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La forma en que Alaric obtuvo un Ducado tan grande no es la más usual si consideramos que los títulos nobiliarios se heredan. Su padre, Maxwell Cowan, era el médico personal del anterior duque, Harold Lennox. Lennox, miembro de una antigua familia aristocrática del Reino Unido, murió sin descendencia aparente y dejó a su médico de confianza en sus escrituras como dueño del título y soberano de Escocia bajo la corona Británica. Pero la verdad es otra.
Harold Lennox es el padre de las mellizas Arabella y Diana de Estados Unidos, por más que la Reina nunca lo dejó acercarse ni enterarse de nada por miedo a arruinar su reputación por el amorío que aquello implicaba. En un arrebato de ira, Harold contrató personas cuestionables para que se robaran al bebé, sin saber que en realidad habían sido dos. Una vez que su hija estuvo en Reino Unido, debía esperar una ventana de tiempo antes de poder adoptarla públicamente, cosa que nadie de la familia Real de Estados Unidos sospechara nada.
Pero Maxwell Cowan quería poder, y sabía que su nombre estaba en las escrituras y dejaría de estarlo apenas la niña fuese reconocida como una Lennox. Así que mató a Harold y nadie nunca sospechó, o no abiertamente por lo menos, y se quedó con el ducado de Escocia que le heredó a Alaric hace un par de años atrás.
El hijo es distinto del padre, sin embargo, y desea honrar la memoria de Maxwell para redimir la sangre que mancha su apellido, su familia y su consciencia. Por ello, sigue el rastro de la bebé perdida para poder confesar todo lo ocurrido y restaurar a los Lennox como legítimos soberanos de Escocia; sin saber él también que existe otra Lennox.
