Empleado del mes (Stony)

Capítulo III

Tony POV

— Qué ironía, eres uno de los empleados más atractivos que ha visto la empresa, y ni si quiera le das importancia.

¡¿En serio?! ¿Cómo es posible que este chico, extremadamente guapo no tenga ni idea de qué lo es? Claramente lo tomé desprevenido al decirle eso de los rumores del personal y ahora esto... Pero me deja sin palabras ver como él no se da cuenta de lo lindo que es.

De verdad no lo entiendo. He conocido a millones de personas en mi vida, muchas de ellas atractivas y otras, no tanto. Siempre me ha irritado que personas no tan atractivas o lindas, crean que lo son y alarde en por eso. Van caminando por las calles creyéndose los grandes dioses del Olimpo, con auras de modelos inalcanzables, pobrecitos, no sé dan cuenta de lo jodidamente equivocados que están... Pero ahora llega este tipo, que claramente parece un dios americano y le resta la total importancia, como creyendo que es una broma... ¡Cariño tu hermosura no es asunto de broma! ¡Sólo admítelo!

— Seguramente los empleados no saben de lo que están hablando y solo están sorprendidos por el trabajo que vengo a hacer aquí...

Basta ya, este chico y su incredulidad me están matando. Me levanté de mi silla y rodeé el escritorio para estar frente a él.

— Haremos algo rubiales, para demostrar que yo estoy en lo correcto, como siempre. Saldremos de mi oficina y te llevaré por un tour por todo el edificio, actuaremos normal, pero tú prestarás atención a todas las miradas que se posarán en ti, verás que todos quieren algo de ti.

Él rió negando con la cabeza y aceptó mi propuesta, se levantó de la silla no sin antes decirme que claramente estaba equivocado. Pobrecito, hasta me da pena.

Salimos de la oficina y comenzamos nuestro recorrido, muy serios a mi parecer. Comencé a hacerle pequeñas bromas y a jugar con él para quitar un poco lo tenso que estaba su cuerpo. Poco a poco, las miradas se hacían más penetrantes y yo disfrutaba eso. Steve se mostraba incómodo y un poco sorprendido, no por cómo actuaba yo, si no por cómo lo miraban a él, realmente no se lo esperaba. Agradecí que él respondiera naturalmente a mi forma juguetona de estar con él, hacía que yo pudiera disfrutar de esto aún más, las miradas sorprendidas de las chicas eran el mejor premio que me pudieron haber dado, si queridas, ya voy veinte pasos delante de ustedes y sus esfuerzos en estos días para que este galán les presté atención no han rendido frutos. Quiera o no admitirlo, él era el empleado más guapo y todos el personal, y por lo menos la mayoría, ya sabía que yo era bisexual y siempre estaba tras pequeñas presas entre mis empleados, pero este, oh vaya que es grande.

Después de dar una cuantas vueltas al edifico y pasar un buen tiempo juntos, dimos por concluido "el recorrido" y volvimos de nuevo a mi oficina. Me sorprendió que no se incomodaba cuando yo me acercaba más de lo normal o lo tomaba del brazo, seguro que él no le daba tanta importancia a mis acciones, lo notaba más preocupado por cómo cambiaban las expresiones de las chicas al vernos. Yo si quería acercarme mucho a él, claramente quería sentir más sus enormes brazos. Y esa colonia exquisita le añadía puntos de sobra al chico, me daba más razones para pegarme a él, deseaba que su colonia de quedara impregnada en mi traje.

— ¿Y bien? ¿Ya me crees?
— Ya sé que decías la verdad, pero aún me cuesta creerlo. No dejaban de vernos. —rió.
—  ¡Claro! Aunque eso es en una pequeña parte mi culpa, sobretodo las miradas molestas de las chicas.
—  ¿Así? ¿A qué te refieres?
—  De verdad, si sigues siendo así de incrédulo, te van a comer vivo...
—  No te entiendo
—  Digamos que... Tengo ciertos gustos especiales...

Steve me miró con cara extrañada, seguía sonriendo pero parecía no comprender la situación. Su rostro se asemejaba al de un niño pequeño cada vez que no entendía de lo que hablaba, como si se hubiera perdido en algún punto de la conversación. Instintivamente acerqué mi rostro levemente al de él, cerrando los ojos, luego reaccioné y me separé rápidamente, antes de avanzar de más en el día.