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Taehyung se pasó todo el camino a su casa caminando alegre, mirando de vez en cuando para atrás para ver si el menor le seguía. Cuando estaban ya cerca de su hogar, decidió retroceder unos cuantos pasos para ir a la par que Jungkook, el cual se sorprendió un poco al tener tan cerca a aquel chico, pero no mostró su asombro. Aprendió a ocultar sus emociones.

-Ya casi estamos- Dijo Taehyung sonriendo ampliamente, aplaudiendo un par de veces.

Jungkook solamente se limitó a asentir, queriendo que aquel día acabara, más bien, que todos acabaran, que Jimin se fuera de su casa y por fin tenga la cama y su habitación a solas para poder respirar tranquilo.

-¿Tienes hambre? Tengo comida en mi casa, snacks... Solo tienes que pedírmelo- Comentó Taehyung sin borrar su sonrisa. Simplemente quería hacerle hablar, pues pudo comprobar que era un chico de pocas palabras.

-No, gracias...- Murmuró Jungkook sin quitar su vista del suelo.

-Igual cogeré algo para mí, compartiré contigo, no te preocupes- Dijo el mayor con alegría.

Jungkook resopló y siguió caminando junto con Taehyung, hasta que llegaron a su casa. Era bastante amplia, sencilla y bonita. El menor se quedó viéndola mientras que el contrario abría la puerta para dejar pasar primero al castaño.

Cuando se encontraban dentro, Jungkook miró alrededor, queriendo quedarse con todos los detalles de aquella casa a la que probablemente no volvería jamás.

-Ve al salón, está por allá, yo voy ahora con algo para comer y beber- Dijo Taehyung señalando una sala al final de un amplio pasillo, mientras se dirigía a la que probablemente fuera la cocina.

Jungkook fue hacia donde le había indicado y con timidez se sentó en el sofá blanco, haciendo juego a toda la estancia, minimalista. Juntó sus manos encima de sus rodillas, nervioso, tenso. Y no sabía muy bien el motivo de aquellos sentimientos. Solamente estaba en la casa de un compañero de su escuela.

Taehyung volvió poco después con dos vasos de agua y una bolsa de snacks para compartir. Al entrar, dedicó una sonrisa de boca cerrada a su invitado y luego se sentó cómodamente a su lado, dejándole espacio. Colocó la bolsa y los vasos en la mesa y procedió a mirar a Jungkook.

-Primero... Me gustaría pedirte que me dieras tu número... Sé que suena un poco extraño, pero me gustaría mantener el contacto contigo- Dijo el de pelo azul con un tierno puchero en sus labios. Jungkook levantó la cabeza para mirarle y le dio tiempo a examinarlo más detalladamente.

¿Cómo era que su novio y sus amigos le odiaban? Parecía ser buena persona. Y además... Era muy atractivo, eso no se podía negar. El pelo azul le quedaba irresistiblemente genial, sobre su frente, un poco despeinado. Y sus fracciones eran... Simplemente perfectas. ¿Cómo es que no era de la televisión?

Taehyung vio cómo el contrario le miraba sin recibir respuesta, por lo que en ese tiempo pudo ver unas preocupantes ojeras debajo de sus adorables ojos. Su nariz era redonda, tierna. Y sus labios, parecían mal cuidados, como si tuviera la costumbre de mordérselos a menudo, pero aún así eran lindos. Tenía encanto ese chico.

-¿Jungkook?- Preguntó Taehyung al ver que el menor no le respondía después de un tiempo mirándolo.

El menor pestañeó varias veces y salió de su pequeño trance, comenzando a asentir con la cabeza, buscando su teléfono en sus pantalones. Taehyung sonrió ante su reacción, buscando el suyo para apuntar.

Jungkook le fue citando su número cifra por cifra, tímidamente, mientras que el mayor no cesaba de sonreír. Aquella timidez le hacía cada vez más adorable.

Cielo estrellado ~ VKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora