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Experimento 0071, apodada Griselda desde la llegada de la Dr. Rhodhart. El nombre Griselda, de origen germano, significa batalla oscura o guerrera gris, y lo escogió la doctora para ella por sus poderes. Le gusta bastante, especialmente considerando que, aunque no fue su primer nombre en la vida, es uno que no tiene connotaciones previas para ella. No arrastra recuerdos dolorosos de una vida pasada. Es una forma de partir de cero.
Nació hace diecinueve años más o menos, en un pueblito costero cerca de Maine, como Anja Zelman. Sus padres trabajaban empleos de sueldo mínimo en una fábrica peligrosa, pero justo al nacer ella su padre ya había enfermado gravemente de cáncer. La exposición a metales pesados y compuestos radioactivos lo estaba matando, pero por lo menos él podía quedarse en la pequeña casa cuidando a la niña mientras su esposa trabajaba e intentaba proveer para la familia completa. Así fueron las cosas durante los primeros dos años de su vida, durante los cuales su madre también enfermó. Pero el seguro no quería considerar sus enfermedades como productos de su trabajo, porque los dueños de la fábrica eran personas poderosas que no querían manchar su imagen. Así que ambos siguieron trabajando, turnándose, exponiéndose más todavía a todas las sustancias que los estaba matando.
Hasta que un día el padre de Anja fue al médico y este le dio una noticia que cambiaría todo para siempre. Era tanta la radiación en su cuerpo, que no solo estaba muriendo, sino que estaba emitiéndola al exterior y podía matar a Anja. El problema era que la casa era muy pequeña como para mantenerla a salvo de la infección por radiación, y la pareja no tenía familia como para dejar a la niña. Así que de toda buena fe, queriendo que su hija tuviese la oportunidad de llevar una vida feliz, se le entregaron al gobierno, esperando que ellos pudiesen ingresarla en algún sistema de adopción o algo así. Vivieron sus últimos años engañados, creyendo que su hija había sido adoptada por una pareja de Norte Americanos y que crecía sana y feliz.
La realidad fue otra. Anja fue rápidamente ingresada en el sistema del Área 51, y apenas murieron los Zelman su hija les siguió y nació el Experimento 0071, primera y última de su línea. Esa ala del Área 51 estaba dedicada a experimentar con el cuerpo, en concreto con la función muscular de sus experimentos. A través de estimular la respiración celular y los tejidos estriados del cuerpo, consiguieron que 0071 pudiese dar golpes equivalentes a la fuerza mandibular de un hipopótamo; es decir, de un puñetazo a los seis años era capaz de partir madera y de matar a alguien de un solo golpe. Pero eso no era suficiente y siguieron llevando los resultados con ella al extremo, poniendo su vida en riesgo en más de una ocasión, dejándola paralizada de la agonía durante semanas hasta que se recuperaba y podían volver a intentar. El resultado final fue una joven con una enorme cantidad de fuerza repartida uniformemente por todo su cuerpo, capaz de doblar metal con las manos sin sudar, de saltar cuarenta metros en vertical y de quebrar un cráneo en cientos de pedazos en un solo rodillazo. El problema es que, cuando el esfuerzo físico es demasiado, queda tiesa por el dolor durante veinticuatro horas, sin poder moverse producto del ácido láctico acumulado en todo su cuerpo. El dinero y el esfuerzo y los años que les tomó perfeccionar a 0071, para que luego igual tuviese claras debilidades como esa, volvió la línea 7 inviable a ojos del Estado y rápidamente se cerró, dejándola a ella como la primera y la última de su especie.
