SEUNGMIN.
Narrador: Seungmin.
Y recuerdo cuando tenía unos 7 años. Mamá me mandó a un nuevo colegio, me dijo que todo sería mejor y que me acostumbraría facil. Me dijo que haría nuevos amigos y tendría muchos de ellos.
No fue así en realidad. Todos me trataban como si fuera un bicho raro.
Al sacar los libros de mi mochila, tal vez en la hora de los tiempos libre, o simplemente en la clase... todos me miraban como si fuera un muchacho con tres ojos, dos narices y cuatro orejas.
Era más extraño para mí, mucho más incómodo.
Recuerdo que por eso no hablaba, no decía ni palabra en clase, mucho menos en los tiempos de recreo. ¿Quién quería hablar con el rarito?
Las chicas no me prestaban atención, tampoco me importaba en realidad. Despues de todo, teníamos 7 años, no me interesaba en lo más mínimo.
Y luego de mi octavo premio de "mejor conducta" me dí cuenta de que esto ya se estaba desviando del camino.
Tenía casi 16 años y siquiera había entablado una conversación más larga del "hola, ¿cómo estás?" con mi compañero de banco. Honestamente, parecía un buen chico de igual manera.
Al terminar el año, reinicíe como a los 7. Con mi madre entrando a mi habitación, explicando que debíamos mudarnos nuevamente por el trabajo de mi padre.
Nueva ciudad, nueva escuela. ¿Nueva vida?
Decidieron mandarme a un colegio solo de hombres, con un uniforme horrible y hasta donde los mismos profesores o directivos eran hombres. Una idea se pueden dar todos de eso.
Rogué y rogué a mis padres para no terminar allí de ninguna forma. Pero no me hiceron caso.
Y eso agradezco.
Fue todo lo contrario a lo que creí.
Hice nuevos amigos, unos cuantos, algo que en el otro colegio no tenía. Participé en todas las clases en las cuales tenía algo para decir o en que hablar. Mis calificaciones subieron al punto de poder conseguir una beca para una universidad privilegiada.
Ellos estaban orgullosos. Yo felíz y agradecido (sin decirlo en alto, claro).
Mis 17 dieron lugar y quise organizar una fiesta, no muy grande, pero una en donde pudieramos pasarla bien.
Hasta que me dí cuenta de una cosa.
Mi lista estaba repleta de amigos. Si, amigos. Ninguna mujer en lo absoluto, porque mis primas no cuentan en este caso.
Me sentí tonto. Demasiado.
Pregunté a un compañero, al que más confianza le tenía, si era normal no tener contacto con chicas. Claro que dijo que no.
Casi 17 años y aún no tenía mi primer beso. O hacía algo por ello, o me volvía gay, o moría virgen. Es así.
Luego de días pensando, me llegó la notificación que en la fecha exacta de mi cumpleaños, el colegio organizaba una fiesta estudiantil.
Y la mejor parte de eso no era la fiesta en sí. Sino que sería una fiesta mixta. Nuestro colegio y el colegio solo de damas que se encontraba bajo el mismo nombre.
Le dije a mis padres que suspendieran todo plan respecto a la celebración, que si querían, podíamos hacer algo solo la familia y al día siguiente. Obviamente tuve que dar la explicación de eso. Ellos aceptaron.
Dos semanas pasaron.
El colegio parecía una revolución de hormonas. Todos querían tener el baile con el colegio contrario. Incluso algunos hablaban de cómo sería eso. Mejor evitar ese último tema.
Llegó el esperado día.
Las luces de colores, las malas decoraciones y la comida chatarra se encontraba en la vieja cancha de deportes del colegio. Todo ambientado para la ocación.
Ciento de personas había, incluyendo a maestros de ambos géneros y a las chicas del otro colegio.
La música sonaba alto desde los parlantes sobre un pequeño escenario. Sigo sin tener idea de dónde salió ese.
A los minutos de entrar a la pista, mis amigos ya se habían hecho de parejas de baile y se fueron con ellas. Uno de ellos quiso no dejarme solo, y se quedó conmigo en parte de la fiesta.
"Hoy es el cumpleaños de uno de los presentes"
Esa oración aún me hace reír, por más que en esos momentos se me cayó el alma a los pies.
Mi amigo me señaló desde el escenario con el micrófono en mano, diciendo que debía subir y cantar algo por ser el cumplañero.
Me negué unas mil y dos veces. Y qué más dá, subí a las mil y tres.
No sabía qué decir, qué cantar, qué hacer.
Lo siguiente que pasó no recuerdo con firmeza. Son como pequeños flash en mi mente. Mi mano temblando con el microfono allí y una melodía detrás.
Si recuerdo, plenamente, lo que pasó después. Luego de los aplausos.
-¡Chico! -gritó una muchacha de vestido negro a mi lado- ¡Cantaste genial!
Se veía tan dulce y bonita. No había nadie a su lado. Y casualmente, tampoco al mio.
-Gracias -grité sobre la música que volvía a sonar.
-Deberías hacer audiciones para alguna empresa o algo así. Podrías ser famoso.
-¿Cómo creees? -respondí algo acalorado ya.
-Lo digo en serio... -rió- ¡Oh! Me llamo ________ -extendió su mano hacia mí.
Tomé su mano. -Seungmin.
-¡Seungmin! -dijo alguien a mi lado- ¡Deja de soñar despierto!
Y allí estaba ella. Aún lucía hermosa, ella es hermosa.
-Solo recordaba.
-¿Qué? -preguntó colocando sus piernas estiradas sobre mi regazo.
-No importa -resté importancia. Me da vergüenza contarle, por más que sea mi novia- ¿Qué haces?
-Miraba publicaciones en Instagram mientras tú ni me oías. -rió- Ya ví el perfil de la banda y dejé un comentario en la última foto.
Busqué mi celular a mi lado en la cama, entrando al usuario de Stray Kids, mi grupo, nuestro grupo.
"OPPA ❤❤, Te amo"
Se leía debajo de la última foto publicada.
No pude evitar sonreír.
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Hello ma beauty babygirls.
...
. . .
. . .
No sé, solo quería decir hola.
~DEVON.

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Stray Kids [ One Shots ]
FanfictionSi estás buscando historias cortas con estos hermosos y talentosos 9 muchachos, con diferentes temáticas, situaciones diversas y distintas emociones... ¡Bienvenída! Aquí llegaste. @PerfectLion cambió la portada de la historia. Y admito que me gusta...