Capitulo 13

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Harry

Lo decidí nada más sacar los pies de la cama. Se acabó. Iba a ir a verla. Había esperado durante todo un día con su noche correspondiente y ya no aguantaba más. Sé que me dije a mí mismo que tenía que esperar un poquito más, darme un poco de espacio para tranquilizarme y saber actuar cuando estuviese delante de ella, pero estaba ya hasta las narices. Quería verla y ahora que ya sabía donde estaba con certeza, eran más las ganas que tenía de ir allí y plantarme en su puerta

Cogí el coche con determinación y seguridad en mí mismo y conduje hasta el hotel. No había por qué tener esos nervios. Sólo iba a ser una charla entre viejos amigos. Nada más y nada menos. Apreté el botón de la planta quinta, giré por el pasillo de la derecha y calculé siete puertas desde el ascensor. Al fin, me puse delante de su puerta. Y toda la seguridad y la valentía que sentía se fue por el desagüe. Mis nervios estaban a flor de piel y me sudaba todo el cuerpo, desde los pies hasta la cabeza

«La voy a ver. La voy a ver. La voy a ver» -no paraba de repetir en mi interior

Respiré hondo y profundamente por última vez y toqué la puerta con los nudillos. Me estaba muriendo de la impaciencia cuando abrieron la puerta. Mi sonrisa fue amplia, pero en cuanto la vi, todo eso desapareció. Otra vez ella. Me estaba ya cansando

-¿Qué haces tú aquí? -le pregunté exasperado a Eva

-Creo que eso debería de decírtelo yo a ti -se apoyó en el marco de la puerta impidiéndome el paso- ¿Qué narices estás haciendo aquí?

-Ya lo sabes perfectamente

-Pierdes el tiempo. ______ no está aquí. Y esta vez es cierto

-No importa. Tengo experiencia en esperar -recordaba haber esperado en el bar y en el suelo del hotel. Y los seis años que estuvimos separados- Soy muy, muy paciente. Creo que lo has podido comprobar

Eva puso de nuevo esa cara de rabia contenida, la misma que cuando me tiró toda la verdad a la cara, y suspiró. Creo que no quería soltarme un guantazo

-Mira, Styles, te recomiendo que cojas tu perfecta y bonita carita y te largues de aquí antes de que ocurra algo más grave

«Vaya, es muy peleona» -pensé

-Gracias por el cumplido, Eva. Lástima que yo no pueda decir lo mismo que tú. Sobre todo con todo ese maquillaje corrido en la cara -señalé su cara. Tenía todo el maquillaje esparcido por sus ojos y el rímel le manchaba la zona inferior de las pestañas. Parecía un mapache

-¡¿Qué?! -se metió rápidamente dentro para mirarse en el espejo que había en la entrada

«Ésta es la mía»

Mientras Eva se intentaba quitar algo de ese asqueroso potingue con unos pañuelos, yo aproveché la situación y me colé rápidamente en la habitación, cerrando la puerta tras de mí. Ya estaba dentro. Y Eva no tuvo tiempo de impedírmelo porque estaba demasiado ocupada mirándose en el espejo. Por eso lo dije. Sabía que saldría corriendo a mirarse. Siempre tan preocupada por su aspecto...

-¡Vaya, menuda habitación! -giré a mi alrededor para verla mejor

Las paredes eran de un blanco que daba un sensación cálida a la habitación y la moqueta del suelo era a rayas blancas y marrones, haciendo un buen contraste con el resto de la habitación. Algunos de los muebles eran en color negro (un armario ropero, una mesita de cristal, un sofá de terciopelo), una silla que se encontraba a la izquierda estaba tapizada en blanco y marrón y un sillón de cuero a la derecha era en un marrón claro. Llevaba un reposapies a juego. Entré un poco más, en la zona del dormitorio, y me encontré una mesa con millones de libros y papeles encima (seguro que eran de ______), un sillón en blanco, unas mesitas de noche en marrón oscuro y una cama con un edredón y sábanas en blanco. Tenía la pinta de ser muy cómoda

Conectada a ti 3: Reecuentro en Londres (Harry Styles y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora