Capítulo 32

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Cuando les llamaron confirmando que podían ir a recoger a Awase y Kota, se emocionaron tanto.

—Los trámites ya están listos, pueden venir por los niños en 2 días.

Kirishima asintió a pesar de que la mujer no podía verlo y dijo animadamente antes de colgar. —¡Muchas gracias!

Todoroki sonrió y se abrazaron, por fin serían padres.

.

—¡Qué emoción! —Dijo Aoyama por teléfono, Eri que estaba a su lado sonrió al escuchar lo animados y felices que sonaban sus tíos.

—¿Qué pasó? —Preguntó Midoriya al escuchar el grito de su esposo.

El francés se giró para mirarlo.

—¡Mon lapin, por fin irán a recoger a los niños!

—¿¡De verdad!? ¡Es una noticia estupenda!

La voz de Kirishima sonaba temblorosa, parecía que aún estaba llorando de la emoción. —En unos días más estarán en casa con nosotros, ¿Qué tal sí vienen junto con Eri y tenemos una pequeña fiesta de bienvenida?

—Nosotros encantados de ir. —Contestó el peliverde.

Totalement! Debo ir comprando los regalos, ¿Qué estaría bien? ¿Tal vez la nueva consola que salió? ¿Un auto? Non, son muy jóvenes, ¿Qué tal una motocicleta?

Izuku sonrió. —Tienen 13 años, Mon amour son muy jóvenes para tener una motocicleta.

—¿Cómo? Yo a los 10 años tuve mi primera motocicleta.

—Estoy seguro de que eso no debió haber sido legal.

—Tenía 10 años, ¿Quién iba a decirme algo?

—Aún así no puedes regalarles algo como eso. ¿Por qué no algo más pequeño y no tan peligroso?

—¡Entonces los vemos aquí la próxima semana! —Dijo el pelirrojo.

—¡Nos vemos! —Se despidió la pareja.

Aoyama miró a su esposo. —¿Entonces nada de motocicletas?

Midoriya nego. —No aún. Tal vez cuando sean más grandes.

El francés hizo un puchero. —C'est bien! Aún así compraré algo grande para ellos. ¿Un caballo?

Izuku podía sentir un tic en su ojo. —Tal vez debería poner un límite de dinero para comprar el regalo.

—No compraré nada exagerado lo juro. —Contestó el rubio.

—Está bien, pero Eri debe ir contigo.

La rubia sonrió. —¡Sí, yo voy!

Claro, debió haber sabido que el amor de Eri por los animales podría más que cerciorarse de que su padre no comprará nada exagerado.

Midoriya no sabía que hacer con el pony que estaba comiéndose el pasto del patio y el orangután que estaba balanceándose en el columpio de Eri.

—¿Qué fue lo que te dije?

Aoyama sonrió formando una "V" con sus labios. —Que no comprará nada extravagante.

—¿Y qué es esto? —Preguntó el de pelo verde señalando el patio de la casa.

—Un pony y un orangután.

—…¿No piensas que es algo…? —Aoyama mantuvo su sonrisa, siendo justos Midoriya no podía regañarlo cuando hacía esa cara tan adorable. —Bien, te dejaré tenerlos en casa —Dijo rendido. —, iré a darme una ducha.

Hombre rico, Chico pobre【TodoKiri】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora