18 : Noche instrumentada

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Luego de decirle aquello, Yoongi sintió la mirada de Taehyung clavándose en su rostro, una mirada seria y acusadora, hasta que el rubiecito tierno mostró su reacción, viéndose muy feliz. Abrazó a su mejor amigo quitándole la expresión amarga del rostro, contento, muy feliz a pesar del seguramente doloroso estado en el que estaba su espalda, su agitación extrema y sus manos heladas.

Si bien la felicidad era mejor que el dolor, Yoongi llegó a sentir algo de miedo por la pequeña idea de que Jimin se tomara mal su pequeña mentira si se enteraba, pero eso no pasaría. Él era un buen mentiroso, lo venía demostrando a lo largo de todo ese tiempo, podía engañar con tanta facilidad, que si fuera actor, su nombre estaría escrito en los premios más importantes de teatro.

Aunque en el fondo aquello lo hacía sentir mal.

Solía sentirse culpable cuando veía a esa familia ser tan feliz por la amistad que estaban formando, temía que llegara el día en el que descubrieran su secreto y seguramente Namjoon sí lo tiraría por la ventana. Pero no pasaría aún, (se convencía) debía ser bueno con ellos y realmente sentía la necesidad de ayudar un poco a Jimin.

Tal vez, para compensar todo lo malo y empezar una etapa de buenas acciones en su vida. También podía ser por cómo se identificaba con el rubio y ansiaba darle la ayuda que a él mismo no le dieron cuando la necesitaba, era situaciones con un parecido.

Imperfección.

Juraría que sintió su corazón latir a mil cuando Jimin (luego de separarse de Taehyung y a duras penas), se acercó suavemente a él y tomó su mano entre las suyas con esa delicadeza que lo caracterizaba. Sus manos eran pequeñas y muy suaves. No eran como las miles de manos ásperas que había conocido en su vida. Pero eran frías, muy frías. Pero por lo emocional, terminaban transmitiendo calidez.

Mirándolo con una sonrisa que sintió atravesar todo su cuerpo con el mensaje de "Todo está bien, gracias". Se sentía genial, era hermoso sentir que alguien le estaba agradeciendo y, realmente estaban formando una amistad con ellos tres.

Su mentirilla sería un hecho, y Yoongi se aseguraría.

• • •

Sus padres estaban disfrutando de la vida allá en Holanda. Según lo que había leído, Ámsterdam era un lugar bellísimo, una obra de arte pintada por el hombre y la naturaleza. Al rubiecito le había llegado una carta de parte de su madre, una carta algo extensa, contando sobre lo que actualmente estaban viviendo y cómo lo extrañaba.

La carta partía de un saludo, unos párrafos dedicados a Ámsterdam con muchos "Te extraño", metidos entre líneas. Que su padre no dejaba de hacer tonterías y que era muy divertido. Luego le preguntaba qué estaba haciendo él, qué ocurría a su alrededor y si algo había cambiado.

Jimin ya había formulado todas esas respuestas en su mente.

Luego terminaba con un párrafo muy cursi, demasiado y pidiéndole que le escribiera pronto. Se notaba que su madre lo extrañaba muchísimo y él a ella. Debía escribirle una respuesta con tanto amor cómo la mujer había hecho, para no extrañarse tanto. Luego se las arreglaría para llevarla a la oficina postal.

Estaba feliz, sinceramente feliz, por su carta y su reciente "logro". Además, había sentido que ese día conocía más a ese extraño que ahora trabajaba en su hogar. Cuando tocaba el piano, la música le transmitía demasiados sentimientos que quería representar con su danza. Era escucharlo y ya estar moviendo los pies al compás de la música.

Yoongi no era malo, solamente faltaba conocerlo.

Sería algo que haría de a poco, era difícil ya que no le gustaban las relaciones apresuradas, menos si era para él. Siempre se tomaba su tiempo con todo en ese tema, y Namjoon era un ejemplo. Solamente odiaba que las personas tuvieran relaciones tan falsas algunas veces, que prefería ahorrárselas y hacerlo por su cuenta cómo el creyera lo mejor.

Imperfecto | yoonmin (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora