Capítulo 2

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Aquella mañana era fría (lo cual era normal ya que estaban en pleno invierno) Kirishima se levantó envuelto en la gruesa cobija que tenia en su cama y caminó hacia la cocina para calentarse una taza de leche y devorar un trozo de pastel de frutas.

—¡Buenos días Blasty! —Saludó con energía a su compañero de apartamento. —¿Quieres un poco de chocolate?

—Café...—Pidió el rubio cenizo estirando la mano mientras su cabeza se estampaba contra la barra.

—Veo que no dormiste muy bien. —Dijo a la vez que ponía a calentar el agua y sacaba otra taza de la alacena. —¿A donde fuiste anoche?

—Mhn... —Bakugō levantó su cabeza y murmuró "Bar" para después volver a dejarla caer contra el azulejo color crema de la barra.

Cuando la tetera comenzó a sonar el rubio gritó "Calla esa maldita cosa" y el pelirrojo no queriendo quedarse sin ella apagó la lumbre y sirvió el agua en la taza que había sacado anteriormente.

—Tienes que moderar la forma en la que bebes, algún día no podrás ni recordar que fue lo que hiciste la noche anterior. —Le regañó.

Sacó el frasco con los granos de café y preparó todo para servirle el elixir de la vida a su amigo.

—Cuando llegue ese momento voy a golpearte hasta que ya no quieras volver a beber, ¿Entiendes? Me preocupas.

Bakugō (quien seguía quejándose con la cabeza pegada a la barra) asintió como pudo y estiró su mano para tomar la taza y darle un sorbo (Después de sentarse bien)

Aspiró el aroma de café recién hecho y tomó un trago saboreando hasta la última gota de este. Sin duda el café preparado por su pelirrojo era exquisito.

—Supongo que ya pensaste en donde más pedirás trabajo.

El pelirrojo se sentó junto a él, acomodándose para que la cobija que traía puesta no dejara entrar el frío, suspiró con pesar. —Ojala, nadie quiere contratar a un repostero novato.

Bakugō palmeó la espalda de Kirishima y dijo: —¡Sigue intentando! y si no te contratan, esos idiotas no tienen idea de lo jodidamente bueno que eres a la hora de preparar postres ¡Ellos se lo pierden!

Kirishima sonrió, era agradable tener un amigo como el rubio junto a él en esos momentos.

—¿Trabajas hoy en la cafetería?

Bakugō negó. —Me toca trabajar en la tienda de ropa de Mina, le preguntare si tiene algún puesto para ti.

Después de que terminaron de desayunar ambos salieron del apartamento.

—¡Nos vemos más tarde, Blasty!

—¡Nos vemos, Pelo de Mierda!

El día había comenzado de lo mas normal, el rubio con resaca, el preparándole un café, hablando sobre el empleo del rubio y de como el pelirrojo no podía conseguir uno.

Todo normal.

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Todoroki Shoto odiaba levantarse y saber que aun si trabajaba para su padre este quisiera hacer su vida imposible.

¿Era mucho pedir que dejara de echarle mierda a la hora de la comida?

Era odioso tener que comer junto al vejestorio que se hacia llamar "Padre" y exigía el que se casara para poder poner sus manos en otra empresa. Hasta estaba esperando ansioso el momento en que el viejo se ahogara con la comida.

Hombre rico, Chico pobre【TodoKiri】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora