38| Nadie

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El rey de la noche miraba desde atrás de sus caminantes blancos como cada uno de los suyos caían poco a poco, con una mano señalaba a sus soldados caídos y se levantaban como si nada hubiera pasado, el hombre alzó sus ojos azules a su dragón, o bueno, ex dragon pues ya no le pertenecía y era domado por nada más mi nada menos que Daenerys Targaryen

El rey sin tener con nada que destruirla solo la miro, mientras el estuviera alejado y pudiera intentara ganar tiempo nada podía pasarle.

Cersei Lannister llegó hasta su lado y miro hacia el frente, su cabello rubio y largo caía sobre sus espalda y sus ojos miel miraban la guerra.

Cersei miró de reojo al hombre y sonrio lentamente.

-¿Que pasa si te matan?

El rey de la noche quito sus ojos azules del dragón quien terminaba de quemar sus caminantes blancos, luego los poso en la mujer de cabello rubio y dio media vuelta quedando frente a la mujer.

-Nadie puede matarme- aseguro el Rey y sus ojos brillaron con cierta emoción.

Cersei asintio con la cabeza y rey regreso su vista a la batalla.

-¿Y si existiera nadie?

El hombre dejó de mirar a Jon Snow y se giró a la mujer rubia que permanecía a su lado. Sus ojos azules e inepresivos por fin expresaban algo que Cersei logró descifrar:

Preocupación, miedo y angustia.

Cersei sonrio causando en el Rey varios conflictos en su mente sin entender las actitudes de la reina Madre. Lentamente la rubia dejó ver La Espada de Hielo que había mantenido oculta detrás de su espalda.

-¿Donde la conseguiste?- pregunto con cierta impresión el hombre y con un brillo de alivio en sus ojos.

Cersei dio una paso hacia el sin dejar sonreír en ningún momento, los ojos azules del Rey mostraban ahora confusión.

-Nadie me la dio- contesto la rubia.

El rey frunció el ceño más confundido que antes.

-Me has dicho que nadie puede matarte- sonrio la Cersei de oreja a oreja- Yo, soy nadie.

La rubia pasó su mano por la barbilla y dejó caer su rostro dejando frente al rey la verdadera identidad de la mujer que estaba al frente, el rey miró aquella chica que hace tiempo ella misma había destruido, Arya Stark permanecía con una sonrisa frente al rey.

-El invierno ha llegado- anuncio la chica.

La espada de Cristal se clavo en la noche haciendo que sus cuerpo comenzara a tornarse de un color más azule de los que estaba; sus ojos azules se volvieron negros y tenía en el rostro una expresión de derrota, segundos más tarde El Señor de la Noche explotó y varios pedazos de cristal volaron en todas las direcciones.

Los caminantes blancos comenzaron a explotar desapareciendo del lugar, un caminante blanco que iba a atacar a Jon Snow explotó antes de que su cristal se clavara en el pecho del hombre.

Sansa miró como pequeños copos de nieve volaban cerca de ellos y sus ojos azules se posaron en Winterfell.

GOT: La espada de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora