Capítulo XIV

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Tony POV

Definitivamente la oficina sería un total caos si Pepper no estuviera a mi lado liderándola, gracias a ella, hubieron varios problemas que se lograron resolver en mi ausencia, sin embargo, los problemas técnicos continuaban y como todos sabían que yo detestaba que alguien más llegara a poner las manos sobre mis algoritmos y sistemas, quedaron a la espera de mis habilidades.

Poco después de hablar con Steve recorría los pasillos y aún no asimilaba lo fácil que él me había perdonado, había pensado que sería más difícil o que él simplemente dispusiera alejarme completamente. Seguramente ese inmenso corazón que tiene atrapado en el pecho, no le permitiría odiarme por el resto de su vida, a mi o a cualquier otro ser humano, dudo que albergue un gramo de odio o rencor en su alma. En todo el tiempo en el que hemos hablado, jamás se ha quejado conmigo sobre alguna inconformidad o de alguien que no soporta, cosas que cualquier humano soltaría en algún momento. Pero no, siempre habla bien de todos, no se queja y en cambio si ve que algo está mal o le incomoda, prefiere actuar ante esto y buscar la mejor manera para solucionarlo, en vez de quedarse de frente sin hacer algo al respecto y solo quejarse inútilmente. Ese chico tan puro y radiante es toda una maravilla, dispuesto a encontrar lo mejor en cada persona para pulirlo y no dar por culminada su labor hasta ver a todos resplandecientes. Por más bobo que suene, de verdad quiero cambiar para ser merecedor de ese sol.

Con esfuerzo había logrado terminar mis labores pasada la hora de salida, no me molestaba en absoluto puesto que era algo que me había ganado y no voy a negar que al pensar en mi cena de esta noche, magicamente las energías para hacer todo lo que tenía pendiente. Al terminar observé que Steve se encontraba en los cubículos platicando alegremente con sus compañeros, al verme me dedicó una leve sonrisa y asintió como señal de que nos veríamos más tarde. Verlo nuevamente tan resplandeciente me llenó completamente, es ese superpoder que tiene, llenar la existencia de otros con solamente existir y brillar. Se me cruzó por la mente esperarlo en mi oficina para dirigirnos juntos a mi casa, pero recordé que dada mi situación recién superada, mi morada era todo un desastre que debía ser resuelto antes de albergar visitas.

Corrí al supermercado para comprar algunos utensilios y alimentos que me faltaban para el menú de esta noche junto con unas velas aromáticas que se cruzaron en el camino. Al llegar a mi casa, tuve que asear y desocupar completamente el primer nivel de esta, eliminar todo rastro de lo que había bebido y comido esos días. Luego prendí el horno, saqué la libreta de recetas, me até el delantal rojo a la cintura y me dispuse a cocinar un menú repleto de delicias que tenía en mente. Al finalizar mi obra maestra, limpié mi área de trabajo y subí a mi habitación para cambiarme de atuendo por uno más apropiado, un traje digno de una cita.

Estaba terminando de colocarme el reloj en la muñeca cuando el timbre anunció que mi invitado había llegado. Bajé rápidamente las escaleras y me detuve frente a la puerta. Pasé el dorso de mi mano por mi cabello y barba para asegurarme de que me encontraba bien peinado, me acomodé el cuello de la camisa y el saco, por último revisé mi aliento y puse mi mejor sonrisa para recibir a mi chico.

— Eso huele muy bien Tony, me esperaba que tuviera que llamar a los bomberos, pero has sorprendido. —bromeó al cruzar la puerta.
— Igual los tendrás que llamar porque mi comida está de infarto, rubiales.

Él sonrió ante mi broma, nos saludamos brevemente y lo invité a pasar, él se dirigió mecánicamente al sofá y se detuvo hasta que le dije que en un segundo serviría toda la comida. Parece que había olvidado que esto era una cena, ¿estaba hoy un poco mas torpe? Qué tierno. Ya posicionado en la mesa, presenció como iba llevando uno a uno los platillos que había cocinado cubiertos por una tapa para dar un aire de misterio. Él sirvió en dos copas el vino que había sacado momentos antes de mi bodega para acompañar, no pudo ocultar su asombro cuando terminé de movilizar mis creaciones, llenaban la mesa. Debo admitir que me había emocionado demasiado en la cocina y puede que haya terminado cocinando de más, pero siempre encontraba una receta más interesante para hacer.

Empleado del mes (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora