6.Peleas en el coche.

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Estoy acabando de organizar toda mi habitación, clasificando mi ropa en el armario,colocando algún que otro cuadro encima del escritorio, cuando pican a la puerta.

-¿Se puede?-dice abriendo un poco la puerta.

-Pasa.

Estoy de espaldas, así que no sé quién es, y las voces aun no las distingo. Y eso que cada tío tiene una voz diferente ¿no?

- ¿Y la mía tampoco la reconoces?-dice mi consciencia.
-Ojala no la conociera la tuya, Eustaquia.
-Deja de llamarme así.
-Claro que sí, Eustaquia Elvira.-repito.

-¿Necesitas ayuda?

-No, gracias...-me giro para ver quien es-...Drake

-¿De verdad?-se sienta en mi cama.

-Levanta tu asqueroso culo de mi cama.-le digo señalando mi cama.

-Es muy cómoda.-comenta mientras bota en ella.

-He dicho que te levantes y lo sé, es cómoda.

-¿Me vas a pegar como una niñita?-se ríe.

-Gritaré, es peor.

-¿Enserio vas a gritar?-dice divertido.

-Y tanto.-me cruzo de brazos.-Cuento tres, Drake.

Drake no se levanta, así que cuento mentalmente hasta tres y seguidamente grito. Mi grito
ha sonado más fuerte y fangirl que el de Hannah.

-¿Que sucede Sam?-grita por el pasillo mi hermano.

De un momento a otro, la puerta acaba de abrirse de golpe y aparece tras ella, David con una Barbie ¿un Barbie? ¿De dónde la sacó? Cameron con una sartén, Bruno con un bate,
Thomas con un boli, mi hermano con un tenedor y Dean con su alma. No conozco simios más raros que estos.

-¿Que sucede Sam?-dice David mientras estira su brazo con la Barbie.

-Este simio está invadiendo mi privacidad.--señalo a Drake.

-Te he dicho que no toques a mi hermana.-se acerca a él y le coge por la oreja.

-Sigue con lo tuyo.-me sonríe Cameron.

-¿Tanto escándalo para esto?-rueda los ojos el que venía con su alma.

-Cameron, déjame tu bonita sartén.-le digo angelicalmente.

-No, me la llevo a la cocina.-me guiña un ojo y se va con la sartén.

Todos se van, y yo me quedo de nuevo sola, acabando de ordenar mis cosas, nos es que lleve muchas cosas así que tardo bastante poco en organizarlo todo. Al acabar me tumbo en mi cama y cojo mi móvil, reviso si tengo mensaje y después entro en Instagram y comienzo a ver las historias de todos mis amigos. Los echo de menos y tan solo acaba de empezar el curso, aún me quedan ocho meses para volver a casa por verano. Todos ellos
están felices con sus nuevos amigos y yo sin embargo estoy en una fraternidad rodeada de simios que no saben qué hacer con su vida y con el servicio de control veinticuatro horas de mi hermano Lukas.

-¡Sam!-escucho que grita Lukas desde la planta baja.

-¿Qué pasa?-me asomo a las escaleras.

-¡Baja a cenar!

Bajo las escaleras, y me encuentro a la mitad comiendo como cerdos. Para ellos no existe ni la ropa ni los cubiertos porque no les veo que lo utilicen. Será cierto que son simios. Pobre de los simios animales, les están dejando fatal.

¿En una fraternidad con playboys? [En proceso] #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora