Capítulo 10

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Mina siguió a Tokoyami hasta donde estaba el rubio, la pelirosa se arrodilló junto a su amigo y lo tomó de la mano.

—Yu-Chan —Pero Aoyama apenas y se movió.

—La ambulancia va a llegar pronto. —Anunció Tamaki.

Aoyama apenas y escuchó lo que el azabache dijo le suplico a la chica. —M-Mina-Chan, vamos a casa.

—No puedes estar hablando en serio —Dijo la pelirosa. —Estas mal herido, debes ir al hospital.

—Si voy e-ellos llamarán a la p-policía, n-no quiero ir a la cárcel. —Y suplicó una vez más. — Mina vamos a casa.

—¡Pero...!

Aoyama.— Je t'en supplie!

Mina sin saber que más hacer levanto al rubio y lo ayudó a apoyarse en su hombro para intantar alejarse de aquel callejón.

—¡Espera no puedes llevártelo! —Tokoyami intentó detenerla pero la chica lo empujó.

—¡Apártate! Si no quieres que te derrive cómo el tipo de hacer rato mejor ni te acerques. —Amenazó.

El azabache no permitiría que alguien muriese frente a él sin intentar hacer algo así que Tamaki enfrentó a la pelirosa. —¿Sabes que si tu amigo llega a morir será tu culpa? Él debe ir a un hospital.

La chica quiso llorar, se sentía terriblemente mal al hacer aquello ¿Pero qué otra opción tenía? Si la policía llegaba a saber lo que habían consumido ambos irían a parar a la cárcel, pero por otro lado había una gran probabilidad de que el tipo que le hizo eso a su amigo nunca pagaría por ello.

—¡Mina, no hagas caso! Je vais très bien!

Tokoyami. —Si de verdad quieres a tu amigo dejaras que vaya a un hospital, de lo contrario parecerá que quieres que muera.

Finalmente Mina decidió que lo mejor era escapar.

—¡Lo siento! —Gritó cuando entregó al rubio a Tokoyami. —¡Lo siento mucho! —y se fue.

—Mina, Ne me laisse pas ici! Retour! —El rubio observó el como su amiga le daba la espalda para salvarse a sí misma, soltó una risa amarga y finalmente cerró los ojos rindiendo se ante el dolor.

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Cuando finalmente despertó se encontró con la mirada preocupada de Nemuri, quien al verlo despierto se abalanzó sobre el en un abrazo.

—Idiota, me tenías muy preocupada, te dije que me llamaras y nunca lo hiciste.

Aoyama con ayuda de la mujer se acomodó en la cama.— Pardon yo...

—Si tan sólo te hubiera dejado quedarte en el trabajo nada de esto te habría pasado.

El rubio sintió su corazón estrujarse al escuchar las palabras de la mayor, que ella estuviera culpando se a si misma por algo que fue claramente su propio error le lastimaba.

Con cuidado posó sus manos en las mejillas de la mujer y secó sus lágrimas.

Ce n'était pas ta faute, ce n'était la faute de personne, mais la mienne.

Midnight abrazó al rubio sollozando «Perdóname por dejarte solo, no volverá a pasar» Aoyama sonrió con tristeza al escucharla y la abrazó de vuelta.

—Disculpe por molestar pero el oficial está esperando. —Dijo el Médico abriendo la puerta. —Señorita, por favor salga, deje que la autoridad hable con él joven.

Hombre rico, Chico pobre【TodoKiri】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora