Capítulo 19 JINGLE BELL Y SECRETOS -PARTE 1

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24 de diciembre de 2017

Jingle bell, jingle bell, jingle bell rock
Jingle bells swing and jingle bells ring
Snowing and blowing up bushels of fun
Now the jingle hop has begun

—Bailecito, vamos muévete Cady ­­—Matt molestaba Rachel quien iba junto a él mientras empujaba el carrito de compras.

— ¿Sí sabes que mean girls no es una película navideña? ¿Verdad? —le pregunte irónicamente.

— ¿Y tú sabes que la pizza no es una comida navideña? Eso es un pecado. Digo le agregas unas pasas y listo, obtienes una creación de los dioses griegos.

— ¿Quién quiere comer queso, tomate y pasas juntos? Suena asqueroso —añadió Rochi.

—Yo quiero comer —dijo Matt muy serio.

—Sí, tienes unas ganas de comerte a Rachel —dije tomando unos adornos navideños, las mejillas de la pelirroja se tiñeron de rosadito—Ja, mira, se sonrojo.

—Basta Cass —contestó Rochi.

—Deja a Bombón, es perfecta como es —señaló Matt, quien le sonrió, Matt estaba súper perdido por Rachel, se notaba a leguas. Matt había estado tranquilo estos días, desde el 21 de diciembre después de que Matt se durmiese después de su crisis había reinado una paz en Moonville y nuestras vidas, bueno más o menos.

—Blah, dan asco —dije—dejen de ser tan melosos

—Oye que estés peleada con Caleb no es mi culpa —giré y lo vi de mala manera, él se sintió incomodo— ¡Mira! Naranjas en oferta, parece una ganga, iré a verlas.

Regrese a lo que estaba haciendo, sentí la mano de Rachel en mi espalda.

—Lo siento, sabes lo tonto que es —reí tristemente ante su comentario.

— ¿Hablaste con Caleb?

—Sí, pero el chico es una caja fuerte, lo único que dice es que es por su mamá. Pero no le creo.

—Bueno, es tu desción confiar —giré y me recosté un poco en la estantería con productos.

—No lo sé —vi a Matt quien discutía con un empleo de la tienda— Si Mister naranjas llegase oliendo un día a chica ¿Qué harías?

—Primero lo creo capaz de que por accidente se roció perfume de su mamá —ambas reímos— pero no lo sé, no puedo decírtelo, no lo imagino infiel, puede ser un borracho con problemas que lo ahorcan pero infiel, no lo creo.

—Lo sé, además te ama demasiado —dije.

—Y a ti te ama Caleb, debe haber otra razón, no es lo que piensas, estoy segura —ella me brindó una sonrisa. Matt se acercó con el carrito de compras.

—Las naranjas son una estafa, solo le bajaron cinco centavos, no me ayuda en nada, puedo ser rico pero tampoco soy tonto y cinco centavos son nada y según gruñón gruñoncito es porque existe una escasez de naranjas, al diablo, puto calentamiento global —vi a Rachel quien estaba confundida tanto o más que yo— y bien, ¿ya no me mataras?

—Cierra la boca y lo pensare —dije colocando los últimos productos de la lista en el carrito—bien creo que es todo, paguemos y vámonos.

Nos dirigimos a las cajas y pagamos todos para luego ir al auto.

—Bien, ya está todo adentro del auto —dije— entonces los veo hoy en la cena en mi casa ¿cierto?

—Claro que si, iré con toda mi gente —aclaró Matt.

No te calles CalebDonde viven las historias. Descúbrelo ahora