Pacify Her II

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 SEO CHANGBIN.

Narrador: Changbin.

 Ella se veía tan tranquila que incluso llegaba a ponerme de los pelos. Conocía esa mirada que le daba a mi "cita", aquella que indicaba que no la soportaba. De igual forma en la cual su sonrisa cínica hacía que me pusiera incómodo.

 Cuando volvió junto a Chan con los vasos no podía verla, sabía que si lo hacía terminaría mal. Solo estaba esperando a que la chica sentada a mi lado se fuera. Incluso yo decía eso. Ya se estaba volviendo algo pesada la situación.

 Como si la vida me hubiera escuchado (por única vez) su celular sonó y logró captar la atención de todos, hasta la de ________ junto a Chan quienes dejaban los vasos en el medio de la ronda. Ella tomó el móvil y miró con inquietud lo que allí decía.

-¿Qué ocurre? -pregunté mientras me acercaba más a ella. No es que realmente me importara, solo quería mantener la mirada de ________ en mí como si fuera a darle celos.

-Debo irme, Binnie -respondió ella poniéndose de pie de un salto- Al parecer mi hermano está con vómitos y necesita de mi ayuda. Y sabes el no puede cuidarse por si mismo y mi madre tampoco está tan al pendien...

-Una pena -cortó con claro sarcasmo la chica. Se lo agradezco en parte, me había perdido en la mitad de su oración.

 Ella la miró con furia, pero hasta ella comprendió en esos cortos segundos que a ________ no podía ganarle. Por lo que solo sonrió de forma forzada a todos los presentes como despedida y se dirigió por su cuenta hasta la puerta.

-¿No vas a acompañarla? -preguntó Seungmin desde su lugar.

 No pude responder, no quería responder. Me paré en dirección a ella y le abrí la puerta, saliendo juntos de la casa por un segundo.

-¿Quién es ella? -preguntó mi cita, colocando las manos es su cintura como si estuviera amenazándome- ¿Por qué está aquí?

-Oye, tranquila -respondí colocando mis manos en sus hombros. No quería que empezara un drama- Es la mejor amiga de Bang Chan, se conocen hace años.

 Iba, completamente, a obviar detalles de ella. Era mil veces mejor mantenerme en silencio ante ciertos temas de lo que habíamos pasado. Hay cosas que son mejores no decirlas para no generar conflictos.

-¿Debería preocuparme?

-Para nada, cariño -contesté con una sonrisa estúpida.

 Ella sonrió satisfecha y me alegré. No debía darle más explicaciones y tampoco habría algún problema. Ahora solo esperaba que se fuera.

-Nos vemos mañana -agregó, dándome un fugaz beso en los labios para luego girarse e irse caminando. Anteriormente la hubiese acompañado ya que solo vive  apocas calles, sin embargo tenía tantas ganas de entrar a casa que siquiera esperé a que cruzara la calle.

 Al entrar otra vez, aquella ronda de muchachos en el suelo había desaparecido por completo. Solo quedaban las cajas de pizza y los vasos que hace poco que habían traído.

 Me extrañé más de lo usual. No creo haberme tardado tanto como para que todos acabaran de comer y fueran cada uno a su habitación. Tampoco que la comida se haya acabado, porque la caja de pizza abierta en el suelo tenía algunos pedazos.

 Suspiré y junté lo que quedaba para llevarlo a la cocina, al menos para dejar el piso libre para caminar. Lo llevé hacia allá sin prestar atención, dándome cuenta de que ________ estaba ahí lavando algunas cosas.

-¿Los demás? -pregunté dejando las cajas arriba de la mesa de desayuno.

-Se les quitó el hambre luego de que ella entrara -contestó sin mirarme mientras seguía fregando un plato en el lavado. - Demasiadas palabras en pocos segundos para sus gustos.

 Metí los vasos dentro del lavado donde ella estaba, haciendo que los costados de nuestros cuerpos casi chocaran debido a la corta distancia.

-Eres cruel -agregué sin mucho interés. Sabía que a los demás no les agradaba, y más aún sabía que a la chica a mi lado mucho menos.

-La peor de todas.

 Al terminar de lavar, cerró el grifo y agitó sus manos intentando secarlas. Al ver que seguían mojadas, tomó un trapo de por ahí y lo utilizó para secarse. Giró su cuerpo hacia mi, haciendo que su espalda quede contra el mueble.

 Su mirada me intimidaba y provocaba a la vez. Más bien, creo que esas palabras son la que la describe a la perfección: intimidante y provocadora.

 Soltó el antiguo trapo y lo tiró hacia atrás sin apartar su mirada de mi. Apoyó sus manos en la mesada para darle sostén a su cuerpo y sonrió sin mostrar los dientes.

-Ella te llama Binnie -dijo en forma de afirmación. Estaba probándome, conocía eso que hacía.- ¿Por qué?

-¿Por qué no? -iba a molestarla un poco más, solo por puro gusto. Quería ver hasta dónde podía llegar esto.

-Yo te llamo Binnie.

-Tu me llamabas Binnie -sonreí son superioridad. Estaba logrando lo que quería- Ahora ya no lo hace más.

 Volvió a soltar una de esas risas cínicas, costumbre de ella, y se acercó tranquilamente cortando esa corta distancia que nos separaba. Pegó su cuerpo a mi y apoyó sus brazos en mis hombros, envolviendo mi cuello.

-¿Quieres que vuelva a hacerlo? -preguntó de una forma tan sexy que ya encontraba problemas.

 No respondí, solo me acerqué ferozmente a besar sus labios de la forma en la cual había querido toda la noche. A a mierda quien estaba, a la mierda todo lo que había pensado antes y a la mierda lo que pasaría después.

 Si era necesario, la haría mía esta noche.

 Pegué más su cintura hacia mi mientras ambos estábamos enredados en su beso. Ella se inclinó un poco debido al movimiento para luego comenzar a jugar con el cabello de la parte trasera de mi cabeza.

 En segundo que no recuerdo, pegué su cuerpo a la mesada del lavado sin que nos soltáramos, haciendo que sus espalda literalmente choque contra ella. Subí su cuerpo allí mismo (con algo de su ayuda) y abrí sus piernas para colocarme en medio de ellas.

 Bajé los besos hasta su cuello mientras oía su respiración cortarse, junto a unos suspiros de placer que largaba.

 Ella tomó mi mentón en el acto, subiendo de ella hasta que nuestros rostros quedaron a corta distancia y nuestros labios quedaron a pocos centímetros. Podía sentir esa pesada forma de mirarme, diferente a las demás y que solo yo conocía. 

 Me sentía tan enfocado en esto, en ella, que no podía ni lograba pensar en otra cosa que no sea poder tenerla un poco más, poder tener algo más. Mi respiración se dificultaba en los segundos que corrían.

-Que pena que ya tienes dueña, Binnie -dijo en la comisura de mis labios, haciéndome desear más- Es una pena -repitió mientras negaba.

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ESPERO QUE ESTÉN REPRODUCIENDO EL VÍDEO DE DOUBLE KNOT HASTA QUE EL MISMO DIABLO LA BAILE PORQUE ES UN TEMAZO Y ESTOS BEBOS MERECEN OTRO WIN.  (esto si es importante, muy importante)

listo, gracias, chao.

-DEVON.









Stray Kids [ One Shots ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora