Capítulo 24

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Shouto descansaba en la silla junto a la cama del azabache, miraba el rostro tranquilo de su esposo y se culpaba por haber tenido que matar a su hijo.

Eijirō no lo sabía, el doctor había recomendado decirle cuando estuviera tranquilo. Pero Shouto no se sentía capaz de decirle. 

El azabache se removió en la cama despertando despacio le sonrió a Shouto y tomó su mano. —Buenos días. 

El bicolor le ayudó a que se incorporará.

—¿Y el bebé? –Eijirō sonrió imaginando cómo luciría su pequeña roca. —¿Cuando lo traerán? —Preguntó ilusionado. 

Shouto bajó la mirada. 

—¿Qué pasa? ¿Él, está bien verdad? Está a salvo. —Preguntó el azabache con esperanza de una respuesta afirmativa.

Pero la respuesta que deseaba escuchar nunca llegó, en su lugar obtuvo los ojos vidriosos del bicolor y una oración que le hizo desear que no fuera verdad. —La pequeña roca ya no está con nosotros. 

La sonrisa de Eijirō desapareció para ser transformada en una mueca de confusión. 

—¿Qué? 

—Nos ha dejado, se ha ido muy lejos de nosotros.

—No, no, no puede ser verdad. —Eijirō no quería aceptarlo, tomó por el cuello de la camisa al bicolor y le gritó. —¡Les dije que salvarán a mi bebé! No importaba lo que me pasará a mí, ¡Debieron salvar a mi bebé!

Shouto recibió los golpes sin defenderse, sin intentar detener al azabache, sentía que merecía eso. 

—Te dije que lo salvarás, debiste salvar a la pequeña roca. —Eijirō se acurrucó en el pecho del bicolor sollozando. —No puedo vivir sin él…¡Devuélveme a mi bebé! ¡Devuélvelo! ¡Devuélveme a mi pequeña roca!

Shouto lo abrazó, se sentía tan culpable. Quería llorar. —Lo siento, lo siento. 

La puerta de la habitación fue abierta, la madre de Eijirō entró a la habitación acompañada de Rei. —¿Hijo, que pasa? 

El azabache se separó del bicolor y miró a su madre. —Él está diciendo tonterías. 

—¿A qué te refieres…? 

—¡Está diciéndome que mi bebé se ha ido! Mamá, quiero que me regresen a mi bebé, quiero que me regresen a mi hijo.

Rei miró a su hijo, Shouto estaba completamente callado, si no fuera porque podía ver que seguía respirando le parecería que este había muerto en esa silla. 

—¿Shouto? —Le llamó, esperando una reacción. Nada. —¿Cariño?

—Mamá, quiero a mi bebé de vuelta…

Shouto salió de la habitación. Eijirō se desmayó. 

—¡Doctor!

Una enfermera y un doctor entraron a la habitación tan rápido como pudieron. 

—Por favor, les pido que esperen en la sala. —Ordenó el doctor.

Las mujeres no tuvieron más que obedecer. 

Rei se sentó junto a su hijo en la sala de espera, Shouto tenía la mirada fija en el suelo y las manos entrelazadas, Rei supo que estaba conteniendo su llanto. 

—Es mi culpa. 

—¿De qué hablas?

—Todo esto pasó porque no me casé con Himiko Toga, si yo me hubiera casado con ella desde que se me fue propuesto, Eijirō habría seguido su vida sin mí, no me habría conocido, el viviría sin tanto dolor.

Hombre rico, Chico pobre【TodoKiri】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora