19.Director, drogas, expulsión.

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Saco mi móvil y miro la hora de mi reloj ¡son las nueve de la noche! Los chicos me matan.
Me levanto rápidamente del banco, agarro mi bolso y salgo corriendo hacia la fraternidad. He llegado en cinco minutos.
— ¡Record para Samantha Holt!—grita mi conciencia.
 

—¿Sam? Sam.—Cam me abraza.

—¿Qué pasa?

—-Estábamos asustados.

—Dije que volvería sana y salva.—sonrío—- ¿Dean llegó?

—Lo están cocinando, por dejarte sola.

—Yo le dije que viniera.—rio.
 

Entro dentro y la mitad de los chicos de tiran encima mía.

 
—Quiero seguir viviendo por más años, por favor.—me rio.

—Lo siento Sam—David sonríe tímido—Solo pensábamos que...

—Me iban a hacer algo ¿no? Dije que volvería sana y salva.—le corto a David y sonrío—Yo le dije a Dean que se viniera, más bien le insistí.

—¿¡Veis!? Me querían matar.—yo niego con la cabeza divertida.

—Sam ¿has llorado?—me pregunta mi hermano.

—¿Qué? No, claro que no.

—Sam...—musita Drake.

—Está bien.—bufo ¿porque me pillan todas?.—Sí, sí he llorado.

—¿Que ha pasado?—pregunta Bruno preocupado.

—Charlotte... me la he encontrado en la cafetería, más bien habíamos quedado—le cuento lo sucedido.

—Son celos, solo eso.—me dice Dean.
 

Emboza una sonrisa y me abraza, seguidamente, todos me vuelven a abrazar.
 

—Te queremos mucho, Sam.— dice aun abrazándome David.

—Y yo a vosotros, chicos.—sonrió aunque dudo que me vean, demasiada gente encima de mí abrazándome.
 

Después de un largo domingo, nos acostamos temprano para poder empezar la semana con buen pie.

La alarma suena, me levanto con la pesadez de las mantas encima de mí, y apago la alarma. Cojo mi ropa, y voy a mi baño, para poder ducharme y luego vestirme.
Cuando ya estoy lista, incluida peinada y demás, bajo a la cocina para poder prepararme mi desayuno. Allí están Jake, David, Thomas, Bruno, mi hermano y Drake; otros están en el salón.
 

—Buenos días chicos.—sonrío al entrar por la puerta.

—Hola pequeña.—David me revuelve el pelo.

—Genial, me tengo que volver a peinar.—le fulmino con la mirada.

—¿Qué quieres para desayunar?—me pregunta mi hermano.

—Un vaso de leche, mientras voy a peinarme, de nuevo.—hago énfasis en la última palabra.
 

Voy al baño de la planta baja, paso de volver a subir para coger un peine y peinarme cuando puedo hacerlo aquí abajo también.
—Pereza matutina ¿no?
-Obvio, no pienso subir de nuevo, a peinarme.
—Debes subir igual, a por la mochila.—se ríe maleficamente.
 

Me peino y vuelvo a la cocina ¿Donde están Dean y Cameron?
 

—¿Y los dos simios que faltan?—pregunto.

—Durmiendo.—contesta Bruno.

—¿¡Que!? Son las...—miro mi reloj de muñeca de mi hermano—¡Ocho y media!
 

¿En una fraternidad con playboys? [En proceso] #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora