Myrcella miraba las llamas bailar en la fogata mientras a su lado Arya comia un pescado que había conseguido en el río.
-¿No tienes hambre?- pregunto la chica lobo mirando a la rubia.
Myrcella nego y se abrazó a ambos brazos debido al frío que tenía, aún su ropa permanecía húmeda impidiendo que el calor llegara a du cuerpo.
-Ire a hacer la primer guardia- hablo Arya levántese del piso y abandonandolos.
Aerys la miro pasar, luego posó sus ojos platas en Myrcella y Gendry ambos con miradas perdidas mirando el fuego.
El rubio se levantó y siguió a Arya. Gendry se percató del acto del rubio y lentamente sonrio, luego quito sus ojos del fuego y miró a Myrcella muy callada.
-Algo malo para contigo- río Gendry mirando a la rubia- ha pasado más de una hora y no has dicho nada.
Myrcella no lo miro haciendo que el chico realmente se preocupara, la miro a través de la llamas esperando que dijera algo, aunque fuera de su cabello pero no hablo. Gendry quito sus ojos de ella y los poso en el lugar donde estaban, era afueras de la ciudad cerca de un bosque muy oscuro pero perfecto para que nadie los encontrara.
-¿Que sentiste cuando supiste que eras hijo de Roberth?
Gendry miró a la chica quien aún miraba a las llamas.
-No fue mi mejor noticia, soy un bastardo y luego me entero que soy hijo de un rey- río y nego con una sonrisa- Pero, no fue tan malo después de todo.
Myrcella sonrio levemente.
-¿Llegaste a quererlo?
-Solamente una vez no lo vi, cuando era un niño- recordó el chico- El llego a mi casa y me regaló una espada, digo que era mi padre y que alguien día estaríamos juntos. Después de eso ya nunca volví a verlo- miro a la chica rubia- No pude llegar a quererlo y mucho menos a amarlo ya que jamás fue una figura paterna para mi.
Myrcella lo miro fijamente.
-¿Es algo malo odiar a tus padres aunque sabes que son tu familia?-pregunto mirando a Gendry.
Gendry solo la miro sin saber que contestar.
-Ame más a Robert que mi propio padre Jaimie, y a mi madre- se quedo callada y fruncio el ceño- Ella jamás ha hecho algo que me haga sentir que realmente me ama, solamente ama el poder, ámo a mis hermanos porque estaban sentados en el trono, pero...- miro a Gendry- ¿Si nunca se hubieran sentado en el trono también los hubiera amado por igual?
El chico se quedó sin palabras sin saber que contestar, era una muy buena pregunta. Myrcella lo miro de reojo y comprendió que el tampoco tenía esa respuesta a su pregunta, la rubia miró hacia otro lado y sintió algo que le oprimía el pecho impidiendole respirar, abrió la boca en busca de aire pero no lo encontró y cayó de lado al piso sintiendo el oxígeno.
-¿Myrcella?-pregunto Gendry al no escuchar más a la chica, frunció el ceño y levantó la vista de sus manos.
Los ojos negros del Baratheon se posaron en Myrcella quien tirada en piso intentaba respirar, rápidamente Gendry pasó una mano en la cara pálida de la chica sin saber que hacer. Poco a poco la cara blanca de Myrcella se tornaba morada, desesperado Gendry la movió de un lado a otro.
Una idea absurda paso por su mente.
-No puedo hacer eso- se digo a sí mismo.
Los ojos de Myrcella perdían ese brillo de vida, sin pensarlo los ojos labios de Gendry se posaron en los ya pálidos de la chica, la rubia princesa apreto el brazo de Gendry aferrándose a el y luego se separó de él sintiendo el aire regresarle y comenzando a toser escupiendo el agua que se había tragado en charco.
-¿Estas bien?- pregunto agitado Gendry mirando con ojos muy abiertos a Myrcella.
La rubia asintio dejando de toser y lo miro. Gendry sintió la mirada de Myrcella sobre el y comprendió. La había besado
-Mycerlla yo...
-Gracias Gendry- susurro la rubia mirandolo débilmente.
El chico sonrió de lado mirandola.
-Tomalo como el beso de la vida.
Myrcella sonrio de lado mirandolo fijamente y luego apartó la vista del chico mirando hacia la nada. Gendry, incómodo por la situación se levantó abandonando a la chica quien lo miró partir.
Una parte de Myrcella agradecía que Gendry se hubiera marchado, pero la otra le pedía a gritos que se quedara a su lado.
Gendry Baratheon se recargo en un tronco mientras respiraba con agitación. No podía creer que había besado a Myrcella.
-¿Por que las cosas incorrectas me hacen sentir que son las correctas?- pregunto para si mismo el chico mirando el cielo grisáceo.
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GOT: La espada de Cristal
Hayran KurguTras sentarse Sansa Stark en el trono y tras la partida de Daenerys hacia poniente para ser la reina de los inmaculados, las casas más famosas se unen para defender una nueva amenaza. Arya Stark conoce a un chico extraño que Daenerys había ocultado...