No te calles Caleb

Capítulo 31 "LA NECESIDAD DE AMBOS DE SENTIR"

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—¿No crees que es hermoso? — dije

—Hermoso si yo no viniera en este viaje —la gruñona de Jeni habló detrás de nosotros.

—Sí, ¿por qué viene? —dijo Matt.

—Necesito que me protejan —alegó Jeni.

—Ok, si tan solo supiera exactamente de que podría comprender mejor la situación. Pero aquí nadie me cuenta nada.

—Es que... —miré a Jeni de manera amenazante, pues no quería que le contara toda la verdad Matt.

Jeni estaba involucrada con DeLucca, no, ella no era socia ni nada, era una victima más de toda la vida turbulenta del hombre, su madre era la nueva muñequita en la vida del hombre, o lo era hasta la noche que apareció en mi casa, su madre y DeLucca pelearon al punto que él decidió denunciar que la madre de Jeni se encontraba de manera ilegal en la ciudad, pues no tenía los papeles correspondientes, DeLucca nunca fue fan de la idea de tener hijos, cuando su madre se fue Jeni quedó desprotegida con la latente amenaza que DeLucca la denunciara también.

—Ya te lo dije, Jeni tiene miedo de su exnovio loco. —añadí.

—Espero no me mate.

...

Sentí la arena debajo de mis pies, fue algo inexplicable, era paz absoluta con el inmenso mar frente a mi en un bello atardecer, encontré a Matt sentado en la orilla del mar mirando al horizonte.

—¿Y la que no quería venir? —preguntó.

—Adentro, creo que, leyendo, no lo sé. —dije sentándome a su lado. Tenía puesta una camisa manga larga que cubría sus heridas pues, aunque estábamos solos no se sentía cómodo con las marcas en sus brazos.

—Tengo el inmenso mar llamándome —dijo— esto es una basura.

—No debes pensar así Matt.

—Cass, no puedo entrar, es una tortura, sabes cuanto amo el mar —Antes de llegar acordamos que ninguno podía entrar al mar, pues por la gravedad de sus heridas no se lo permitían— Fui un idiota.

Me llené de valor y decidí preguntarle finalmente.

—¿Qué paso esa noche Matt? —él estuvo en silencio por un tiempo, como si meditara lo que diría.

—Mi padre descubrió todo, ese día amenace a Adams con denunciar todo lo que ha hecho, así que tal y como lo prometió hizo mi vida miserable, mando a mi padre videos míos y chats que tenía con los clientes —su voz comenzó a temblar— de un numero diferente, mi padre lo vio y me dio la paliza más grande que jamás me hayan dado, en cada golpe me recordaba la vergüenza que sentía, la pena de mi persona y como era, en sus palabra, un marica. —las lagrima caían por sus mejillas— salí de la casa como pude y en mi camino pasé frente a la casa de los Ross, frente a la calle del accidente, quería buscar a Caleb, pero ya no lo encontré. Llamé a Jake quien solo me dijo que quería comprar mis acciones del club... entré a una tienda....

—No sigas Matt —dije y lo abracé, él solo un leve quejido, como si lo hubiese lastimado. Matt no tenía el rostro golpeado, por ello imagine que su tórax había recibido los golpes. —No Matt, no me puedes dejar sola, por favor.

Él envolvió sus brazos en mi cuerpo, ambos estábamos llorando, no quería soltarlo, pero él se alejo un poco, lo próximo que realizó fue tomar mi rostro en sus manos, yo lleve mi dedo a su mejilla y limpie las lagrimas que caían, me detuve a ver sus ojos cristalinos, hasta que ya no escuche nada más pues sus labios se pegaron a los míos, juntos se movían en un beso que era de necesidad, un beso que indicaba la necesidad de ambos de sentir que alguien nos quería y apoyaba. Antes de separarse mí, Matt mordió mi labio, jamás lo había besado, jamás había sentido sus labios y sabía una cosa y era que Matthew Grey no desperdiciaba el apellido.