Amaris Montero López es una chica de 22 años con su belleza y sencilles resalta ante todas las miradas es secretaria del gran empresario Bastián Becker Zimmermann Asus 33 años es un multi millonario y presidente de una de las mejores empresas...
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"NO PUEDES VOLVER A CONFIAR EN UNAS MANOS QUE YA TE SOLTARON ANTES"
AMARIS
Me puse a ver los vestido de novia que Bastian me obligo a ver, ya que los habían enviado por Internet un conocido diseñador, la verdad no me emociona elegir un vestido de novia en estas circunstancias .
Me toman las medidas para enviarlas , un rato después me veo obligada a elegir un vestido , el velo y los zapatos , que se suponen serian los que siempre soñé , pero la realidad era otra no me siento satisfecha y creo que mis sueños sean roto.
Me sentia sofocada y queria tomar aire y recorde que tenia que comprar lencería para el vestido de novia, asi que decido ir a la tienda de lencerias y asi poder distraerme de todo esto.
Camino hacia la puerta con mateo en brazos cuando escucho la voz penetrante de Bastian.
–¿Adónde vas?
–Necesito comprar unas cosas ,Y quiero ir con Isabel..
–No –respondió sin más mientras firmaba un documento.
–Sí –le contesto con la misma firmeza mientras salgo por la puerta.
–¡Amaris! –escucho su grito.
Muy a mi pesar, me regreso.
–Te he dicho que no –insistió .
–Y yo no quiero discutir delante de todo el mundo, pero tengo que ir a ver a Isabel.
–Ella se encuentra bien , no veo el motivo de verte con ella.
–Es mi amiga, y siempre ha estado ahí cuando la he necesitado –le respondí con tono amable aunque quisiera gritarle–. No me importa lo que digas o lo que pienses, pero no voy a darle la espalda.
–En ese caso, deja a Mateo aquí –Me dice alargando los brazos hacia el niño.
–No vas a poder ocuparte él...
–No te preocupes, he contratado a una niñera para nosotros. Ya está en el hotel, esperando a que la llame.
No me gusto verlo tan convencido de que lo de la niñeraera mejor para el Mateo.
–Pues has perdido tiempo y dinero, porque no pienso dejar a Mateo con una extraña.
–Le diré que suba para que puedas conocerla.
Apretó los labios, necesito calmarme.
–Mateo viene conmigo. Lo siento si no te gusta, pero va a ser así.
–No intentes enfadarme –me habla con voz amenazante–. Si me retas, responderé y es probable que salgas herida.
–Ya no me puedes hacer daño –exploto y trato de veme segura, negándome a que me intimide–. He accedido a cambiar toda mi vida, a casarme contigo y a conocer a tu familia. ¿Qué más quieres? ¿Por qué no aprendes a hacer concesiones?
