GOT: La espada de Cristal

39| Bastardo y traidor

Sansa miraba desde el trono aquel hombre que tanto le había hecho daño años atrás, este estaba de rodillas en el piso implorando salvación y piedad.

-Era eso o morir- explicó Ramsay mirando a la reina- Por favor Sansa, no era mi intención hacerte daño.

-Daño- hablo Sansa mirandolo- Me hiciste más que daño, Meñique ha pagado por ello pero tu- una sonrisa se posó en los labios de la reina- Tus crímenes no pueden quedar impunes, bastardo y traidor.

Los guardias apuntaban a Ramsey con sus armas y miraron a la reina esperando su orden. La pelirroja quitó sus ojos azules cargados de felicidad y los poso en su hermano, Jon Snow.

-Jon- hablo, este último se levanto y miro a su hermana haciendo un asentimiento con la cabeza- Acercate por favor.

El lobo se levantó de su asiento y pasó por la gran fila de salvajes que apoyaban a la casa Stark, llegó hasta el trono de sansa e hizo una pequeña reverencia.

-Dame tu espada.

Jon desenfundó su arma y se la entregó su hermana poniendo una pierna en el piso arrodilandose ante ella, Sansa tomó el mango de la espada y luego clavó la punta en el piso sonando en la sala silenciosa el golpe del metal.

-¿Sabes como perdió la vida mi padre Ramsey?- pregunto Sansa mirando al hombre, Ramsay apreto la boca en forma de enojo pero sin poder hacer nada, la pelirroja comenzó a acercarse a él y una sonrisa se posó en los labios de la chica- La perdió a pesar de haberse arrodillado ante el maldito de Jofrey Baratheon- escupió la chica con frialdad.

Ramsay la miro fijamente demostrándole que no le tenía miedo.

Sansa por su parte agradeció que la retará pues se sentía en el centro de todos la villana de la historia.

-¿Te gustan los juegos?- pregunto Sansa recordando las palabras que le había dicho a su hermano menor Rickon cuando iba a matarlo, Ramsey la miro recordando sus palabras- Juguemos uno.

Ramsey la miro fijamente y sonrio, aquella sonrisa que tanto odiaba la reina, alzó la espada y lo miró por última vez. Sansa sonrió cambiando el rumbo de la espada que caía horizontalmente cambiándolo vertical, el hombre abrió sus ojos e iba a decir algo pero su cabeza se desprendió de su cuerpo antes de que pudiera articula algo.

Sansa bajo la espada llena de sangre y lentamente sonrio. Había destruido una parte de su pasado que la había atormentado por años.