1.Todo empieza aquí.

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La voz de mi mamá hace que me dé más prisa por acabar de preparar la maleta, ¿a qué chica se le ocurre preparar la maleta una hora antes de irse a la Universidad? A mí,a Samantha Holt.

Sí, pensaba que aún me quedaban vacaciones, pero cuando ayer me dirigí a ver mi calendario por primera vez después de entrar en vacaciones, vi que era el último. Y así me encontráis ahora. Corriendo y nerviosa por acabar mi maleta.

-¡Samantha, ya es tarde!-grita mi madre.

-¡Ya estoy!

Mamá me grita un par de veces más, y cuando creo que ya lo tengo todo y la cabeza no me va a estallar a cuenta de las voces de mi madre, bajo a la planta baja donde ella espera impaciente.

-Ya era hora, Samantha.-me regaña mamá.

-Sam.-le corrijo y entorna los ojos.

-Papá nos espera fuera con el coche.

Suspiro y salgo por la puerta principal de casa con dos grandes maletas y una mochila colgada en la espalda ¿Dónde vas con tantas cosas Samantha? Tu madre, ahí está la clave, querida mía. Ella es quien te hacelo llevar tantas cosas.
Nos montamos en el coche, y me pongo mis audífonos, enciendo mi IPod y comienzo a escuchar música. Me quedan tres largas horas de viaje.
Alguien me mueve en el asiento, y yo refunfuño. Abro los ojos, y me encuentro con el rostro de mi madre a centímetros de mí.

-Límpiate la baba Samantha, ya hemos llegado.-habla mamá.

-¿Qué?... Ah sí.-digo adormilada.

¿Qué clase de persona no babea mientras duerme? Juro que mi madre es la primera, tanto quejarse. Salgo de coche y después, saco las maletas con la ayuda de mi padre.

-Gracias papá.-le digo y él me sonríe.

-¿Entramos hija?-asiento.

Me quedo asombrada, ¿desde cuándo es tan grande una Universidad? Me giro un poco, y mis padres ya no están a mi lado ¿dónde se han metido? Si estaban aquí hace un momento. El primer día y ya estamos perdidas en este sitio y sin encontrar una respuesta clara del porque elegí esta Universidad. No es para mí.

-¿Buscas a alguien preciosa?-piropea una voz masculina a mis espaldas y me giro en su
dirección.

-¿Y tú eres?-alzo una ceja. Yo se que esto no era para mi. O sí, quien sabe. No está nada mal este chico. Vale ya.

-Cameron, Cameron Smith.-sonríe y extiende su mano.

-Samantha Holt.-estrecho mi mano con la suya.

-¿Tu eres hermana...?--antes de que acabe su pregunta le corto.

-¿Hermana de Lukas Holt? Por desgracia sí.-acabo yo tras interrumpirle.

-Vaya, si os parecéis un poco.

Me rio sarcásticamente ¿un poco? Somos muy parecidos. Alguna que otra vez, nos confundieron por mellizos ¿qué clases de personas no veían que yo era más joven que él?

-¿Tu hermano sabe que estás aquí?

-Supongo que mis padres les habrá avisado.-me encojo de hombros.

-¿A quién tenemos que avisar?-la voz de mi madre suena detrás de mí por enésima vez en el día. Siempre igual mamá. Apareciendo en momentos inoportunos.

-Eso da igual.-me giro hacia ella.-¿Dónde estabais?

-Pensábamos que ibas detrás de nosotros.-niega con la cabeza.

-Va a ser que no.

-Vamos, tu padre nos espera.-tira de mi muñeca.

-Hasta luego Cameron.-levanto mi mano como puedo y hago un gesto de despedida.

-Adiós Samantha.-sonríe.

-Sam.-farfullo.

Mi madre me agarra del brazo más fuerte y me lleva detrás de ella, mientras cargo con todas mis maletas, podría ayudar un poco.

-¿Con quién hablabas?-cuchichea mi madre sonriendo.

-¿Con un chico?-digo sin darle importancia. Mi madre niega varias veces con la cabeza y
vamos a recepción.-Ahora no puedo hacer nuevas amistades, una ya no puede hablar con un chico por que si.

-Estarás en una fraternidad con chicas.-me avisa.

-Vale.-digo de nuevo restándole importancia.-Mientras no sean ni gruñonas, ni pijas o cosas semejantes a eso, me basta.

-Tu residencia es Gamma Kappa.

-¿Qué? ¿Qué clase de nombre es ese?-comienzo a reírme.

-¡Basta Samantha! Iras a esa quieras o no. Yo fui a esa, y no hay vuelta atrás.

Genial, por ese nombre, suena a niñitas pijas y de mamá, y cosas que mejor no mencionar. La que no quería.

-¿Porque mamá? ¿Porque me haces esto?-repito varias veces en mi mente.
-Quiere joderte Sam, no hay más.-tardó en responder mi querida consciencia.

Después de que mi madre llenase todo el formulario, vamos hasta la hermandad en la cual me ha apuntado mi madre, ¿qué clase de casa es esta? Es toda de color rosa, si por fuera es así ¿por dentro cómo es? No debería de haberle quitado importancia antes.

-Enserio.-miro hacia la puerta y después a mi madre-¿En esta fraternidad? ¿no hay
otra?-intento aguantar la risa.

-Sí, esta.-emboza una sonrisa.-Y no es fraternidad Samantha, es hermandad.-habla orgullosa.

-Es ridícula, mamá.-intento no reírme en esta situación seria con mi madre.

-¡Samantha!

-¿Qué? Desde pequeñitos nos enseñaste a ser sinceros.-me encojo de hombros.

Mi madre, después de darme miles de lecciones y normas, se va junto con mi padre y me deja allí, en la puerta, como si nada. Ahora ¿debo huir, o tocar a la puerta?

Tocará tocar la puerta si no queremos que mamá gruñona vuelva echado humos por sus orejas.

Que sea lo que menos quieres que sea. Que aparezca lo que menos deseas y
que todo el mundo sea feliz, amén.
Es hora de tocar.








Holaaaa!! Estoy de vuelta, y sí, con una novela a lo mejor un poco parecida a simple vista que la anterior pero ya os digo yo que no. Esta lleva otra chispa diferente.

Solo deseo que os guste tanto como la otra y que podamos conseguir mucho con esta al igual que la otra novela.

No os olvidéis de dejar un corazoncito si realmente os ha gustado, es un gran apoyo.❤
Nos vemos en el próximo capitulo!!!

¿En una fraternidad con playboys? [En proceso] #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora