Capítulo II

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Steve POV

Mis primeros días de trabajo en Stark Industries pasaron sin ningún problema. Había logrado ganarme la confianza de la mayoría de empleados. En el trascurso de los días, me acercaba a los distintos departamentos para presentarme y hablar con todos. Gracias a mi carisma, sentí como todos me acogían alegremente y muchos ya se habían acercado para hablarme sobre sus problemas en plan de colegas.

Habian pasado pocos días luego de cumplir mi primer mes en la empresa, ir a trabajar a esa gran empresa era algo tan común ahora. Aunque si me incomodaba el hecho de que el edificio era gigantesco, ese mes no había sido sufiente para conocer y recorrer en su totalidad el edificio.

Mi habitación estaba levemente iluminada por los rayos de sol que entraban por la ventana cuando recibí un mensaje de Bucky, mi mejor amigo.

"Pasaré a recogerte en 40 minutos Steve... Tu mamá me encargó llevarte un nuevo traje que compró y lo tienes que usar, te tomaré una foto y se la enviaré ;)"

Oh, ¿un nuevo traje? Mi madre siempre ha tenido buenos gustos en la moda, pero casi nunca me había gustado que ella me comprara mis trajes... Parece que no siempre recordaba que su hijo ya no era talla S, se quedó en la época antes de que comenzará mi entrenamiento físico.

Luego de ducharme y desayunar, tomé mis notas de la empresa y repasé algunos mecanismos. Al poco tiempo escuché que Bucky introducía su llave de mi casa en la cerradura... Esa llave me había salvado tantas veces que ya ni llevábamos la cuenta.

— Encargo para el pequeño Stevie, de parte de su Mami que lo adora mucho y está orgullosa porque su hijo trabaja en Stark Industries. —dijo con voz mecánica.— Todos en el público esperan que esta vez la talla sea la correcta. Como muchos dicen, la décima es la vencida.

Apenas resistió para terminar su frase y soltó una carcajada ruidosa. Me acercó la bolsa con el supuesto traje dentro y me empujó hacia mí cuarto para que me apresurara a cambiarme.

Al ponerme el traje y verme frente al espejo lo supe. Por primera vez en la vida, mi madre había acertado en la talla, me quedaba bastante bien. Era un traje completo color gris con tela satinada, realmente me gustaba.

Entre risas salimos de la casa y entramos a su auto para dirigirnos al trabajo. Bucky no era de los que callaban en los viajes de auto, o en cualquier situación, así que no hubieron silencios incómodos, su compañía siempre era algo que yo disfrutaba. Llegamos al edificio y me dejó en la entrada rápidamente, tenía el tiempo justo para que él pudiera llegar a su trabajo.

El día pasó bastante rápido entre las cosas que tuve que hacer. La Srta. Pepper me había dejado en el escritorio unos expedientes que le había pedido, estaba buscando el archivo donde está el conteo de todos los empleados que han pasado por la empresa. Ojeando y tomando notas entre las páginas, no percibí el tiempo y me di cuenta de que casi se acercaba la hora de salida, no me había dado cuenta que habían pasado dos horas luego de mi descanso para el almuerzo. Decidí que había sido suficiente y comencé a arreglar mis cosas, dejando todo en su lugar y apilando los folders con los expedientes para dejar listo mi escritorio. Oí que alguien se acercaba por el golpe de los tacones en el suelo, poco sutil a decir verdad.

— Hola Steve. —Peggy mostró una sonrisa tímida— Eh... ¿Cómo estuvo tu día?
— Bastante bien, gracias. —sonreí— ¿Y el tuyo?
— Oh pues algo tranquilo para lo que esperaba... Hasta ahora. —Hizo una mueca— El Sr. Stark se enteró de tu trabajo aquí y... Quiere verte...
— Oh, suenas como si eso no fuera una buena noticia... ¿Debería preocuparme?
— No quisiera alarmarte más, pero existe una gran posibilidad de que esto no salga tan bien como todos queremos —bajo la cabeza.— Te deseo la mejor de las suertes

Me despedí con una sonrisa y le dije que no se preocupara, yo sabría como manejar la situación si el Sr. Stark se pone a la defensiva y dice que no requieren mi trabajo aquí. Camine tranquilamente hacia el fondo del pasillo donde se encontraba la gran oficina de Stark y toqué levemente la puerta, escuché un "adelante" y abrí dispuesto a mostrar la mejor de mis sonrisas, tenía que mostrar confianza.

— Steve Rogers, el nuevo psicólogo del lugar. Toma asiento... —hizo un gesto para invitarme a pasar— Por más ilógico que suene, ya que estamos hablando de mi empresa, no tenía idea de que contrataríamos a alguien nuevo. Es cierto que Pepper me lo comentó pero la detuve y supuse que ahí había terminado el asunto...
— Con todo respeto, Sr. Stark, La Srta. Potts me comentó todo sobre su inquietud ante el problema de personal al que se enfrenta la empresa, y concuerdo con ella al decir que se necesita hacer algo al respecto... —sentí su mirada penetrante, el tipo me estaba analizando— Yo haré todo lo que esté en mis manos para resolver su problema y poder mejorar el ambiente en la empresa.

Me miró fijamente y luego bajó la cabeza, parecía que estaba analizando lo que acababa de decir. ¿Tanto le costaba creer qué yo podría ayudarlo? Oh vamos, no es tan complicado...

— Si bueno, Rubio, tú claramente sabes por Pepper que no creo mucho en todo eso de la psicología —rió.
— Bueno, no es una religión, no es cuestión de creer o no... —reí tristemente. — Llámelo como quiera, o siga creyendo que eso no sirve. Pero yo puedo ayudarlo, no es necesario que crea en mi, usted va a creer en los resultados que le presentaré cuando vea que sus empleados se sientan más cómodos y trabajen mejor para usted.
— Pareces algo molesto, no te lo tomes personal, relájate un poco. No tengo nada contra ti, pero tú pareces estar muy a la defensiva. —se acomodó en la silla.
— Bueno, yo estoy tranquilo, aunque trabajar para un jefe que no cree en mi trabajo, me resulta interesante, es todo un reto para mi. Disfrutaré esforzarme y demostrarle lo que puedo hacer.
— Y yo estoy ansioso por ver eso. —me recorrió con la mirada— A ver, relájate un poco, háblame de ti, se supone que tengo que conocer al chico maravilla que resolverá todos mis problemas.

Reí y ciertamente me relajé un poco más, sus bromas, por más tajantes que fueran, hacían que todo se sintiera menos forzado. Comencé a decirle que estudie mi carrera y maestría en psicología, dónde había trabajado antes y muchas de las cosas que había hecho. Me interrumpió un poco molesto.

— A ver Steve, no te pedí tu CV, ya lo tengo aquí impreso, ¿recuerdas? —levantó una carpeta y la ondeó en el aire. — Te pregunté para saber quién eres, más allá del psicólogo por el que te presentas... —rió— Ah y otra cosa... Jamás vuelvas a llamarme Sr. Stark, es tan aburrido cuando me llaman así, y más si es alguien tan...—se aclaró la garganta.— Formal como tú. Llámame Tony. —me guiñó con media sonrisa.

Lo dijo como si fuera algo obvio y me tomó un poco desprevenido. Por más confianza que haya tenido con mis jefes anteriores, nunca me habían preguntado sobre mi vida personal al comenzar a trabajar para ellos, normalmente esas charlas llegan luego de entablar una relación un poco más amistosa. Pero, por lo visto, Stark no era alguien demasiado formal, me llamaba Rubiecito y Steve con una mirada burlona.

— Bueno y entonces dígame mejor, ¿Qué quiere saber de mí Sr. Sta...?
— ¡Eh! Te dije que no lo hicieras. —me señaló.— Comencemos con algo fácil, para que entres en confianza, cuéntame como han sido tus primeros días aquí.
— Oh, han sido bastante buenos, ya he hablado con la mayoría y se ven que son muy buenas personas, me han recibido tranquilamente.
— Sí, sí, por supuesto. Además de que no paran de hablar de ti, te has robado varios corazones en poco tiempo. Dime, ¿cómo no has escuchado que todos hablan de lo bien que te sienta ese traje? Que por cierto, si te queda. —me guiñó de nuevo.— No me digas que piensas que me tragaré el cuento de que eres tan despistado y poco consciente que no te has percatado de eso.

Me acomodé en la silla, sentí como era más consciente del calor que hacía en la habitación... Oh por Dios, me estaba sonrojando, ¿por qué sentiría calor si el aire acondicionado está encendido?. Qué adolescente me siento...

Me aclaré la garganta y actué normal, si no le daba mayor importancia, el sonrojo pasaría rápido y con suerte el Sr. Stark no lo notaría.

— Eh... No, de hecho no sé de lo que me está hablando. —desvié la mirada.

Me miró atento y sonrió

— Qué ironía, eres uno de los empleados más atractivos que ha visto la empresa, y ni si quiera le das importancia.

Empleado del mes (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora