega temprano. –Ahhh no quiero pensar lo peor. No, no comiéndose las uñas.

Tomo la bandeja, toco dos veces empero respuesta y paso. Camino hacia el escritorio con la miraba tumbada al suelo. Marcos la miraba, notando que ella estaba muy tímida, lo cual, lo excito mucho, haciéndolo morder sus labios. —¿Te pasa algo Sta. Ruth? Muy picara fue su pregunta.

—No. Sr. Marcos. Todo está de maravillas conmigo. Pensado. – ¡Señor porque no me tragas! –De acuerdo Russo  ¿Podrías pasarme el café? Frunciendo el ceño. Ruth rodó los ojos. –Si claro. Se acercó muy despacio la respiración era forzada, el corazón latía rápido y mordía su lengua. –Tome Sr. Marcos. Sostiene el café lo pasa con mucho cuidado. Él coge la taza de café la mira muy fija a los ojos y sonríe. –Escuche Srta. Letty no asistirá al trabajo hoy. Así que estaremos usted y yo solo. Bajo la mirada al escote del vestido de Ruth los pechos se marcaban mucho. Ella presintió la mirada y tapo con sus dos manos mordiendo el labio inferior. 

Marcos deja el café sobre el escritorio separa de la silla se acerca a ella cuando de repente se abrió la puerta y saluda Rossi. —Hola amor, viene de sorpresa a visitarte. Ruth mira a Rossi luego gira a mirar a Marcos. —Disculpe SEÑOR, me retiro. Saliendo muy molesta del lugar. —Qué le pasa a este tipo. Aaaas me coge a mí y sin embargo tiene a su QUERIDICIMA lo que se ella. Susurro trancando la puerta fuerte haciendo brincar a Rossi.

—Qué carácter tiene tu asistente. Deberías de corregirla con esa actitud tan incrédula que tiene. Es más debes despedirla, ni me saludo.

Marcos se quedó frio parado ni presto atención al comentario de su ex. —¿Rossi a que vienes? Yo y tú no tenemos nada. Por favor no vengas a molestarme estoy cansado tuve unas semanas muy cargada de trabajo. —Cariño solo vine a darte las gracias por la ayuda me fuiste de gran apoyo. —GRACIAS.

—Ok, ya puedes irte Rossi. Molesto se encontraba.

Ella evade su comentario y continúa la conversación —Aparecer te gusta, te conozco tanto Marcos.
—¿Tiene mucho tiempo ella aquí? No es tu tipo Marcos mírame a mi soy bella y preparada. Marcos abrió los ojos se atraganto con el café. —¿Qué te pasa Rossi?  Deberías irte de aquí ya te ayude no necesitas nada.

—Si, Marcos yo te necesito a ti, sentándose en el escritorio frente a él.

—Solo vete de mi oficina tus provocaciones no me harán caer. Márchate hablamos en otro momento.

—Está bien querido me iré pero ojo MARCOS eres y será siempre mío despidiéndose con un beso cerca los labios muy sensual.

Ruth sintió alguien apoyarse del escritorio allí estaba Rossi sonriéndole con cara de malvada. —OYE chiquita asistente deberías irte de aquí Marcos no se fijara nunca en ti no eres su tipo además soy y siempre seré la única para él. Solo apretaba mis puños mirándola muy mal. —Sra. ¡Que pases un buen día! Sigue en mi trabajo con unos planos.

Llegando la hora de almuerzo Marcos se acerca a la asistente. —Srta.Russo le gustaría que fuéramos a almorzar luego debemos de ir a una vivienda a tomar medidas para realizar una remodelación. –OK. En un tono molesta sonó. Estando en el restaurante almorzando ambos Marcos comienza a dialogar. –Ruth debo aclararte los hechos de la mañana.

—No tranquilo entiendo que su esposa puede venir a la empresa cuando ella desee con tal Sr. Peralta nosotros no tenemos nada. Frunciendo el ceño.

—Disculpe Russo nosotros no estamos casado ni nada por el estilo. Solo es mi ex-esposa. Entiendo que está molesta solo quiero que sepas que no he dejado de pensar en aquella noche. –ME GUSTA RUTH, ME GUSTA MUCHO tenía que decírtelo. Ruth abrió sus ojos y soltó el tenedor lleno de comida tratando de procesar cada palabra.

—MARCOS entre tu y yo.... Mmmm... no puede pasar nada, mirándolo fijo a los ojos. Claro que a ella le encanto escuchar eso. Marcos se pone al lado de ella y la besa frente a todos los que comían en el lugar. Ella se aleja de él. —Sr. MARCOS no ve que estamos en un lugar público.  —No me importa mejor que todos sepan que me gusta y deseo estar contigo besándola de nuevo.

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