17.

29 1 0
                                    

A la mañana siguiente, Jungkook se levantó mirando hacia el techo. Había logrado dormir unas horas, cosa que no había logrado en todos esos días con Jimin en la misma cama. Seguía estando cansado, pero el sueño no le conseguía absorber de nuevo. Se sentó en la cama y pensó en lo que haría ese día. Debería estudiar, pero no entendía nada... Y entonces se levantó rápidamente. Iba a ir Taehyung a su casa. Debía avisar a su padre, por lo que bajó prácticamente corriendo las escaleras de su casa, para encontrarse al hombre mayor tomando una taza de café mientras miraba las noticias.

-Oh, buenos días Jungkook... ¿Has quedado o algo? Pareces apurado. Sabes que tienes que estudiar- Dijo su padre viendo lo apurado que andaba el menor. 

Jungkook negó con la cabeza.

-Sólo... Decirte que va a venir...- ¿Cómo le decía? Si le decía Taehyung no iba a saber quién era, pero tampoco podía decirle amigo porque tampoco lo era... ¿conocido? Si le decía conocido, no le dejaría entrar, probablemente. 

-Va a venir un amigo a estudiar...- Contestó finalmente Jungkook, optando por la segunda opción. 

El padre de Jungkook abrió los ojos en sorpresa. Le extrañaba que no le hubiera dicho "Jimin", pues siempre que pedía permiso para salir, o para que alguien fuera a su casa, siempre era refiriéndose a aquel chico que tan bien le caía. ¿Tenía más amigos? ¿Desde cuándo? 

-Ah... sí, claro, que venga- Comentó alegremente el padre, quería conocer a ese amigo de su hijo, ya no se confiaba de mucha gente. 

Él era consciente de que su hijo, desde que echó de casa a su madre, ya no era el mismo, quizás se le habían ido acumulando cosas, y lo que sucedió en casa fue la gota que colmó el vaso para Jungkook. Nunca quiso hablar de eso con él, pues sabía que si estaba mejorando, sería como abrir heridas del pasado innecesariamente. Pero también era consciente de que Jungkook todavía no le había perdonado. 

El menor asintió más relajado y fue hacia un estante para coger un taza y un cartón de leche. No le apetecía desayunar nada más, no tenía apetito, como siempre. 

Una vez se lo tomó, subió de nuevo a su cuarto y se quedó esperando a la tarde, cuando supuestamente iba a venir Taehyung. Nada más haberle pasado la ubicación, hablaron de quedar sobre las cinco, para que les de tiempo a que Jungkook entendiera por lo menos un tema completo, si es que era posible, con esfuerzo, quizás. 

(...)

Taehyung se había levantado un poco más tarde de su hora habitual, por lo que se tuvo que dar una ducha bastante rápido. Quería aprovechar la mañana para estudiar lo que él tenía que estudiar y luego a la tarde ayudar a Jungkook con lo suyo, sin tener que preocuparse por luego estudiar él. Aunque todavía tenían el lunes para estudiar...

Una vez se dio una ducha, salió, se vistió con ropa cómoda y miró su teléfono para ver si tenía algún mensaje nuevo. Extrañaba el mensaje de Buenos días de su novio, pero sabía que no le llegaría, no hasta que se lo pensara bien. Se encogió de hombros y, tumbado en su cama, miró unos minutos sus redes sociales y luego procedió a estudiar, esperando a que llegara la tarde. 

(...)

Una vez la hora esperada para los dos llegó, Jungkook, extrañamente, se había preocupado del aspecto de su habitación, por lo que la había recogido. Agarró unas prendas de ropa cómodas para estar por casa, pero que no le hicieran ver tan... ¿desgraciado? Y se las puso. Era un pantalón gris ancho, y una sudadera amarilla también un poco grande. Se miró en el espejo, para luego mirar su rostro. ¿Cómo hacía con él para que no se viera así de miserable? Tenía ojeras, aunque ya no tan notorias debido al haber conseguido dormir unas horas, la mejilla todavía notablemente dañada, y el pelo revuelto. Se lo revolvió todavía más, pensando cómo iba a poder arreglar todo ese desastre en su cabello. Sus mechones de castaño más claro estaban sin orden, igual que los de más oscuro. Le había gustado tomar esa decisión de teñírselo de aquella forma, sin llamar mucho la atención. Luego... Las heridas de su cuerpo habían ido sanando favorablemente, pero todavía le lastimaban bastante si hacía algún movimiento brusco, por ejemplo, cuando corrió a por su padre. 

Cielo estrellado ~ VKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora