36.No sois niños de cinco años y ¿en estado?

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—¿Mamá?

—Oh, hola hija.

—¿Qué haces aquí?

—He venido a arreglar unos papeles.—frunzo las cejas—¿Que haces aquí, Samantha?—pregunta confusa.

—Yo... la señorita Hill nos mandó a pedirle unos papeles al director.

—Exacto, y un par de bolis para la pizarra porque ya sabe usted que esos bolis no duran casi nada parece que haya un bicho dentro y chupe toda la tinta del boli ¿sabes? Es muy fuerte.—dice David.

Mi mirada se dirige a David y él sonríe.

—Dame paciencia y fuerza para seguir soportando a estos simios.—dice Eustaquia.
-Te lo daría, pero a mí ya no me queda.

—¡Oh! Aquí no son esos bolis, es en secretaria,iré a por ellos.—rie.—Uy, ni los folios, vaya tela Sam... no estamos donde tenemos que estar.—niega varias veces con la cabeza.

Se va por las escaleras, aunque muy lejos no estará. Seguro que esta por algún rincón escondido escuchando toda la conversación con mi madre.

—Papá me espera abajo.—dice mirando su móvil.

—Claro ve.—sonrío—Hasta luego mamá.

—Adiós cariño.

Deja un beso en mi frente y se dirige hacia el ascensor. Entra dentro y Shawn aparece tirado por un rincón de las escaleras. Si es que lo sabia.

—Gusano llamando a tortuga—hace un ruido extraño—¿Ya se ha ido la mamá?

—Si—ruedo los ojos— ¿porque soy yo la tortuga?

—Porque si, corto y cambio tortuga.—vuelve a hacer el ruido extraño de antes.

—Levanta del suelo David.

David se levanta y vamos hacia la puerta del director.

—¿Se puede?—toco a la puerta.

—Adelante.

Abro la puerta y ambos pasamos. Seguidamente nos sentamos en las sillas.

—¿Qué les trae por aquí?

—La profesora Hill nos mandó.—dice David—Ya sabe cómo es ella.

—No sois los primeros que manda en el día.—niega divertido.—¿Que habéis hecho vosotros?

—Nada.—me encojo de hombros.

—¿Nos va a poner algún castigo?—pone puchero David.—Le juro que no hicimos nada.

—No, claro que no, podéis iros a clase.—sonríe.—No tenemos cinco años para poner castigos, teneis como quince años más ¿no hará falta ponernos cara la pared no?—rie.

Le damos las gracias y vamos hacia clase. En el momento de salir del ascensor, el timbre suena, así que nos vamos hacia la cafetería.

Llegamos a la cafetería, y allí están algunos de los chicos de mi fraternidad.

—Hola.—saludo.

—Hola bonita.—me saluda Dean mientras me siento a su lado y deja un beso en la mejilla.

—¿Os dijo algo el director?—pregunta Jake.

David y yo le miramos amenazadoramente. Por su culpa fue todo. O no, no me acuerdo ya ñla verdad.

¿En una fraternidad con playboys? [En proceso] #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora