Seventeen.

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JEONGIN/I.N

Narrador: I.N

16 años.

Mis zapatillas se encontraban embarradas otra vez, como todos los días anteriores. Las calles de tierra estaban mojadas y llenas de barro por las lluvias, cada día parecía empeorar sin vistas de sequía o al menos una noción de que volviera a ser tierra.

Caminaba sin prisa, en este pueblo nunca había una razón por la cual apurarse. Odiaba cada día un poco más este lugar.

El mundo creía que estar en un pueblo rodeado de vegetación y campos abiertos era relajante, con variedades de árboles y flores por doquier. Cuando en realidad, cuando aquí vives o luego de unos cortos meses, no tienes nada interesante, nada con lo cual pasar el rato. El internet no era parte de esto, aquí con suerte hay señal, y para un solo móvil en metros de distancia.

Llegué al lugar en donde al menos podía quedarme a pensar un poco, la música descargada en mi celular era lo único con lo cual podía contar ahora, no hay mucho que pueda hacer y mis amigos no están para salir por problemas cuales no pregunté.

Este lugar cerca de una laguna dentro de circulo de altos árboles que perdían la vista, como si fuera un ''bosque''. Una pequeña laguna solitaria, casi abandonada, fuera del conocimiento de la mayoría.

Una pequeña silueta en el suelo captó mi atención. No es común ver alguien aquí (como dije), menos a lo que parecía una chica. Cabellos caían por su espalda, su mentón apoyando en su rodilla con sus brazos envueltos por sus piernas.

-¿Te conozco? -pregunté con algo de malhumor y tono duro. Realmente no sabía si ella me estaba oyendo- ¿Hola?

Ella se giró demasiado tranquila para mi gusto. Su rostro era neutral, como si fuera parte de su monotonía encontrar gente por estos lados. También sus ojos, estaban abiertos como sorpresa pero a la vez no aparentaba tal.

-¿Te conozco? -volví a preguntar.

-No creo -volvió a girarse, mirando al lago nuevamente, dejándome con la palabra en la boca

-¿Te importaría moverte? -pregunté. No estaba de humor para conocer gente, siquiera estaba de humor para quedarme en mi propia casa o incluso hablar con mis padres- Me gustaría estar solo.

-Pues siéntate en otro lado -respondió con una tonalidad como la mía, fría y distante- Hay muchos lugares por allá -señaló con su dedo índice todo el lugar sin siquiera poner la vista en mí.

-Quiero estar solo.

-Pues vete a otro lado.

Supe que las cosas no serían fáciles desde ese instante. Ella una persona obstinada que no sigue ordenes, como si rompiera hasta sus propias creencias. Yo, una persona cual no se movería del lugar hasta que ella lo hiciera primero.

17 años. Invierno.

Cuando el tiempo pasaba, las cosas cambiaban un poco más cada día. Cambiaban en un buen sentido, ya no odiaba tanto estar aquí. Tanto, porque aún lo hacía.

Pensaba en eso cada día. Días que quería fugarme eran 6 de los 7 de la semana. Sin embargo, ahora mismo, la veo juntando un diente de león del césped mientras para luego mostrármelo con una expresión de felicidad que casi era costumbre. En estos casos, son cuando decido quedarme.

Uno de mis amigos golpeó mi hombro con el suyo. Estaba intentando captar mi atención. Aún así no dejaba de mirar como se movía de un lado al otro, saltando de aquí y allá entre todo el campo abierto.

Stray Kids [ One Shots ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora