Nueve

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Me acerque al cuerpo de Alex, no parecía tener alguna herida, solo la ropa llena de tierra, me inque a su lado y acerque mi cara a su nariz para poder sentir su respiración, era lenta y pausada como si estuviera dormido, mire su rostro, se veía demasiado relajado a comparación de los demás días que lo había visto, creo que le hacía falta descansar más pero la pregunta era: ¿Que hacia dormido en el bosque? Era ilógico, lo más seguro era que estuviera desmayado. Alce una mano y la coloque en su rostro pero nuevamente aparecía el ardor que sentía cada que lo tocaba. Él se movió un poco, seguramente también lo había sentido, esta vez puse mi mano sobre la suya y apreté, quemaba, pero tenía que despertarlo con algo y seguramente así despertaría.. O no?
Lo escuché jadear mientras apretaba los ojos.

-Alex, despierta. - le dije.

Cada vez mi toque quemaba más y más, después de unos segundos Alex abrió los ojos de golpe, parecía confundido, miró a su alrededor hasta que sus ojos se encontraron con los míos. Solté mi mano de la suya sintiendo alivio, aun no entendía porque pasaba eso.

- ¿Donde estoy? - Pregunto Alex.

- En el bosque, te encontré inconsciente.

Él se incorporó lentamente con el ceño fruncido.

- ¿Que día es hoy?

- Domingo, una semana después de la fiesta del pueblo. - él negó con la cabeza.

- Estuve inconsciente todo este tiempo. - Murmuró más para el que para mi.

- Tenemos que ir al hospital, debes de estar deshidratado y...

- No iré a ningún hospital Jess. - Se levantó un poco torpe.

- Pero mirate, apenas y puedes estar de pie. - Le dije, él me miró.

- Regresa a casa, es peligroso aquí.

Sentí mi sangre arder, acababa de salvarle la vida básicamente y ni siquiera lo había agradecido.

- Disculpa, pero el casi muerto aquí eras tu, sino hubiera estado aquí seguramente hubieras sido la cena de algún animal.

Él sonrió con ironía y empezó a caminar, así que lo seguí, no tenía idea de en donde estaba y seguramente Alex tampoco pero sería mejor mantenernos unidos, aunque él no lo quisiera.

Mi celular marcaba más de las Diez de la noche, seguramente mis tíos estarían preocupados por mi, así que busque el número de la casa y les llame.

- Estas marcando en vano, aquí no hay señal.

Y tenía razón, mi celular marcaba que efectivamente no había señal aquí, genial, si pudiera hablar con mis tíos quizá podrían rescatarnos.

Seguí caminando detrás de Alex hasta que él se detuvo y casi choco con su espalda.

- Sabía que no estaba muy lejos.

Mire hacia dónde el miraba y vi una cabaña, una cabaña en medio del bosque, era bonita y pequeña.

- ¿Quién vive ahí? - pregunté.

- Nadie, mi padre la hizo, solíamos venir aquí los tres.

Lo mire esperando esperando que dijera que era broma pero no fue así.

- Es muy bonita.

- La he descuidado un poco. - Empezó a caminar hacia ella. - Tengo algo de comida enlatada y agua.

- ¿Es tu escondite? - Dije bromeando.

- Vengo aquí cuando quiero descansar algunos días. - Me miro. - Nadie más ha venido aquí ademas de mis padres y yo.

Perdido (actualización lenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora