Old knowns ♡ EN EDICIÓN

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Ava limpiaba bruscamente el mármol del piso con pequeñas lágrimas corriendo por sus mejillas mientras escuchaba los gritos de sus padres que provenían de la segunda planta.

Todo había empeorado desde el día en que una mujer trajeada tocó a la puerta y la mandre de Ava la abrió mientras fumaba un porro, cuando la mujer dijo que venía de los servicios familiares su madre se inventó que tenía una receta medica para ello por un dolor muscular.

La mujer no le creyó al notar el olor a alcohol emanar de su boca, todo lo que dijo de forma cortante fue:

"Usted y su esposo tienen una audiencia dentro de dos semanas, le recomiendo que vaya con la madrina o el padrino de su hija o algun familiar de confianza."

En cuanto la madre de Ava le contó a su padre él se enojó tanto que ahorcó levemente a la menor mientras le gritaba que él no era idiota y que había escuchado su conversación con Luke y que no quería volver a verla con él.

No quería odiar a Luke, de verdad que no, pero al ver a su padre a la salida de la escuela, quien (el miércoles) la tomó del brazo con fuerza en cuanto Luke intentó acercarse a ella y se la llevó a rastras hasta su mustang, lanzandola literalmente dentro delante de todos, la hacía solo querer señalar al culpable de que sus padres no la dejaran sola.

Y tambien de los moretones en sus brazos y abdomen.

Había escuchado a su madre hablar por telefono con su abuelo el lunes por la noche, después de eso le dijo a Ava que sus abuelos vendrían lo mas pronto posible y que no quería que les dijera absolutamente nada.

Ava estaría feliz si la preocupación y enojo de sus padres fuera porque no querían que la alejasen de ellos, pero la realidad era una muy distinta, una en la que ellos estaban furiosos porque el perder a Ava significaba que los Nass dejarían de enviar tanto dinero y que Catalina deberia trabajar.

Una completa mierda.

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Ava había preparado una cena parecida a la que se sirve en navidad, había colocado todo en el centro de la larga mesa que jamás era utilizada, la vajilla nueva había sido abierta y mientras esperaban a que el asado estuviera listo para sacar del horno Ava junto a sus padres miraban la televisión.

No recordaba la ultima vez que los tres habian mirado television juntos, tal vez haya sido cuando recien se mudaron, esa noche miraron peliculas hasta la madrugada, por esa razón ella no había asistido a su primer día en la nueva escuela.

Pero se sintió feliz en ese momento, todos estaban recién duchados y se acostaron sobre un montón de cobijas en el suelo porque aún no habían traido los sillones.

Ahora era diferente.

Ava mordía nerviosa el dorso de su mano mirando a la nada, su madre fumaba un cigarro despues de otro mientras fingía ver la pantalla, parecía ausente y por último, su padre tomaba un gran vaso lleno de whiskey y hielos mientras revisaba su telefono.

Y entonces el timbre sonó.

Ava miró nerviosa a sus padres y como se levantaron con sonrisas tan bonitas como falsas.

-Mamá, papá-Dijo Catalina sonriente justo después de abrir la puerta, abrazando a los mayores.

-Hola cielo-respondió la mujer besando su mejilla-Hola Christopher-dijo saludando al pelinegro con una sonrisa fingida y un beso en la mejilla.

-Genevive, Steven-saludó educadamente a sus suegros.-¿Cómo ha estado el vuelo?-La rubia suspiró.

-Hemos tenido que tomar los boletos en turista, ha sido desagradable, pero debiamos venir pronto-murmuró limpiando sus manos con el gel desinfectante colocado sobre el mueble-Hola mi niña hermosa-murmuró acariciando las mejillas de Ava con cariño.

-Hola abuela-respondió feliz.

-Cuanto has crecido en este tiempo, cada vez estás más bonita, cariño-murmuró Steven acariciando el oscuro cabello de la ojigris, quien sonrió liheramente sonrojada.-Seguro los chicos se pelean por ti.

La menor soltó una risita negando.

-No abuelo-susurró.

-En cuanto nos duchemos te daremos un abrazo enorme cielo, te hemos extrañado muchísimo-dijo Genevive.

-Yo los he extrañado mucho más, por cierto, gracias por mi obsequio de cumpleaños, ha sido asombroso.

-Espero utilices ese violín, lo hemos mandado ha hacer justo para ti, nos ha costado una pequeña fortuna-Ava asintió.

-Lo que me recuerda-murmuró su abuelo-Dime que sigues usando ese collar que te enviamos hace seis años, le he obsequiado uno igual a tú abuela hace unos meses-Ava miró a sus abuelos sin eliminar esa bella sonrisa de su cara y les mostró el collar que llevaba puesto todos los días a todas horas desde su onceavo cumpleaños.

La cadena era de plata con unas pequeñas incrustaciones de diamantes, y en el centro un pequeño dije de una luna hecho completamente de diamante puro, siempre lo llevaba puesto debajo de la ropa por lo que Luke era el único que lo habia visto.

La abuela de Ava le mostró el suyo igual de sonriente, mientras Catalina miraba seria desde atrás.

-Bueno, creo que deberiamos cenar ya, sacaré el asado del horno-murmuró la rubia.

-Vayamos a sentarnos-dijo Steven, comenzando a caminar hacia la mesa.

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-Entonces...¿A que se debe la invitación?-preguntó el canoso.-No es que no nos guste venir a ver a nuestra querida Ava, pero ha sido demasiado rapido e imprevisto, supongo.

Catalina y Christopher se miraron, el pelinegro negó levemente y la rubia suspiró.

-El estúpido novio de Ava nos ha denunciado y una mujer dijo que tendriamos una audiencia amistosa la semana que viene.

-¿Y por qué los ha denunciado?-preguntó el hombre con una ceja arqueada.

-No se que le habrá dicho a la señora, pero creo que se enojó bastante al no dejarlo quedarse a solas con Ava-dijo el pelinegro, Ava comenzó pellizcar sus piernas nerviosa.

No era justo que dijeran todo eso, eran unos malditos mentirosos, Luke era increiblemente educado y respetuoso.

Sus abuelos la miraron preocupados.

-Cariño, ¿él te está presionando?-la menor negó levemente sin levantar la mirada.

-No-susurró y sintió una fuerte patada de parte de su madre por debajo de la mesa-Solo...solo...una vez-susurró sintiendose una total mierda de persona.

Steven bufó.

-Bien, primero resolveremos el tema de la denuncia y despues me encargaré del chico-dijo serio, mientras Ava solo quería echarse a llorar ahí mismo.

Su abuela la miró atentamente.

Su preciosa nieta se veía asustada y dudaba que fuera por el chico.

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K opinan.

Tremenda diferencia entre sus papás y sus abuelos.