34.Posible maldición y Cameron vuelve.

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Los días pasan, volvemos a la fraternidad ya que se acerca el dia para volver a clases, y ver las caras estúpidas de Bob, Charlotte o incluso Cameron.

-¿Que será de el?
—¡¿Que más te da!? Es un nene malo.
-¿Y que? El formó parte de mi.
—Porque te beso ¿no? Siempre fuiste la estúpida de las dos.
-¡Eustaquia Elvira! Eso a mamá no se le dice.
—Ya llego la autoritaria.—juraría que ha rodado los ojos ¿como? Ni idea.

—¡Pipiolo! ¡Ven aquí! ¡Chucho malo! ¡Ven!—grito.

Si, Pipiolo está de vuelta en la fraternidad. Cuando nos fuimos de vacaciones, los padres de David se ofrecieron a cuidarlo, ya que su hermano pequeño quería.

—¿Qué pasa?—dice Dean asomándose por las escaleras.

—¿¡Que pasa!? ¡El dichoso perro mordió mi cojín!—él comienza a reírse—¡No hace gracia!

—Oh claro que si.—su risa es más fuerte.

—Pipiolo, debes hacerle caso a papá y comer sentado.—dice hablando David con él mientras lo lleva en sus brazos.

—Dile de paso a su hijo, que no muerda cosas ajenas, ¡me acaba de romper mi cojín!

—Eso no se hace, pipiolo.—le regaña—Aunque si es de Sam, no pasa nada.—le susurra.

—¡Te he escuchado!

En la cara de David se forma una sonrisa, y sale hacia la cocina.

—Genial, ahora vas y me compras uno, ¡yo duermo con ese cojín!—digo como una niña pequeña.

—Esta bien, esta bien. Iremos a comprarte un nuevo cojín, para la señorita Holt.

Yo le sonrío.

De un momento a otro, un ruido fuerte proviene de la cocina, acompañados de cristales en el suelo. Todos salimos en esa dirección.

—La que he liado, pollito.—Harris se gira hacia todos nosotros con una sonrisa de niño bueno.

—¡David Harris! ¿¡Qué demonios has hecho!?

—Tal cual, pareces una madre.—dice Eustaquia —Este año, te está sentando de culo.

—Nada...—su sonrisa permanece.

—Has caído todos los platos del mueble.—sonríe como un niño pequeño.

—Y los vasos.—continúa diciendo Bruno.

—Un dos por uno.—se ríe Drake.

—Si no es nada.—se excusa.

—¿Dónde piensas que vamos a comer, simio? ¿En los cacharros del perro?

—¡Esto traerá una maldición a la fraternidad!—grita David nervioso—¡No puede ser!

—Es cuando se rompe un cristal, David.—le dice Bruno tranquilizandolo.

Después de discutir, salen a comprar platos, vasos y un cojín para mi.

—Sam.—me llama Drake.

—¿Si?

—Dentro de poco es el cumpleaños de David.

—¿Que dia es? Dean no me dijo nada.

—El 24 de Enero.—mi boca se transforma en una O.

—Debemos prepararle algo.

—¿Cómo qué?

Llevo mi mano a mi barbilla, y espero a que mi querida bombilla se encienda.

¿En una fraternidad con playboys? [En proceso] #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora