Younger II.

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KIM SEUNGMIN

Narrador: omnisciente. -precuela-

 Seungmin escuchó algo chocar contra el vidrio de su ventana, era la mitad de la noche acercándose a las 1 de la mañana, por la que la curiosidad lo llevó a levantarse de la comodidad de su cama para ir a revisar qué ocurría.

 Allí mismo encontró a esa conocida cara, a esa conocida muchacha, que llevaba el tonto título de "mejor amiga". Traía su dichosa campera color negro de unos 3 talles más grandes y el mismo jean oscuro. En su puño se encontraban unas cuantas piedras de tamaño pequeño, las mismas que arrojaba a la ventana.

-¿Qué haces? -preguntó Seungmin mientras sacaba casi la mitad de su cuerpo por la ventana del segundo piso, mirando a su amiga con preocupación- ¿Sabes que son casi las 2 de la mañana? 

-Soy tu príncipe azul, tonto -respondió ton tono de obviedad, señalándose a si misma- Ahora baja de tu torre, bella princesa, porque yo no subiré a buscarte.

-¿Qué clase de príncipe eres tú?

-El que te tirará una piedra en la cara si no bajas hora mismo.

 Seungmin rió mientras volvía a cerrar la ventana que antiguamente había abierto para hablar con la chica. 

 Ellos tenían casi siempre esa misma rutina: juntarse en algún sitio de la ciudad los sábados por la noche. Usualmente se encontraban en algún lugar en específico (que siempre solía ser la plaza principal de la ciudad) y luego esperaban a que llegaran sus demás amigos o se juntaban con los que allí ya se encontraban.

 Sin embargo, hoy, Seungmin se encontraba castigado por un mes debido a un problema que había tenido en el colegio, que este castigo claramente incluía el no poder juntarse con la chica que ahora espera afuera. Y entonces, para no generar más problemas, había decidido quedarse en su hogar el sábado de hoy para que no extendieran su castigo.

 Claramente, ese plan no duró mucho.

 Min dejó la televisión de su habitación encendida para que sus padres creyeran que se encontraba allí dentro, y antes de salir tomó el primer abrigo que encontró para luego dirigirse escaleras abajo y salir por la puerta principal intentando hacer el menor ruido posible.

-Te dije que no hicieras tanto ruido -dijo él mientras se acercaba a la muchacha en parada en la mitad de la calle con las manos en sus bolsillos.

-Lo siento, creí que sería romántico -sonreía como si lo estuviera desafiando- La próxima treparé el árbol y entraré por tu ventana.

-Tonterías dices -rió mientras le daba un ligero empujó en el hombro- ¿Sabes que si descubren que me fui me matarán?

-Correremos el riesgo -rió ella esta vez, entrelazando su brazo izquierdo con el de él.

 Ambos adolescentes de 16 años caminaron entre risas por el medio de la noche hasta llegar a la dichosa plaza donde seguramente los demás ya lo estaban esperando. Ninguno contaba bromas o hablaba demasiado, solo con mirarse entre sí eran capaces de soltar a carcajadas. Ellos tenían como una conexión inevitable, e innegable.

 Min siempre fue mucho más tranquilo y calmado que su amiga, que usualmente llegaba a ser todo lo contrario. A los dos adolescentes les encantaba meterse en problemas, pero meterse en problemas juntos, más bien, Seungmin seguía todos los problemas donde ella se metía.

-¿A dónde iremos? -preguntó el muchacho al ver que se dirigían por otra calle, no a la que usualmente tomaban para ir a la plaza.

-Haremos algo nuevo -respondió ella con un poco de brillo en los ojos- Iremos a un bar.

-¿A un bar? -preguntó asombrado. No era necesario volver a aclararse a si mismos que tenían tan solo 16 años, lo que los volvían ilegales

-Hay que perder toda nuestra inocencia hoy -rió un poco por su propio comentario- Ya te castigaron por copiarte en un examen por primera vez y te haz ido de tu casa a mitad de la madrugada. Ahora debemos avanzar en la racha.

-Estás loca -le dijo como comentarios, sin quejarse de la propuesta.

 Avanzaron calles arriba ente el frío viento que los golpeaba. Ella sabía dónde quedaba el bar más cercano, aquel que también era utilizado los sábados como un club de baile para los mayores de 21, por lo que no dieron muchas vueltas.

 Cuando llegaron a ese lugar de carácter moderno, pintado de rojo e iluminado como carnaval repleto de otros locales al rededor, la muchacha tomó la mano de Seungmin y le hizo un gesto para que no dijera palabra.

 Había un hombre parado en la entrada quien se encargaba de (más allá de controlar quien pasaba) administrar los boletos para la fiesta que se realizaría esa noche en ese lugar, pidiéndoselo a cada persona quien deseaba entrar.

 Seungmin vio allí a uno de sus amigos, Bang Chan (quien es mayor de edad) esperando en la fila a pocos pasos de entrar. Cuando él los observó a ellos, le hizo una seña a _________ que no logró comprender,

-Mira, este es el plan -comenzó ella entre susurros- Como el hombre este que vigila nos está dando la espalda, cuando Chan abra la puerta para entrar, nosotros nos escabullimos en ese momento y corremos adentro para mezclarnos con la gente.

-No, escucha, esto ya es una locura -Seungmin ya estaba poniéndose de los pelos. Si algo de ese plan salía mal, los tres serían afectados por eso. -Pueden llamar a la policía.

-No exageres -rió un poco- ¿Confías en mí?

-Confío en tí, pero esto me parece demasiado -miró a Chan quien estaba cada vez más cerca de la entrada.- Mejor vamos a la plaza, como siempre, o podemos ir a mi habitación y buscar alguna película.

 La muchacha dirigió su vista a la gran fila, y luego a la de Min para arrastrar su mano un poco más cerca de la puerta. No había escuchado para nada lo que había dicho anteriormente.

-No. -dijo Seungmin mientras era arrastrado cada vez más cerca. -Yo no lo haré.

 Soltó el agarre de la muchacha algo brusco, quedando estático en el lugar a tan solo 2 metros de distancia de la entrada. No haría esto, sabía que las probabilidades que falle eran mayores de que las probabilidades de salir victorioso. Ya podía imaginarse castigado por más de un año, o peor, pasando una noche en la estación de policías.

-Me iré a la plaza, ¿vienes o no? -preguntó más como una obligación, sin importarle mucho que Chan esté dando su boleto ahora para pasar.

 Sabía que a su mejor amiga no le gustaba mucho la idea, porque le dio una mirada más cortante que cualquier espada o cuchillo. Era la primera vez que le decía que no a alguno de sus "planes" o a ella en sí, pero no se arriesgaría a eso, esta vez no.

-Sabes donde queda el camino hacia allá. -respondió, dándose vuelta y caminando más cerca del mayor, a espaldas del hombre de la puerta.

 Allí, Seungmin ya no quería mirar más, estaba furioso. No quería saber más nada de lo que ocurría, y sus sentimientos encontrados en su interior daban vueltas. Por lo que solo se giró y comenzó a caminar por el otro lado de la calle para volver a su casa.

 Se segó ante el acto que ella hacía, y le molestaba aún más que por solo una vez no pudiera él elegir qué hacer o que no. También, se sentía preocupado por dejarla sola o por lo que podría pasarle.

 Aún así, siguió caminando con las manos en sus bolsillos y sus mejillas rojas por el frío, sin tener idea que sería la última vez que la viera otra vez hasta dos años más tarde.
















Stray Kids [ One Shots ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora